°•Un esposo invisible •°

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Kirishima despertó sin saber dónde estaba. De su piel emanaba un perfume exquisito y lo envolvía una túnica de seda y oro, y sus dedos brillaban con diez anillos de piedras preciosas.

Estaba tendido sobre una cama, en medio de un cuarto de un lujo abrumador.

Frente a el en una mesa en forma de media luna, dos bandejas de plata amontonaban quesos, aceitunas, dátiles y uvas. Y una lira, de la que no veía ni el instrumento ni el ejecutor, inundaba de música la estancia.

Creyendo soñar, pellizcó sus brazos. Pero no: estaba despierto y vivo.

Fuera lo que fuese, no debía ser malo... ¡Jamás se había sentido tan contento y relajado!

Cuando recorría la habitación para admirar los detalles en oro que recubrían las paredes, una voz llegó a sus oidos:

-Eres mi invitado para siempre. Lo que quieras te será concedido. Sólo tienes que ordenarlo, dulce niño.-.

Las palabras sonaron tan suaves, que Eijro no sólo se sintió tranquilo, sino que protegido.

Y como si la voz hubiese alejado al sol, las tinieblas cubrieron la habitación.

Entonces, y en medio de la más completa oscuridad, Eijiro sintió la tibieza de un cuerpo junto al de el Ahora la voz musitó junto a su oido:

-Te amo desde el primer momento en que te vi. Seremos tan felices como nunca lo ha sido nadie.-.

-Quien eres tú?-dijo Kirishima halagado.

-Eso no me lo debes preguntar, todas las noches, cuando los murciélagos salgan de sus guardas y comiencen a revolotear bajo el cielo nocturno, yo estaré aqui.
Pero antes que las luces del alba iluminen tu ventana, me iré de tu lado, pues jamás deberás conocer mi rostro.-

Paso una semana. Nunca antes, para Kirishima los dias habian sido tan largos y monótonos y las noches tan cortas y felices.

En las mañanas vagabundeaba por los interminables corredores y jardines en busca de una compañia humana, de alguien con rostro visible con quien poder conversar y compartir sus emociones diarias.

Las horas de luz se le hacian cada vez más lentas:ahi en ese palacio el tiempo era distinto: a lo mejor el ya tenia mil años, o a lo mejor sólo habia pasado un dia y el no se daba cuenta!

Felizmente, todo se transformaba en alegria cuando el sol daba paso a las tinieblas.

Entonces regresaba a su habitación, donde, en la más completa oscuridad, la esperaba el hombre que habia cautivado su corazón tan sólo con caricias y palabras. A esa hora, los augurios del oráculo quedaban convertidos en un mal sueño y Kirishima era completamente feliz ,podía haber pasado un siglo, podía haber pasado un año: para el sólo era un día.

Mientras tanto, los padres de Kirishima envejecian en un duelo inconsolable. No les cabía duda de que el oráculo se había cumplido y de que el niño ya estaba viviendo con el monstruoso marido que le correspondía. Los hermanos de Eijiro, por su parte, también los visitaban y les avivaban la pena con mil preguntas y mil suposiciones.

-Debe ser horrible...

-Debe hacerla sufrir... -¿Y si intentamos visitarlo?

-¿Y si...?

-¿Y si...?

Finalmente los desesperados progenitores terminaron rogándoles que subieran a lo alto de la montaña y trataran de encontrar el lugar del que había hablado el oráculo.

{☆}°• bueno espero les guste la historia , si tengo algún error ortográfico lo pueden corregir °₩° solo no insulte•°

<♧>°•°•°extensión 565 palabras °•°•°

[🍡]°•Me enamoré de un dios•°[♡] (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora