"𝙆𝙞𝙢 𝙈𝙞𝙣𝙜𝙮𝙪"

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Pronto abrí mis ojos, no se exactamente cuanto tiempo paso desde de colapse en el pasillo frente a ese alfa con aroma a roble pero definitivamente no debió ser mucho, ¿Cierto?... De un salto levante mi peso de la camilla, el reloj de la pared marcaba las 11:30 a.m, perdí más clases de las que puedo contar con mi cabeza aun en este estado; rápidamente me coloque mis zapatos y tome las prendas que habían retirado de mi cuerpo cuando llegue, nuevamente ese aroma a roble me inundo haciendo que una increíble y abrumadora tranquilidad inundara mi adolorido cuerpo.

Un pequeño escalofrío me recorrió la piel al sentir una presencia ajena, dándome la vuelta en busca del origen de aquel tan dulce aroma solo para encontrarme con esos grandes ojos color miel que observaban atentos desde una de las sillas frente al escritorio de la enfermera.

— ¿Te vas tan rápido? Acabas de despertar. —  Esas orbes brillantes bajo la luz del intenso sol que se colaba por la ventana parecían perforar mi alma a pesar de no tener la intención, su voz preocupada recorrió cada lugar de aquella habitación haciéndome retroceder un poco.

— Tengo que llegar a casa, mi familia me espera... —  Solté en un murmullo, desviando la mirada de los ojos ajenos buscando una salida.

— Jeon Wonwoo ¿Cierto? — El más alto habló, dejando escapar un pequeño suspiro de entre sus labios, solo asentí un poco con la cabeza acercándome lentamente hasta la puerta. — Tu salud es pésima. 

— ¿Perdón...? — Paré en seco, una mueca de disgusto se había dibujado en mi rostro al escucharle, ¿Que carajos le pasa?.

— Déjame acompañarte a casa, el estado en el que tu cuerpo se encuentra es muy malo, puedes tener otro colapso, un golpe de calor, muchas cosas pueden salir mal mientras caminas solo, si vuelves a desmayarte al menos estaré ahí para que no te golpees al caer. — ¿Qué le pasa a este tipo?... Solo escuche sus risas ante mi silencio, quiero suponer que no se rio de mi si no de la confusión plasmada en mi rostro, jamás en mi vida había sido tan expresivo como en este instante, y no era para menos, todo lo que estaba pasando era tan raro.

— Olvidalo, pued-... 

— No, no puedes andar solo, no voy a dejar que camines por ahí como si no llevases seis horas inconsciente, no es una pregunta. Voy a acompañarte a casa quieras o no. — ¿Este tipo es idiota a caso? ¿Estoy pagando alguna clase de karma o algo así? Esto no puede ser en serio, debe haber alguna cámara escondida en algún lugar. Mire por todos lados pero no parecía haberla, esto iba en serio, muy en serio. — Traje tus cosas, solo vámonos de una buena vez, la enfermera ha expedido el permiso y se lo llevará a los profesores. —

Fue en ese momento que pude notar mi mochila a su lado, mi respiración se cortó de la nada muy mi cuerpo podía notarse tenso, no quería acercarme a el bajo ningún motivo pero, lo hice, fui hasta donde se encontraba y me incliné para tomar mis cosas, rogando con todas mis fuerzas que no tratara de tocarme o golpearme.

— Vámonos.. — Dije levantándome con cuidado para caminar hasta la puerta.

No obtuve respuesta alguna, solo una brillante sonrisa que mostraba dos afilados colmillos en la boca ajena, mientras una singular sensación me recorría de pies a cabeza, lo ignore, no pude hacer mas que dejarlo pasar antes de tomar rumbo hacia la puerta principal de las instalaciones siendo seguido por un gran alfa que parecía tropezar hasta con el aire.

El silencio reinó desde el principio, ninguno de los dos tenía la suficiente confianza o comodidad para entablar una conversación así que solamente caminábamos sin siquiera voltearnos a ver.

— Bien, esto.. Esto es incómodo. — Quince minutos caminando juntos y sus primeras palabras fueron "esto es incómodo", no pude evitar reír con fuerza, asintiendo vagamente.

— Es bastante incómodo. — De igual forma pude escuchar su risa a la vez que aquellos bonitos colmillos volvían a hacer acto de presencia.

Fue así que finalmente aquel ambiente horrible murió dando paso a risas tontas por parte de ambos mientras nos abríamos paso entre las calles del pueblo, caminábamos sin prisa, habíamos entrado en confianza más rápido de lo que jamás hubiese pensado, Mingyu no paraba de hablar y hablar contando anécdota tras anécdota, era increíble como alguien de 16 años había pasado por cosas tan hilarantes como las que relataba ese chico. Así continuaron los minutos hasta estar cerca de mi hogar.

— Ya casi llegamos, puedo caminar solo desde aquí. Lamentaba interrumpir las palabras ajenas, realmente me estaba divirtiendo con su compañía.

¿Tienes algo que hacer más tarde?

— ¿Qu-..

— Acompáñame al parque de skateboard, nos vemos a las 5:00 aquí mismo y no aceptaré un "no" por respuesta, Wonnie. — La voz del ajeno se hacia cada vez más alta conforme iba caminando hacia atrás, dejándome con la palabra en la boca mientras corría por la acera hasta perderse entre las calles.

Aquí estaré.

Me retiré a casa.

— He llegado, madre. — Anuncié al entrar en la cocina mientras dejaba mis cosas sobre una de las sillas.

Aquella mujer dejó de lado todo lo que estaba haciendo, acercándose y tomando mis mejillas entre sus frías manos solo para besar mis labios.

[ . . . ]

Man ¿Si supieron que Wonwoo dio positivo a C0vid? A mi se me fue el alma del cuerpo cuando lo leí, espero que se mejore:(

1400 palabras, soy felicidad pura.

— Pase de 1500 palabras a 943 con esta edición, no se si fue buena o mala idea pero, ¿Que más da?.
           - edición: 12 de septiembre del 2024.

𝑳𝒂𝒈𝒓𝒊𝒎𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒊𝒏𝒗𝒊𝒆𝒓𝒏𝒐 || 𝐌 𝐄 𝐀 𝐍 𝐈 𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora