"Capítulo 37"

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—¡Salta!— grito la mujer en cuanto vio a la jovencita.

—¿Qué?—

—¡Salta!, Se va a estrellar.— grito una vez más.

Lauren vio que el conductor ya no estaba, nadie manejaba aquella Van.
No lo pensó dos veces y salto a un lado de la carretera.

Los disparos no se hicieron esperar, pues aunque Melissa había explotado alguno, no fueron suficientes para hacerlos desistir de su propósito.

—Dame la mano— dijo la peli-castaña llegando hasta su sobrina.

Tomo la mano de la chica y salió corriendo hacia las montañas entre el medio de las balas. La mayor se deshizo de algunos más durante aquella persecución, hasta que después de unos kilómetros  lograron escapar casi ilesas de aquel lugar.

Estuvieron por unos minutos escondidas en un hueco que la mayor encontró entre la hierba y hojas secas que habían en la montaña, esto para ver qué nadie las estuviera siguiendo, una vez se aseguraron que todo estaba en orden, salieron de allí y caminaron otro poco, hasta que anocheció.

—descansaremos aquí— dijo Melissa dejándose caer sobre un tronco completamente agotada.

La joven por el contrario se quedó de pie viéndola, movía la cabeza de un lado a otro, veía hacia arriba, a los lados, a su tía y repetía una y otra vez esos movimientos.

—¿Estás bien?— cuestionó la mayor al notar la actitud tan distraída y los movimientos tan extraños que estaba haciendo la jovencita.

Lauren entonces se quedó viéndola fijamente.

—¿Es-Estas a-aquí?, ¿En verdad eres tú?—

Melissa se puso de pie y se acercó a su sobrina para tomar su mano, después de esas preguntas entendió porque la joven actuaba de aquella manera… no sabía si lo que estaba viviendo ahora era real.

—¿Puedes sentirme?—

La joven, aún con su mirada clavada a los ojos de la mayor, asintió al sentir como está tomaba su mano con delicadeza.

Era suave, tibio y para ella se sentía muy bien, no había tocado a otro ser humano desde que la habían metido a ese lugar.

—Entonces soy muy real.— Susurro con una sonrisa.

El siguiente movimiento de Lauren fue tan rápido que tomo desprevenida a su tía, quien no supo cómo reaccionar ante el abrazo tan fuerte que la chica le dio.
La peli-castaña sentía como la chiquilla se aferraba a su cuerpo, mientras su corazón latía fuertemente, la escuchaba respirar entrecortado por lo que dedujo estaba llorando.

—Shh, shh… estoy aquí, tranquila, todo está bien ahora— susurraba intentando calmar a la menor, y acariciando su espalda suavemente.

Después de unos momentos mas, Lauren se separó de la mayor, limpio sus ojos y aclaro su garganta.

—Lo siento, no fue mi intención hacer eso.— dijo Lauren alejándose rápidamente de Melissa.

—No te disculpes… llevo tanto tiempo buscándote y este abrazo es prueba de que logre encontrarte—

La jovencita levantó la mirada y sintió un gran alivio cuando escucho las palabras de la mayor, sonrió, pues a pesar de todo si la habían estado buscando, a pesar de todo lo que ocurrió, allá afuera si habían personas que la querían. No estaba sola.

***

—ya no puedo mas…— Soltó Lauren casi callándose a la tierra.

Una Segunda Oportunidad Para Nuestra Familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora