Capítulo cinco

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Lo estas haciendo mal.

Geum Jiyu

—No tenías porque hacer esto, Seo-Hyun —dije mientras me veía al espejo.

—Quizás no, pero siempre se ayuda a una damisela en apuros, ¿o no? —habló soltando una risilla.

—Gracias. —agradecimos Dora y yo haciendo una leve reverencia.

—Oh, no. No fue nada chicas. Después de todo los amigos de Ji Hoo son igual mis amigos. —

Jan-di y yo sonreímos ampliamente al igual que ella lo hacía. Luego de unos minutos salimos al salón donde al llegar todos se sorprendieron al vernos. Yo me encontraba con Jun Pyo quien me contaba algo pero luego de ver a Jan-di bailando junto a Ji Hoo se molesto y se marchó a sabrá Dios dónde, dejándome sola con Yi Jung y Woo Bin.

—¿Le gustaría bailar señorita? —preguntaron ambos Yi Jung y Woo Bin al unísono mientras me estrechaban la mano.

—Sigue soñando, Romeo. —dije con una sonrisa mientras tomaba la mano de Woo Bin quien sonrió victorioso y me sacó a bailar.

Al llegar a la pista comenzamos a bailar al ritmo de la música aunque luego de bailar por unos cuantos minutos noté una expresión de sorpresa en su rostro y no pude evitar preguntar.

—¿Pasa algo? —

—Tan solo no esperaba que bailaras tan bien —respondió con una dulce sonrisa.

—Digamos que no cumplo los estereotipos de los plebeyos —

—¿Como aprendiste a bailar? —preguntó luego de reír levemente.

—Soy una chica de escenario, cualquier cosa que haya sido requerida para un papel ya la aprendí —respondí con sonrisa orgullosa lo cual lo hizo sonreír con ternura. 

—Con que chica de escenario... —susurró para si mismo.

Luego de eso seguimos bailando esa y otras tres canciones más hasta que nos cansamos y fuimos a sentarnos junto a Yi Jung que había estado toda la noche hablando con un grupo de mujeres, o mejor dicho coqueteándoles. Pasaron unos minutos cuando un chico llegó corriendo para avisar que Jun Pyo había caído a la piscina, apenas terminó de decirlo los F4, Seo Hyun y yo fuimos corriendo para ayudar mientras los demás al ver cómo nos íbamos, nos siguieron.

Llegando a la piscina vimos a Jan-di tratando de reanimar a Jun Pyo quién al ver que aún no despertaba pasó a darle reanimación cardiopulmonar —RCP—, pero el ya había despertado y solo estaba fingiendo. Al percatarse del engaño Jan-di le dió un puñetazo en la cara para después irse a casa.

—Maravillosa jugada, Ricitos de oro. —dije riendo levemente.

—¿Verdad que sí? —se jactó aún sonriendo como estúpido.

Y así fue como terminó la fiesta de bienvenida de Seo-Hyun, dejando a un muy contento y resfriado Gu Jun-pyo. A la hora de irnos como no tenía manera de llegar a casa hice que Jun Pyo me llevará quien cómo estaba de buen humor accedió  fácilmente.

—¿Sabes?, creo que no me caes tan mal —confesé mirándolo. —Al parecer la bella durmiente tenía razón... —susurré para mi misma.

—Es que soy un amor —

—Lo que digas —yo reí levemente mientras le desordenaba el pelo por lo que el soltó un quejido.

—Tú tampoco caes mal pero eres insoportable, desgraciada —

—Tú me buscaste así que ahora te aguantas —

Ambos reímos levemente y luego de soltar un suspiro no dijimos otra palabra más en el transcurso del viaje ya que yo me quede dormida con la cabeza apoyada en su hombro. Al llegar a casa el me despertó no cuidadosamente el muy maldito, yo me despedí y una vez ya estaba dentro, el se marchó.

Cuando entre me dirigí a la habitación de Jan-di y me recosté en su cama. Cuando volvió a la habitación me ignoró y actuó como si yo no estuviera allí ya que se había molestado por lo de Jun Pyo. Si se entera de que lo estoy ayudando me mata.

—¿Algo que decir, Geum Jan-di? —pregunté en broma ganándome una mala mirada, pero solo me eche a reír.

—¡¿Que es tan gracioso?! —preguntó exaltada.

—Nada... —conteste con inocencia  fingida.

—Si no te conociera te creería. Eres buena mintiendo.

—Si soy buena mintiendo entonces, ¿Como te diste cuenta de que mentía? —inquirí con una ceja alzada.

—Pues porque el 90% de las veces estas mintiendo —

—Me ofendes, Dora —dije con una mano en el pecho fingiendo ofensa.

Ella río y luego se hizo espacio para recostarse junto a mi. Ambas miramos al techo y suspiramos. Sentía la necesidad de preguntarle si sentía algo por Ji Hoo o si ahora estaba interesada en Jun Pyo. Justo cuando iba a preguntar ella dijo algo.

—Jun Pyo es un idiota —dijo en un suspiro. Yo me senté en la cama y la miré pidiendo contexto. 

—Ósea si lo es pero, ¿Porque lo dices? —

—Por todo. Aún así hoy me preocupe por el y lo salve. —confesó y yo fruncí el ceño, no quería pensar lo que estaba pensando.

—Pues es lo normal, si ves a alguien en peligro por instinto lo ayudas —

—Pero no era una preocupación así sencilla, era algo más —

—No, Dora, no me digas eso —supliqué fingiendo llorar. —No te puede estar gustando se mono-burro tan fácilmente —sollocé de manera fingida.

—¡No! ¡No me gusta! —aclaró  rápidamente. —Ósea quizás ahora no lo odie tanto, pero no me refiero a eso —

—¿Entonces a que? —pregunté volviendo a mi compostura sensata.

—Ni siquiera yo lo sé —dijo. —Esto no tiene sentido mejor olvídalo, buenas noches —

—Buenas noches... —dije confundida y luego me marche a mi habitación.

Al final decidí  no darle mas vueltas al asunto de Jun Pyo a pesar de que estaba curiosa, en vez de eso solo me acosté en mi cama quedándome dormida al instante. Mi pobre ser estaba cansado luego de todo el rollo de hoy, necesitaba mi sueño de belleza.

Aunque no dejará ninguna belleza. Que triste historia.

[...]

Buscaba a Jan-di por toda la escuela, ya que Jun Pyo estaba molesto por un video que las plásticas le habían mostrado y no es noticia nueva que cuando Gu Jun Pyo se enoja hace locuras. Luego de un rato de búsqueda la encontré en el lugar donde Ji Hoo solía ir a tocar el violín pero en vez de Ji Hoo estaba Jun Pyo, y el la estaba forzando a que lo besara. 

—¡Suéltala! —ordené mientras intentaba que el soltara a Jan-di.

—¡¿Estás de su lado?! —me preguntó molesto luego de soltarla bruscamente. 

—¡Claro que lo estoy, idiota! ¡Es mi hermana, siempre la apoyaré! ¡Además, el malo aquí eres tú! —le grité.

—¡Y pensar que por un momento creí que podríamos ser amigos! Pero veo que eres una plebeya cualquiera —dijo y luego se dio vuelta para irse.

—¡Gu Jun Pyo! —llamé y el se detuvo. —Eres quien lo estas haciendo mal... —dije, y sin decir más marcho. 

—Ji... —sollozó Jan-di y yo solo la abracé fuertemente.

—Ya... Tranquila... Ya se calmará, no es tu culpa —susurré secando sus lágrimas.

Aveces eres mas imbecil de lo que se puede llegar a ser, Jun Pyo.

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Nota AU: 

Acá está el capítulo que les prometí.

Nos vemos, beczos.

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