PRÓLOGO

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Me quedo mirando a las dos personas que tengo enfrente sin poder creer lo que está pasando.

—Pensé que lo que teníamos era de verdad pero solo me usaron para su beneficio.

Un bufido de su boca es lo que tengo por respuesta.

—Me dijiste que me querías y me lo creí —digo mirándolo a los ojos buscando algo, lo que sea que me diga que estoy equivocada. Pero no veo nada allí — y tú —me volteo a ver a la chica a su lado —pensaba que... creía que éramos amigas pero solo me usaron para su beneficio —digo sin poder controlar las lágrimas que salen sin permiso de mis ojos.

—Pues sí, que se puede esperar de alguien como tú —dice fríamente —mira lo fácil que fue engañarte.

—No entiendo por qué están haciendo esto. Se trata de alguna broma o algo. ¿Es eso? Porque de lo contrario no le encuentro sentido.

—Eres tan tonta que crees que esto es una broma, nunca en mi vida había hablado tan enserio como ahora.

—Pero tú me quieres, me dijiste que me querías y...

—¿A ti? —Dice con incredulidad interrumpiendo mis palabras — ¡por Dios! —un bufido sale de su boca —pero ¿Te has visto? solo eres una más de todas con las que he estado, solo mira que rápido te abriste de piernas para mí.

Sus palabras me dejaron inmóvil. En ese momento sentí como mi mundo se vino abajo dejando paso a una inmensa vergüenza, y fui capaz de escuchar como se me rompió el corazón con tan solo escuchar esas palabras salir de su boca. Fue un golpe de realidad, no podía creer lo que salía de sus labios y un sollozo se escapó de mis labios sin permiso.

—Eres un idiota yo confíe en ti, en ustedes. pero los dos se pueden ir al infierno no los quiero volver a ver en mi vida.

Y sin más, salí de esa habitación sintiéndome sucia y usada por dos personas que creía que eran importantes para mí.

Un giro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora