Ahora no sólo comparten habitación, también el cuidado de un niño de dos años.
Kihyun y Minhyuk, totalmente desconocidos y diferentes, uno hetero y mujeriego, uno homosexual y con un sentido fuerte de la responsabilidad, nunca pensaron que terminarí...
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—¿Quieres un helado? -le preguntó Giselle, una compañera de clase de Kihyun, al niño.
Éste asintió aplaudiendo.
—Este niño se va a convertir en un consentido si siguen comprándole lo que quiere –les dijo Kihyun pero sólo recibió gestos haciendo menos la idea.
—¡Ey, Ki! –Wonho pasó una mano por su brazo y se sentó a su lado, mostrando la lengua al niño justo como el más pequeño también lo hacía y trataba de alejar su brazo- ¿cuándo podremos salir a dar una vuelta?, ya sabes tú y yo, no sé...
—No tengo mucho tiempo -le explicó– desde que Wonnie llegó a mi vida consume mis horas por completo.
—Pero no es tu hijo y tiene un padre que puede cuidarlo ¿no?
Kihyun hizo un puchero, sus labios formaron un triángulo y aunque sabía que Wonho tenía razón no quería salir por ahí y perderse tiempo con el menor, lo quería como si fuera suyo, sabía que nunca iba a ser padre y no pudo evitar encariñarse con el pequeño, sabía también que no era su hijo, que Minhyuk se lo podía llevar en cualquier momento y aún así quería disfrutar la experiencia.
—Prometí que veríamos una película -le dijo- ¿verdad?
Wonnie asintió– madagaca –dijo con entusiasmo, más cuando Giselle regresó con su cono de helado.
—Pues tú te lo pierdes -le dijo y se fue.
—Hasta luego -se despidió Kihyun sin recibir respuesta del otro.
—¡Grosero! -le gritó Giselle.
—Oh no, no manches tu ropa, Wonnie -le dijo limpiando las prendas con una servilleta.
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