Chilumi Stories || Childe x Lumine - Español

Segundo Oneshot.

Advertencia de contenido: Aunque bastante suave, se hace mención de asesinato y sed de sangre.

Lo especial de este capítulo es que está escrito para San Valentín del 2022. Estaré escribiendo a futuro la continuación para el Dia blanco :3c

No toques las cosas de Childe.

A donde él iba, siempre venia la guerra. A veces por su causa, a veces por cualquier otro motivo. Pero la presencia de Childe se entendía como un mal augurio que muy pocos en Liyue entendían. Antaño, deberle algo a los Fatui no representaba mucho riesgo. Pero hoy en día, con Tartaglia establecido en su nación, los deudores más sucios debían andarse con cuidado. En cualquier momento una nueva pelea podía comenzar.

Los fatui tenían pajaritos cantores en todos lados. Hombres bien entrenados en el arte del espionaje. Posiblemente su red de espionaje era equiparable a la de Ningguang en estas y otras tierras. Childe mismo era un doble agente de lo más capaz, escurridizo y muy inteligente. Pero tiene un lado que no todos conocen. Cuando encontraba el momento perfecto solía escribir cartas para su familia, y pobre de aquel que se atreviera a tratar siquiera de interceptar esas cartas personales, no volvería a respirar ni un soplo de aire si Tartaglia se daba cuenta.

Recientemente, a estas cartas personales se añadió un destinatario nuevo. Siempre que se daba la oportunidad y la viajera estaba cerca él se escabullía de sus propias obligaciones para pasar un par de días con ella, a veces incluso semanas. Estas periódicas ausencias no significaban la gran cosa para su escuadrón, puesto que estaban un poco al tanto de la situación entre su señor y la viajera. Podían encargarse de la mayoría de asuntos con los deudores. Pero no pudieron encargarse de los menos leales a tiempo.

Cuando se extendió la noticia de la muerte de la octava heraldo fatui hasta la tierra de los contratos y se descubrió que, de hecho, los heraldos no eran invencibles, la reputación de todos los Fatui cayó lentamente. Y los enemigos de Tartaglia comenzaron a planear cosas a su espalda.

Fue fácil para el encargarse de aquellos "valientes" que trataron de enfrentársele de frente, incluso pudo encargarse de alguno que otro espía o mercenario enviado para detener su trabajo. Pero cuando estaba con Lumine... A veces, simplemente era imposible escapársele a esa señorita no porque no pudiera, ¡es que no quiere! ¿Por qué querría irse si pasaba tiempo con alguien que le agradaba tanto? Notaba espías, a veces era tan obvio que se le escapaba una que otra risa que llamaba la atención de Lumine pero él nunca se atrevería a decirle que estaban siendo espiados. Otras veces la misma Lumine los notaba y les hacía frente, pensando que trataban de molestarla a ella cuando en realidad se trataba de viejas venganzas contra el onceavo heraldo.

Todo parecía un juego de niños, en donde él era el gato que atrapaba a esos molestos ratones. Al menos así fué hasta que algo ocurrió, algo que en serio lo hizo molestar.

Ocurrió pocos dias después de una cierta tarde, Childe dio un paseo por los pabellones de Liyue junto a Lumine. Fue una tarde especial, un día, mejor dicho. Por la mañana la esperó fuera del hotel donde se quedaba y pasearon juntos por el puerto. Por la ocasión, Lumine llevaba un vestido diferente y un bolso que si bien le generó curiosidad no dijo nada. Era bonito, de hecho todo en Lumine era bonito siempre pero hoy fue excepcionalmente adorable. Su señorita se la pasó hablando sobre sus aventuras pasadas cuando aún viajaba con su hermano, dijo que seguramente seria del agrado de Aether. ¿Honestamente? Childe lo dudaba, pero la sensación era cálida en su corazón al ver que Lumine tenia tanta fe en ese futuro que esperaba llegara algún día para ambos.

La notó nerviosa mientras caminaban, como si se contuviera de decir lo que realmente deseaba decir. Para no acabar la mañana en solo una caminata, Childe la invitó a pasar una tarde de pesca cerca de la montaña Hulao. Inmediatamente ella aceptó.