Narra Terry
Me encontraba completamente rodeada de la oscuridad. ¿Qué me había pasado? ¿Por qué estaba manchada de sangre? No lo sabía, hasta que una serie de imagenes pasaron por mi cabeza, y de inmediato lo supe, varios sucesos de mi vida que me marcaron pasaron frente a mis ojos de manera rápida.
Primero me veía a mi, a los 6 años en mi antigua casa. Observé por la ventana a mi abuela subirse a su auto con sus maletas, y lo recordé. Ella se iba porque Robert no la quería en casa, y mamá estuvo de acuerdo en echarla. Mi abuela dirijio sus ojos a la segunda planta de la casa, posando su vista en mí, una sonrisa meláncolica se asomó en sus labios para después subirse al coche y poner en marcha el motor, desapareciendo a lo lejos. Y no mucho tiempo después de eso, ella murió en un accidente automovilístico.
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Ahora estaba en una fiesta infantil de una de las sobrinas de mi padrastro, mi madre estaba con su esposo y los demás partiendo el pastel, yo por mi parte salí de la casa y me senté cerca de la calle y comencé a llorar, hace rato las sobrinas de Robert se habían burlado de mi porque no tenía papá. De repente un niño de mi edad se acercó a mi y me tocó el hombro.
Niño: ¿Por qué lloras amiga?
Yo: Se estaban burlando de mí porque no tengo papá.-El pequeño sonrío y se sentó al lado de mí y me abrazó.
Niño: No llores, yo tampoco tengo papá. Mi mamá me dijo que algunos niños no los tenemos porque somos demasiado buenos para ellos.
Yo: Pero... yo quiero conocerlo. Mamá no me quiere.
Niño: Si te quiere, solo que no sabe demostrarlo. Y si no lo hace, yo lo voy a hacer.
Yo: ¿Por qué lo harías?
Niño: Porque ahora seré tu amigo.
Yo: ¿De verdad?-Dije secándome las lágrimas, para después sonreír.
Niño: Si, ¿Cuál es tú nombre?
Yo: TN.-Sonreí.
Niño: Yo me llamo Max-Me devolvió la sonrisa.-Y desde hoy te prometo que no te dejaré sola.
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Yo: ¡Hey! ¡Espera! ¡Detente!-Corrí lo más rápido que pude, pero Robert ya se había ido a toda velocidad en el auto. ¿Ahora por qué tendría tanta prisa? Suspiré, tendría que caminar sola a casa.
Una mujer de la edad de mi mamá se me acercó, parecía preocupada. Su largo cabello azabeche resaltaba las facciones finas de su cara y sus ojos parecían tener un brillo único. Detrás de ella venía un chico de mi edad, Jason, así conocí al que consideré mi hermano. Ellos me llevaron a casa.
Unos días después...
Esperé a Max sentada en una banca café de la escuela, pude calcular que en ese recuerdo tenía doce años. Me fastidié de esperarlo y fui a buscarlo, caminé por los pasillos encontrandome con una chica, la cual buscaba desesperadamente algo en el suelo.
Yo: ¿Qué buscas?-Dije agachandome para quedar de rodillas sobre el suelo.
Cuando ella levantó la mirada me sorprendí mucho ya que tenía los ojos de diferente color, el derecho era de un profundo azul y el izquierdo un verde claro.
Chica: Yo... no encuentro mis lentes de contacto.
Yo: ¿De qué color son?
