Capítulo extra "Epílogo"

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Narración general

Un mes había pasado desde aquel incidente.

Karito esperaba impaciente la salida de prisión de Firem. Faltaban dos meses, aunque para ella era una eternidad, nunca le había costado tanto esperar por algo.

Era de noche, se encontraba en Suna, en aquella casa que había comprado para estar más cerca de Firem.

Había tenido un día agotador. Tuvo una reunión con los demás miembros de su clan, los cuáles obvio que mostraron su indignación ante el actuar de la castaña, además de su preocupación de que la actual líder del clan Sarutobi siguiera firme en su idea de contraer nupcias con un criminal.

Karito no le dió la mayor importancia, y anunció que estaba embarazada, en efecto, de Firem, cosa que genero opiniones divididas.

Algunos estaban felices por ella y por el futuro del clan, ya que eso significaba un heredero seguro, otros no tanto, más que nada por quién era el padre, igualmente no era un asunto que alguno fuera a discutir con ella.

En el mes ocurrieron más cosas, una de ellas fue la disculpa de Shikamaru, quién se sintió algo avergonzado por su comportamiento, igualmente Karito no se hizo mucho drama y lo perdonó al tiro. Karito no le guardaría ningún rencor, entendía que su actuar fue producto de pensar que había perdido a Temari, cosa que no negaba podía ser terrible para él.

Estaba por lograr conciliar el sueño, envuelta en su habitual capullo de sábanas y cobijas, ya que contrario a lo que muchos pensarían por lo que se ve en el día, en la noche la temperatura en Suna era realmente baja, en ocasiones llegando hasta los cero grados celsius, una de las curiosidades de vivir en un desierto.

En eso, sintió una presencia detrás suyo, por acto reflejo agarró lo primero que tuvo a la mano, que casualmente era una de las katanas de Firem, y la detuvo a medio centímetro de impactar contra el cuello de la persona que se había colado en su casa.

La castaña vió gracias a la luz de la luna a Megrez quién estaba sentado sin más, viéndola.

—Pensé que ya estarías dormida a esta hora— comentó Megrez sin más al ver la reacción de la castaña—. La katana de Firem, ¿es en serio? Si no te hice nada.

—¿Qué haces aquí? Todo el mundo te sigue buscando, por más que abogué nadie quiso perdonar tus delitos— le echó en cara la Sarutobi.

—Nada más vine a visitarte— Megrez la vió en esa sexy ropa de cama, a la luz de la luna, se veía como una verdadera diosa—, de verdad es un desperdicio que te cases con Firem, habiendo tantas buenas y mejores opciones en el mundo, digo. ¿Qué le ves? Es apático, gruñón, casi siempre está con esa mirada seria, nada divertido y para nada es un semental como yo— la miró de forma coqueta.

Karito puso su cara de aburrida.

—Déjame adivinar, esa mejor opción ¿eres tú?— Karito alzó una ceja algo incrédula.

—¿Yo? Para nada hermosa— Megrez le guiñó un ojo—. Simplemente te doy mi opinión objetiva, si quisieras podrías conseguir a un mejor hombre, uno más alegre, mejor en la cama que Firem, amoroso, leal y que de la vida por ti, divertido y sin tener cara de "los odio a todos" todo el tiempo, sin mencionar mucho más empático.

Dicho eso Megrez se puso de pie y Karito lo siguió con la mirada.

—¿Ya te vas?— Karito imaginó que había venido para chantajearla de nuevo con otra cosa.

—Sí, la verdad después de la aventura de hace un mes, me sorprende que no hayas dado una cachetada cuánto menos— señaló Megrez.

—Tienes razón, es lo mínimo que te mereces— la Sarutobi le dió la razón.

Mi amada chica empática [FireKari]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora