(Narrado en la perspectiva de Sunghoon)Era un martes a medio día y Park Sunghoon, un muchachito conocido en la facultad por su tranquilo semblante, se encontraba llevando su penúltima clase del día, contabilidad. Su voz interna le reclamaba con recelo el haberse inscrito en esa clase, ya que siempre salía con un dolor en la cabeza al tratar de recepcionar toda la información que le brindaba el profesor Byun. Pensar que debía guardar energías para la siguiente jornada no le ayudaba tanto, prefiriendo seguir anotando algunos puntos que consideraba importante en su libreta.
Cuando iba a pasar la hoja sintió un pequeño gruñido proveniente de su estómago, mirando a los lados por acto reflejo y comprobar que nadie lo había escuchado. Alzó su mirada para observar el reloj que yacía colgado en el salón e hizo el esfuerzo de ocultar la sonrisa que amenazaba con exponer su felicidad al saber del poco tiempo que disponía su maestro para culminar el tema de la finalización del ciclo contable.
Con paciencia, esperó los cinco minutos que restaban de la clase y la campana sonó, anunciando que el cambio de hora debía realizarse. Agarrando sus pertenencias, Hoon, se planteó el dirigirse hacia el comedor, donde tendría que hacer una cola interminable para conseguir algún dulce, o caminar hasta la máquina expendedora situada detrás de la torre A y comprar un jugo de leche con fresa y sus galletas favoritas.
- Sí, no tengo mucho que pensar.- se dijo así mismo. Ahora, solo debía ir con cuidado de encontrarse con ese pequeño que no perdía la oportunidad de interceptarlo.
Kim Sunwoo, quien tenía por nombre de batalla Sunoo, parecía haberse encaprichado con él solo porque la atención no era recíproca en el intento de relación (amical) que el menor quería formar. Se notaba que Kim era dramático, insufrible y ruidoso, por lo que no deseaba tenerlo en su vida. Al menos, no pronto.
Suspiró confiado en que ese escenario era poco probable y, estando en frente de la máquina, metió unas monedas, presionó botones y el paquete de galletas integrales con miel que tanto disfrutaba ya estaban en sus manos. Un toque en su espalda lo asustó, sintiéndose atrapado al ver quién era.
- Hola, sunoo.- le saludó sosteniendo con fuerza parte de su refrigerio. "Hola, Sunghoon, ¿Cómo te ha ido?", le respondió casi de inmediato.- Bien, gracias por preguntar. ¿Necesitas algo?
Park pudo observar como las mejillas del contrario empezaban a adoptar un color carmín mientras este jugaba con sus manitos. Las palabras que trataba de utilizar parecían no querer ser emitidas y la distancia entre ambos era acortada por Sunoo con cada paso que daba. Las señales eran obvias y Hoon no lo permitiría.
- Sunoo, espera . . .- le tomó de los hombros con cuidado y, con la presión del momento, se esforzó en elegir las palabras adecuadas.- Estoy enamorado. Yo, yo tengo a alguien y lo que menos quiero es dañarle.
La carita ajena parecía no salir de su asombro pese a la voz poco firme del mayor; empero, la seriedad de su rostro parecía aportar credibilidad a sus palabras. Un "¿Estas saliendo con alguien? ¿Le conozco?¿Quién es?" se escuchó y Sunghoon, como si de un examen oral final se tratara, empezó a tratar de pensar qué responder sin exponer su mentira. Los nervios le invadieron, pues ni siquiera contaba con la presencia de su mejor Jake para que sentirse seguro.
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Novios falsos• SUNGWON
RandomDonde Sunghoon trata de librarse de aquel pelirosa chillon conocido como Kim Sunoo. Y que mejor que fingir que tu compañero es tu pareja