𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓.┆❛❛Como presidente del Busan Outlaw Motorcycle Club, follo tan duro como conduzco mi moto y rara vez me acuesto solo. Las mujeres son promiscuas y la violencia es intensa. Me destaco en ello.
Yo era un rey, imperaba sobre Busan sin comp...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝕵𝖚𝖓𝖌𝖐𝖔𝖔𝖐
Golpeo la tapa de la botella de cerveza contra la barra, haciéndola salir disparada hacia arriba.
Es mi tercera y todavía me siento furioso. Debería fumar un poco de marihuana, o encontrar una puta del club para sacarme las frustraciones. O tal vez fumar un poco de hierba mientras me saco las frustraciones.
Doblo mis nudillos doloridos y los miro; hay sangre seca salpicada en mi piel.
Aunque no estoy seguro de quién es la sangre. Podría ser mía, podría ser de Kai. Lo pensará dos veces antes de ponerse impertinente conmigo otra vez. Le dije que estábamos cambiando de compradores, y él decidió en ese mismísimo momento cultivar un par de pelotas. Nosotros hemos utilizado su producto durante los últimos siete años, pero cuando decidió desaparecer durante más de un mes, llegó el momento de cambiar. Tuve algunos compradores cabreados cuando no había podido proveerlos.
—Hombre, ¿oíste eso? —La puerta del club se abrió de un portazo. Mirando por encima de mi hombro, Taehyung entra con los ojos abiertos de par en par. Es mi primo y recibió su apodo porque cuando mata, es tan silencioso como una pantera. Toda su persona me recuerda a un felino. Es un imbécil, solo quiere la atención de una perra en sus términos, y folla como si fuera a pasar de moda.
La mayoría me llaman Kook. Mi nombre es Jungkook, pero de niño, mi hermano menor no podía decirlo, por lo que balbuceaba Kook. Todos comenzaron a llamarme así, y nunca me opuse. Tiene ese puto sentimiento de Brady Bunch[1]. Una perfecta familia, con tres niños, una mascota y una camioneta en el camino de entrada a su casa. Ya sabes, lo común. No hay mucho de eso en mi vida, pero Kook se me quedó atascado. Eso es casi tan raro como que yo conserve esa mierda.
—Nos delataron, hombre. Ellos tomaron uno de nuestros contenedores. Por suerte, era uno que acabábamos de vaciar.
Niego con la cabeza.
—Este es el tercer puto miembro que es delatado esta semana. —Golpeando la botella contra el mostrador, me paso las manos por el pelo, cabreado. ¿Qué pasó con la lealtad, la hermandad? Los pensamientos de traición proliferan, mis manos duelen queriendo estrangular a alguien en represalia.
—Tu viejo siendo encerrado nos puso en la mira a todos.
Arqueo una ceja, mi corazón se acelera con su comentario. A mi padre lo arrestaron transportando drogas, y fue como un efecto dominó. Cada vez que me doy vuelta, están arrestando a otro miembro. Es solo cuestión de tiempo antes de que todo este puto club se venga abajo.
Dentro de poco, todos los demás comenzarán a pensar lo que yo estoy pensando, que mi padre habló con la policía y rompió una regla muy importante. El simple hecho de pensarlo hace que mi sangre bombee con urgencia, que quiera ser violento. Quiero creer que mi padre nunca cometería semejante acto de debilidad, que soy una mierda por siquiera pensarlo. Sin embargo, es lo único que tiene sentido. Él es un puto soplón y debe pagar el precio por sus indiscreciones.