Capitulo 4

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Tensión.

Tania viene a buscarme para el desayuno y la encontré un poco más seria que las anteriores veces, pero no opino.
El resto de mis doncellas no están por ningún lado e igual omito preguntar por ellas.
Si hubiera pasado algo malo lo sabría ¿no?

El pequeño miedo de que Cameron les haya echo algo se instala en mi pecho pero se desvanece al llegar al comedor y ver a Teresa riéndose de un chiste que le hizo Sam mientras Lucero las regaña.

Se dibuja una pequeña sonrisa en mi rostro al verlas a salvo.
Me siento en la mesa solitaria y a los segundos me traen mi desayuno.
Hay variedades de frutas, y frutos secos, huevos fritos y pan, entre otras cosas que se ven deliciosas pero se que no podría comer todo.
Mientras mis doncellas comienzan a parlotear al otro lado del salón entra una sirvienta dejando la última bandeja. Cuando por fin se retira observo que hay: tostaditas con avena y miel.

Se me hace agua la boca al ver lo exquisito que se ve. Santos cielos, tenía demasiada hambre esta mañana.

Me tomo un sorbo de mi té y estiro la mano para agarrar una tostadita pero el grito que suelta Teresa hace que me sobresalte y la miré.

Ella viene hacia mi a toda velocidad y me sorprendo cuando toma una de las tostaditas y se la lleva a la boca, horrorizada.

- ¡Es miel!- dice alarmada, pero no a mi, sino al resto de las doncellas.

- Creo que es bastante obvio que es miel- digo extrañada pero ella me mira de mala gana mientras Lucero quita la bandeja de mi vista.

- ¡Eres alérgica a la miel!- reprocha.

- Oh...- es lo único que logro articular.

- Si, oh- pone sus manos en su cintura-. Un minuto más y terminabas en enfermería con la garganta cerrada y mas azul que un hongo de pradera.

- ¿Qué? ¿Y cómo saben a lo que soy alérgica?

- El general nos prohibió darte miel porque dijo que eres alérgica- Sam soltó sin más no dándose cuenta de su error, pero para cuando se dio cuenta de lo que había dicho se cubrió la boca con una mano.

- ¿El general?- pregunto, sorprendida. Ninguna responde y odio que no lo hagan.- ¿Cómo sabe que soy alérgica a la miel?

Pero si me querie tres metros bajo tierra, es ilógico que me proteja de la miel.

O bueno si, me quiere asesinar él.

Vuelven a quedarse calladas por un largo rato hasta que su salvación llega echa persona cuando el rey entra en el comedor con una gran sonrisa.

Mis doncellas le hacen una reverencia y se van del salón no sin antes recibir una mirada mía.

Ya las iba a encontrar.

- ¡Morana, que gusto verte!- vuelvo mi atención al rey y le sonrio amablemente.

- Su majestad ¿Que lo trae por el salón donde come una asesina?- trato de bromear pero las palabras salen con un gusto amargo.

- No digas esas cosas- se sienta frente a mi, toma una frutilla y se la lleva a la boca, saborenadola.- El que trabajes junto a mi hará que algún día seas perdonada por tus pecados.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2022 ⏰

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