05| Delusional Paradise| 05

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Perder es cosa de Peter Parker.

Perder es cosa de Wade Wilson.

¿Qué pasa cuando dos individuos que han perdido tanto se reúnen?, ¿existe la utopía de la felicidad para víctimas de las memorias en cascada? El Armagedón de los recuerdos se manifiestan como la última milla juntos. Suicidio de inmortalidad que arrebata la coordinación. Una caminata sobre la superficie de las oscuras aguas entre pasos cantarines que hacen resonar los ecos de la manifestación perfecta. Grandes pérdidas con grandes dolores, caídas y lamentos. La vida se interpone como un síndrome de lástima. Un parásito que se pega a ellos: dolor, lamento, perdida, soledad. Crucifica la pureza de sus corazones en la traición manifiesta y de lamento que se alimenta entre las oscuras sombras. Viendo con sorna el cubrimiento de negro y desasosiego a esos dos hombres.

La perfecta distopía.

Golpea duro. Lastima y hiere hasta filtrar la sangre fuera de sus pensamientos. Las voces de la inocencia rota y putrefacta. Corazones de flamas que perdió el fulgor de sus pasiones mientras cada uno de los demonios del pasado se encajan en sus espaldas como dagas largas y asesinas. El pecado máximo de sus amores se retuerce en el lamento azul de la incomprensión distópica llamada felicidad. Anhelo encantador que se retuerce de alegría cuando ataque a la carne de cañón que resultan estas dos vidas. Pequeños granos de arena que viajan con el viento. Estados primordiales que recuerdan los orígenes magnos de los espectáculos sobre la tierra. Temblando ante lo hermoso que resulta el desencanto que se llama responsabilidad. Saber hacer lo moral y romper la moral.

Qué ironía resultaban ser las vidas de estos dos individuos.

Arrastrándose hasta que sean notados y poder encontrar la luz. El desorden se consolida con la depresión, la locura y el luto perfecto. El dolor recorrió sus cuerpos y poseyó sus almas hasta que ya no quede lágrima alguna a la cual acudir. Lamentan y extrañan el pasado mientras se dejan engañar por la miel envenenada del hubiera que jamás existirá. Voz inocente no tocada que juega con las flamas del pasado hasta dejar fluir el río de la melancolía. Esa es la muerte de los vivos. Un recuerdo amargo con toques de dulzura que conforman una gran parte de la historia de la humanidad. No se puede vivir si no se muere un poco.

Morir es cosa de Wade Wilson.

La muerte es cosa de Peter Parker.

La antítesis de la vida es una ruleta de suerte que consolida la destrucción de lo conocido y desconocido. Arrancó fuertemente el amor, la esperanza y el brillo para estos dos individuos. Los golpearon. Los maltrataron. Los dejaron solos. La depresión recorre como una masa negra y discreta sus cuerpos en un lamentable desorden que no les permite más que llorar y pedir a los cielos por algo de misericordia. Estos dos hombres conocen el dolor de primera mano. Les arrancaron tanto para obligarlos a levantarse y seguir adelante.

Entonces, ¿qué queda al final?, ¿existe la luz al final del túnel? La vida no perdona. No remite. No condena. Simplemente dota.

Dios los cría y ellos se juntan.

Rutas dispersas, almas destrozadas, corazones hechos pedazos, sin más lágrimas que derramar, eran dos seres pequeños y lastimados que se encontraron. Cara a cara, sin abrir el corazón. Con el miedo a enamorarse, a abrirse nuevamente con prospectos de romperse más. Una monotonía gateaba sobre sus oscuros anhelos. Dos cuerpos. Dos humanos. Dos monstruos. Dos mutantes. Atestiguan cómo su distopía se diluye frente a ellos con la recatada belleza de la pérdida y el encuentro de la máxima recompensa. Sólo con el recuerdo del ayer martillando sus mentes hasta romper los muros de cristal.

Porque hasta el corazón pulverizado es capaz de reconstruirse. Sólo hace falta el encuentro con el remedio adecuado.

Un hombre que murió por dentro cuando el cáncer en fase final le arrancó cada uno de sus sueños. Fue torturado con falsas promesas y el anhelo de volver a ver a la persona que tanto amaba. La falsa esperanza de vivir y tener futuro. Lo tuvo. Se volvió inmortal a base de tortura, maltrato y flagelación. A base de sus lágrimas, gemidos y sangrados. Su cuerpo está siendo manipulado en contra de su voluntad. Su alma está siendo amasada contra la pared. Sin rastro de humanidad. Su vida sólo iba en picada. Cayendo y cayendo hasta que el fondo no sea suficiente y lo lleve a un ciclo de autodestrucción. Sin la oportunidad de rogar una sola vez. Perdió.

My Dystopia |SPIDEYPOOL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora