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Me desaparecí y ahora escribo re poético, viste? Monster truco

Esto es relleno, perdón, pero ya meto drama banda, es que ya entré a presenciales


Sofía se levantó al día siguiente, el calor de la mañana le hacía imposible seguir recostada en la cama sin sofocarse por la angustiante temperatura. Caminó hacia el baño, donde se miró al espejo un rato sin estar consciente, sintiendo que se desapegaba de la realidad como lo hacía algunas veces por las mañanas sin darse cuenta, al volver a sentirse presente, sólo se lavó la cara y salió, tomó su celular y se sentó en el balcón, encontrándose sóla ya que su familia seguía durmiendo

Ricardo <3

Hola
Perdona que me tuve que ir sin aviso
Debes estar dormido, son como las 12 no?
Perdón, escribeme cuando despiertes
te quiero

7:08 a.m. Entregado


Apagó su pantalla y decidió solo ver el día desde ahí. El balcón daba a observar un campo abierto de flores y cultivos de comida que sólo los Gonzalez sabía que existían, era algo que les gustaba hacer, ver crecer la tierra y admirar las maravillas que se podían hacer con unas semillas. Sofía nunca experimentó el sentirse cerca de tales cosas, nunca se había sentado a ver el producto de su familia por estar concentrada en su mundo, además que en la hacienda de México donde creció, nunca entraba al bosque y tierra donde se sembraban frutas y flores, sólo recordaba memorias distantes de lo que fue su infancia cerca del campo. 

Pasó un rato hasta escuchar a Sebastián caminando por la sala, quien luego llegó a sentarse en la silla contigua a la de la chica y sacarle conversación un rato mientras esperaban al resto de la familia para desayunar. Era necesario para ambos sólo tomar respiros de aire frío que caían como punzadas a sus pulmones, e intentar aparentar felicidad y calma a pesar de las situaciones de esos días, era obvio que irían a ver a sus padres ese mismo día, se les había informado del hospital que saldrían de ahí en la fecha del día presente. 

Sebastián invitó a su hermana a ir al supermercado que quedaba cerca a comprar un par de cosas para el desayuno, se notaría que tardarían un rato en despertar al resto de la casa y tal vez comprar un pan y leche les era factible. Así se subieron al auto en pijama, igual era temprano y nadie les podía decir nada, son las típicas compras de emergencia. 

Se separaron al llegar al supermercado, Sofía se fue a la sección de panadería y Sebas a buscar otros elementos, de todas formas de verían en la caja, era un lugar relativamente pequeño. La chica se sorprendió al ver una cara familiar en la misma sección del super, le saludó alegremente debido a la nostalgia y un sentido de felicidad la invadió al ver a Mateo, un amigo de su infancia en España

"Mateo? Sos vos?" Preguntó al ver al chico darse vuelta, una sonrisa en los labios de ambos 

"Sofi?" el se questionó "Hola! Qué haces por acá?" la abrazó  rápidamente, ella recibiendo el cálido gesto

"No pues que tuve que venir de emergencia" se rió, la castaña siempre intentaba mantener su acento Español en el país, su madre le había enseñado debido a cierta discriminación a veces y aún mantenía la clásica forma de hablar "Hace tiempo que no te veo, qué encanto!"

"Igualmente!" soltó un elemento que iba a echar a su carro de comprar "Bua, que no nos vemos desde hace...3 años?"

"La última vez que vine sí...Me fui a México, y pues ahí estoy en la universidad y no he tenido tiempo de venir" se rió suavemente "Me voy como en 3 días de hecho, no pienso quedarme mucho"

"Ah ya veo...Es una alegría verte después de tantísimo tiempo, eh?" Mateo era un chico bueno, amigo de Sofía por años, ojos verdes, cabello café muy oscuro, facciones tiernas con un rostro joven "Te gustaría salir un día de estos? Por un café o algo así, para, mantenernos al día, te parece?"

"Claro, claro!" Dijo optimista ella "Sólo me avisas cuando si?" él asintió, sacando su teléfono para intercambiar números y tal vez hablar un rato luego. Sofía terminó de comprar el pan y se fue con Sebastián, despidiéndose de su amigo amablemente. 

Sofía vivió hasta los 7 años en España, para luego mudarse a México por lo que restase de su vida y el resto de su adolescencia, visitaba a la familia de su madre durante las vacaciones. Mateo conoció a Sofía el verano que tenían tan sólo 13 años. Fue algo normal, se presentaron al tropezarse contra el otro en un parque en donde Sofía solía pasarsela con otra amigas que había conocido años anteriores. Tuvieron una conexión inmediata al sentido de volverse mejores amigos por años y esperar con ansias el verano para verse de nuevo.

Mateo siempre estuvo profundamente enamorado de Sofía. Sus ojos brillaban al verla y al sentirse tan cerca sólo le tenía profundo cariño, sin embargo nunca le dijo, y sabía claramente que a ella no le gustaba él,  lo veía como un hermano. La relación entre ambos fue platónicamente bella, también por que normalmente estaban en grupo, nunca sólos, aunque Mateo era el único que la acompañaba hasta su casa y el único que Sofía dajaba que tomara de su propio refresco o comiera de su comida. Y sabía todo sobre ella, se contaban todo y hablaban por horas sentados en algún techo como estúpidos adolescentes, más era sólo cariño, no había amor a más niveles. 

Cuando Sofía cumplió 17, fue el último año que se vieron. Y el chico no sabía que no la volvería a ver, así que se despidieron como siempre...Y cómo lo lamentó. Al ver al amor de su vida incorrespondido frente a él esa sola mañana, un escalofrío recorrió su cuerpo y recuerdos olvidados volvieron a resurgir. Seguía siendo tan linda como la recordaba, que más bien él se sintió extraño al no haber cambiado nada en aproximados 4 años. Sólo pudo sonreír y volver a abrazarla como no lo pudo hacer en su último encuentro y el cariño que daba por perdido a pesar de pensar en Sofía en ciertas ocasiones apareció frente a sus ojos al verla sonreír. 

Mateo querido, ojalá ni estuvieras enamorado de ella, ya es de alguien más...


❝Pretty boy!❞ //Ricardo AlcarázDonde viven las historias. Descúbrelo ahora