01

2.4K 318 57
                                    

-•ෆ。♡。ෆ•-


Los minutos pasaban cada vez más lento para Chifuyu.

El pequeño rubio de diecisiete años había sido castigado por estar bromeando y charlando con su gran amigo Takemichi durante la clase de literatura clásica, una de las materias más aburridas que le haya tocado en todo su transcurso académico, está era impartida por su profesor Kazutora Hanemiya.

Pero el problema no era la materia, si no su maldito profesor, era un cabrón de primera y le tenía el ojo encima, y justo se veía ahora ¿por qué solo lo castigaron a él? A su mejor amigo solo lo reprendieron con un simple sermón, mientras que a él lo habían encerrado en un aula fría y silenciosa. ¿Y por cuánto tiempo tendría que estar ahí? Nada más ni nada menos que una hora, una maldita hora.

Simplemente injusto e indignante.

Intentando estar tranquilo por la intensa mirada que su profesor Kazutora le dedicaba, decidió sacar un libro y esconder su rostro dentro de el, disimulando que estaba leyendo o esa era la intención ya que poco a poco el sueño se adueñaba de su cuerpo, recordando vagamente una de las tantas conversaciones que ha tenido con su fiel amigo Hanagaki.

"Te lo digo enserio Takemichi, estoy tan traumatizado desde esa vez. La profesora no me dejaba de ver mal, sentía su odio hacia mi, además, me hizo sentir tan idiota.

Contaba con algo de terror el de ojos verdes, esa ocasión había llamado "mamá" a su maestra de matemáticas cuando tenía alrededor de ocho años. Si, esa fue una escena tan vergonzosa que lo persigue hasta la fecha, entre risas su compañero se burlaba por el trauma.

Yo llame papi a mi maestro de ciencias ¡Fue tan vergonzoso! Todos los días mis compañeros se burlaban de mí cada vez que nos tocaba—dijo Takemichi con escalofríos, ahora Chifuyu se ría de su pobre amigo."

Entre leves risas imaginaba la vergüenza que pasaron ambos por tales escenas que vivieron en sus épocas de niñez. Él en una que otra ocasión en su preparatoria llamaba por error papá o mamá a uno que otro profesor cosa que le causo bochorno varias veces. Pero qué ya no repetía desde primer semestre.

Llamar papá o mamá a un docente era algo normal por los despistes, pero llegar a llamarlos papi o mami ya era otro nivel. Dios que horror.

Volvió a reír un poco más alto está vez llamando la atención de su profesor.

—¿Se puede saber que es tan gracioso, señor Matsuno?— la voz de Kazutora se escuchó tan cerca y como no si estaba a unos dos pupitres que el suyo.

Un fuerte golpe lo asustó, maldición ¿Cómo se le ocurre golpear la regla de metal sobre la mesa?¿Esta loco acaso?.

Estaba a nada de morirse del miedo, no solo por la voz autoritaria de su profesor si no por la impotente regla que tenía entre sus manos. No volvería a intentar dormir y mucho menos reírse cuando ese viejo loco esté cerca. Imaginar y burlarse de sus desgracias le han jugado una mala pasada, una muy mal.

—¡N-no es nada, papi!

Santa mierda

Papi [Kazufuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora