III

86 18 7
                                    




-Se llama Alessio Zabini- le explica una tarde Scorpius

Los chicos está sentados en el tronco de uno de los arboles del inmenso jardín de la casa. Scorpius apoyado en el árbol, Albus en el chico. Parece mentira la confianza que han alcanzado en tan poco tiempo, incluso parecen haber conectado de verdad, como dos gotas de agua que se mezclan hasta hacerse una.  El sol se está poniendo y cada vez queda menos luz, lo que implica que la hora de la cena se aproxima.

-No lo he visto nunca por aquí-

Ya no hay rastro del Albus tímido y cortante que llegó hace un par de semanas, lo que enorgullece a Scorpius.

-Eso es porque vive en el pueblo, tonto- dice Scopius golpeando sin fuerza a Albus - Llamó esta mañana. Organiza una fiesta en su casa esta noche y nos ha invitado

-¿Nos?

-Sí. ¿Quieres ir?

Albus le dirige una mirada angustiada al rubio. Lo que hace que este mencione al momento

-Si no quieres no vamos...

-No no. Sí que quiero ir

Alessio Zabini es el mejor amigo de Scorpius, se conocen desde siempre. De hecho hubo una época en la que los pueblerinos les llamaban los siameses, uno muy rubio y el otro muy moreno, claro. Sin embargo, empezaron a hacerse mayores y mientras Zabini empezó a interesarse por las fiestas, el alchol y las mujeres , Scorpius optó por ser el adolescente que disfrutaba de su tiempo libre leyendo y escribiendo libros, componiendo música y vagando por los montes de Furore. No es que no se lleven bien, al contrario, siguen siendo muy buenos amigos, solo que no comparten las mismas aficiones. Así que cuando Alessio llamó a Scorpius para invitarlo ni más ni menos a una fiesta, el rubio supo que lo había hecho para conocer a Albus, porque otra cualidad de Alessio Zabini era ser cotilla.

Albus y Scorpius llegan bastante tarde a la fiesta, quizá porque un par de horas atrás Albus  empezó a quejarse de su mal gusto con la ropa y Scorpius intentó ayudarlo todo lo posible. Al final, ambos han optado por vestir de blanco y Albus está bastante contento con eso.

La fiesta se organiza en el enorme jardín de la casa Zabini, porque el niño se ha quedado solo durante un par de días. El ruido de la música se escucha desde mucho antes de llegar a la casa e incluso se percibe el sonido de personas cantando. 

-Scorpius...- dice Albus antes de que se metan en el interior de la casa

-¿Si?

La noche ya ha caído, y las calles están totalmente vacías.

-No me dejes solo en ningún momento, por favor

Y lo dice con esa cara y esos ojos que Scopius no puede evitar mirarlo con ternura

-Estaré a tu lado - le dice con una sonrisa sincera - Siempre.

Albus asiente, respira profundo y con una seguridad que no tiene acompaña a Scorpius dentro. La casa y sus alrededores están a rebosar de gente y aunque Albus no conoce a Alessio Zabini, lo distingue entre la multitud al instante. Es el chico moreno que está sobre la mesa de billar, semidesnudo y con un vaso de bebida en cada mano. Alessio también parece reconocerlos porque clava su vista en Scorpius.

-¡MUCHACHOS ACABA DE LLEGAR MI MEJOR AMIGO, EL ALMA DE LA FIESTA, EL GRANDIOSO E INIGUALABLE SCORPIUS MALFOY !

Después de gritar baja de un salto de la mesa y se dirige hacia ellos, Albus siente como Scorpius se pega más a él.

-Hola Ale

-¡Ciao Scorpius!- dice mientras le da un fuerte abrazo -Tu debes ser el misterioso amigo de mi rubito, Albus

Albus asiente y Zabini le estrecha la mano.

Un par de minutos después el huracán Alessio se marcha a otra parte y Scopius y Albus se vuelven a quedar solos. Albus repasa la situación con ojos críticos y finalmente detiene su atención en una muchacha de piel blanca y pelo negro que esta charlando con otras dos chicas cerca de la piscina.

-¿Quién es la chica?- pregunta con curiosidad Albus

Scorpius mira a Albus y después a la niña varias veces

-Giorgia

-Es guapa ¿no?

El rubio lleva su mirada tan rápido a la chica que casi se disloca el cuello, después solo asiente con desgana y le da un sorbo a la cochinada que Alessio les ha ofrecido de beber un par de minutos antes.

-Supongo...

Las siguientes horas Scorpius bebe y baila más de lo que suele hacerlo, quizá la presencia de Albus tiene algo que ver. Bailan siempre con el otro y Albus (el tímido de Albus) nunca deja que los vasos de ambos queden vacíos. Scorpius a veces piensa que el moreno está demasiado cerca y que la forma en la que se miran no puede ser solo la de dos amigos. Para las tres de la mañana Scorpius piensa que es la mejor fiesta a la que ha ido nunca.

A las tres y media se da cuenta que no, que salir de fiesta es horrible, que beber es horrible, y que enamorarse de alguien lo es aún más. A esa conclusión llega cuando Alessio, mas torcido que una curva, le dice que su amigo Albus y Giorgia se están dando el lote detrás de unos arbustos cercanos a la piscina.

Y Scorpius al principio no le cree, no puede creer a un borracho, y tampoco quiere creer que su tímido Albus se esté besando con esa chica. Pero no le queda de otra cuando los dos aparecen corriendo de la mano minutos después.  Las pocas ganas de fiesta se evaporan del cuerpo de Scorpius y no le queda otra que tragarse el orgullo y alegrarse por Albus.

Porque eso es lo que hacen los amigos.

La fiesta se da por finalizada a las cinco de la mañana, cuando el sol ya ha salido y en el jardín de la casa hay más personas dormidas que despiertas.

Para entonces, las dos únicas personas que siguen bailando, para sorpresa de Scopius, son Albus y Alessio, que parecen haberse hecho amigos demasiado rápido.

El rubio, que está empezando a cansarse de la situación, se acerca con delicadeza a Albus. Agarra al zoquete del brazo y le dice que lo es.  Por supuesto, Albus está demasiado borracho y no es capaz de entender el insulto lanzado por su amigo, y en el caso de haberlo entendido, Scorpius está seguro que el moreno no se acordará de nada. Así que vuelve a insultarle cariñosamente, pero esta vez añade una frase que dicha en voz alta revela varias cosas.

-Eres un tonto Albus Potter, pero me gustas.

Lo dice, y al hacerlo se da cuenta de lo fuerte que es su sentimiento. También se da cuenta de que Zabini está al lado, y que el imbecil le mira con una enorme sonrisa en la boca.

-No le dirás lo que dije- dice Scorpius serio.

Porque Alessio por muy borracho que vaya siempre recuerda las cosas. "Es un don que he ido perfeccionando con los años" dice siempre con orgullo.

-Mis labios están cerrados

La vuelta a casa es larga, sobre todo porque Albus rodea a Scorpius del cuello y deja caer todo su peso sobre él. Después suelta un

-Voy a cerrar los ojos pero te prometo que no estoy dormido

Cuando llegan a casa todos siguen dormidos todavía.

Scorpius sube a Albus con dificultad por las escaleras hasta llegar a su habitación. Una vez allí lo tumba en la cama, le saca los zapatos y los pantalones y antes de que Albus pueda despertarse, Scorpius se aleja y se acuesta en su propia cama.

Está demasiado cansado como para darle forma al montón de pensamientos que surgen en su cabeza.

Una Estrella FugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora