Capítulo 22 - Será mía

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Cristopher:

- Vamos, mira no nos vemos hace meses, Cris por fa - Una de mis amigas hacia puchero por llamada, acababa de llegar a Bibury y lo menos que quería era salir, la verdad lo único que deseaba es dormir y estar tranquilo

-Estoy cansado, el viaje fue largo y...

-Estoy afuera así que sales ahora y nos vamos, te vas a divertir te lo prometo - Genial ahora no le podía decir que no

-Dame 5 y bajo - soltó un chillido de emoción haciendo que aleje el celular de mi oído. Cuando me dispuse a abrir la puerta de mi casa recordé que no había avisado que llegaba hoy ya que les quise dar una sorpresa al llegar antes.

Tener el coeficiente mas alto que algunas personas me ayudaba mucho, no solo en la vida si no en la universidad, el rector de esta me había ayudado a llevar cursos adelantados y así poder terminar antes mi carrera o poder darme uno o dos años sabáticos, si así de adelantado estaba, agarré mi celular y envié un mensaje a Luis, de paso llamar a mi mamá.

- Mamá, acabó de llegar voy a salir un rato - creo que lo dije tan rápido que mi madre no tuvo ni si quiera tiempo de analizarlo bien

-Esta bien hijo, nos vemos luego - dijo algo cortante, ¿Algo habrá pasado? No lo creo, seguro no es nada. En cuanto abrí la puerta pude ver a Cristina, llevaba una blusa color blanco con una falda de color negro la cual le favorecía en todos los sentidos.

- Muy bien, acá me tienes - sonrió al verme - a donde vamos

-Obvio a la discoteca, así que avanza- En cuanto llegamos a la discoteca no me sorprendió ver a tanto chiquillo, es verdad que eran menores de edad pero al ser un pueblo pequeño no había mucha supervisión en esos aspectos. Muchos chicos, por no decir niños empezaban a tomar y a introducirse en los vicios desde los 12 o antes.

Muchos de mis amigos estaban ahí, durante meses no había ido a la discoteca, a fiestas en casas de alguno que otro conocido si pero cuando tengo clases evito ir a fiestas por que tengo en claro que mi futuro es lo mas importante. Pero ahora estoy acá, sin clases así que podría ver la manera de desestresarme un poco y pasarla bien.

-¡!Crissss! - Muchos de mis amigos voltearon y se percataron de mi presencia, me acomodé los lentes y fui a saludarlos

-Hermano ¿Cómo estas? - Dijo uno de ellos dándome un golpe en la espalda alzando la voz ya que la música inundaba el lugar

-Bien - dije cuando uno de ellos me entregó un vaso de color rojo, me lo llevé a los labios, saboreando y disfrutando de aquella sensación de quemadura que ocasionaba el alcohol al bajar por mi garganta, mientras el tiempo iba pasando empezó a dolerme la cabeza, suponía que era por el volumen de la música y el alcohol que me había tomado, ojalá mañana no tenga resaca, es verdad que no eh tomado mucho pero la falta de costumbre de tener alcohol en mi organismo puede ser muy malo, pero ¿Solo se vive una vez no? además no sería la primera vez que mis padres me verían llegarían ver en ese estado así que...

-No sabía que habías llegado - Una voz demasiado conocida, era la puta de Silvia, reconocería esa voz donde fuera - Es raro que no me avises, sabiendo lo bien que la pasamos - pasó su mano por encima de mi pecho y tratando de darme un beso en el cuello, la quite de forma inmediata

-Tal vez solo me busque a otra para tirar y pasármela bien - acerque nuevamente el vaso a mi boca, eso le cayó como una bofetada en el rostro y si, tal vez fue mi error meterme con ella sabiendo que empezó a sentir algo por mi, pero yo nunca le di motivos para pensar que llegaríamos a algo. Los puntos estaban claros y ella aceptó los términos, la pasábamos bien y ya...Nunca le hablé de amor y hasta evitaba contestarle los mensajes por que sabía que se podría hacer ilusiones, desde el principio le dije que el amor o sentir algo por alguien no estaba dentro de mis planes.

AMOR A DESTIEMPO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora