En cierto modo no le sorprendió verlo ahí. Sabía que él estaría. Sabía que él estaría esperándolo, aunque a su ego no le gustara admitirlo.
Estaba sentado a la mitad de la explanada de la azotea, y una pila de libros se erguía a su lado. Tenía uno en su mano izquierda, mientras que con la otra hacía unas cuantas anotaciones en un pequeño cuaderno a su lado. Izuku se acercó sin hacer ruido, suavizando todas y cada una de sus pisadas.
— ¿Qué es lo que haces? — preguntó Midoriya, provocándole un pequeño sobresalto al rubio.
— Estudio.
— ¿Estudias antes de los Juegos? Que dedicado. E inútil a la vez.
— Estudio el japonés.
— Oh, el idioma que solo las familias ricas pueden conservar.
— Los demás también lo podrían aprender si se dedicaran. — dijo, mirando por un momento las esmeraldas que el contrario tenía por ojos.
— ¿Disculpa? — el pecoso se llevó la mano derecha al pecho, simulando indignación. — Podría tener los libros, pero yo no tengo tiempo para aprender un idioma. Me encargo de muchas cosas de la casa. No me paso el día haciendo nada.
Bakugo soltó una suave risa, haciendo entender a Izuku que lo que decía era una total y humilde broma.
— Te aceleras por cualquier cosa, Deku.
Midoriya se acercó a ver lo que estaba estudiando el rubio. En su cuaderno había unos pequeños señalamientos con flechas, indicando definiciones y conceptos. Tomó un libro de la pila que había junto a él y lo abrió en una página al azar. En ella había un pequeño diagrama con pequeñas palabras, ninguna rebasaba las cinco letras. Izuku las leyó una por una, sin entender lo que significaban.
— ¿Qué es kun? — preguntó el pecoso, curioso, señalando una de las palabras que conformaban dicho esquema.
— Kun es un sufijo. — comenzó a explicar Katsuki. — Se usa para referirse a personas del sexo masculino de todas las edades. Si no hay confianza en la relación, solo se puede usar en personas que sean menores que tú.
— Oh. — Izuku pensó un poco, tratando de asimilar la información recién recibida. — ¿Se uniría como Izuku-kun? O, ¿Todoroki-kun?
— Así es.
Bakugo siguió leyendo su libro, mientras repetía una que otra palabra. Midoriya, mientras tanto, leía las utilidades y usos de los sufijos que había en aquel diagrama: San, chan, sama, entre otros pocos.
— San... — susurró Izuku. — San se podría usar como... ¿Ochako-san?
Kastuki miró a su costado, notando que el pecoso estaba revolviendo y confundiendo toda la información. Cerró el libro que tenía en la mano, lo dejó en la pila, y se dedicó completamente a explicarle los sufijos japoneses al chico.
— El sufijo San se usa en personas con las cuales no hay mucha confianza. Se usa de manera formal, no para dirigirte a una persona con la cuál has convivido toda tu vida, como Uraraka.
— Entonces podría decirse... — el peliverde frunció el ceño de manera graciosa, haciendo que Bakugo se enterneciera un poco. — ¿Hitoshi-san?
— Si ese tal Hitoshi es una persona con la cual no tienes mucha confianza es correcto.
Bakugo seguía mirando el libro, mientras señalaba la siguiente definición.
— Este es un poco más formal que el san, es el sama. Este se aplica en las personas con las cuales tienes algún negocio, o que admires muchísimo. — Katsuki no obtuvo respuesta sonora más que un asentimiento de parte del de cabello verde. — El sufijo chan se usa para referirse a alguien de forma cariñosa, como...
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𝚑𝚞𝚗𝚐𝚎𝚛 𝚐𝚊𝚖𝚎𝚜 - 𝚋𝚗𝚑𝚊
Fanfiction¡𝑭𝒆𝒍𝒊𝒄𝒆𝒔 𝑱𝒖𝒆𝒈𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑯𝒂𝒎𝒃𝒓𝒆, 𝒚 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆, 𝒆𝒔𝒕𝒆́ 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒅𝒆 𝒔𝒖 𝒍𝒂𝒅𝒐! *** ~ Bakudeku ~ El concepto de "Juegos del Hambre" no me pertenece a mi, sino a Suzanne Collins, al igual que los personajes...