Colección de historias cortas sobre la pareja que conforman Oda Sakunosuke y Ango Sakaguchi, algunas relacionas entre sí.
‹‹❑ Día 1: Hilo rojo.
⠀⠀⠀[AU] 𝑴𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏: ¡𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒓 𝒂 𝑨𝒏𝒈𝒐!
‹‹❑ Día 2: Compartir paraguas.
⠀⠀⠀𝑼𝒏𝒐 𝒂𝒍 𝒍𝒂𝒅𝒐...
Resumen: 「 Dazai Osamu escucha de Mori Ougai -su tutor- acerca del hilo rojo del destino. Ahora Osamu está preocupado por Ango y buscará de todas las maneras posibles, atar un hilo rojo improvisado del dedo de su amigo, junto al dedo de una persona segura. 」
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[1]
⠀⠀⠀En el patio de recreo que compartían el Sun Garden y el Moon Garden, había una reunión importante, tan importante que las conspiraciones más temidas del mundo se quedaban pequeñas.
⠀⠀⠀Cerca de los arbustos, entre la sombra de los árboles, en una considerada base ultrasecreta, había tres infantes, dos de ellos vistiendo un uniforme elegante y oscuro, el tercero poseía la vestimenta que se dictaba en el Sun Garden, más acorde a un jardín de niños público, pero mucho más cómodo, describía su portador.
⠀⠀⠀El tema era el siguiente: Resultaba que Dazai Osamu había oído de su tutor, Mori Ougai, quien casualmente era educador del Moon Garden (que no del Sun Garden donde iba el susodicho Osamu), la leyenda del hilo rojo, un hilo aterrador que cual cadenas te ataba a la persona que se encontraba al otro extremo. Sonaba espeluznante, ¿no?
⠀⠀⠀Mori lo había dicho en el desayuno, cuando al parecer a Fukuzawa (su pareja y segundo tutor de Dazai) le habían encomendado la laboriosa tarea de escribir una novela con ese tema. Dazai, quien no se quería comer las verduras de un desayuno comprado y traído a las puertas de la casa a la hora exacta, quiso gastar tiempo preguntando sobre ese extraño hilo. Mori le respondió, pero de todas formas Dazai tuvo que comerse lo que no quería.
⠀⠀⠀Eso nos llevaba al presente, donde Dazai tenía en manos un carrete de hilo rojo.
⠀⠀⠀—La misión es... ¡proteger a Ango! —tras esa exclamación que tuvo su toque de suspenso, el aludido había dado un saltito en su sitio y el pelirrojo le volteó a ver.
⠀⠀⠀—¿Eh? ¿Y por qué yo...? —el niño comenzó a acomodarse los lentes que casi se le caían.
⠀⠀⠀Dazai cerró los ojos y sonrió, levantando un dedo, pareciendo así el niño más sabio del universo.
⠀⠀⠀—Eso es muy evidente. Es muy fácil molestarte, así que la otra persona atada a tu hilo rojo no puede ser cualquiera, pero no te preocupes, yo me encargaré de encontrar alguien digno de ti —dijo y levantó de nuevo el carrete de hilo rojo—. Si atamos tu dedo con otra persona primero, entonces el hilo del destino tendrá que aceptar su derrota.
⠀⠀⠀—Dazai-kun... eso no tiene mucho sentido —Ango no veía coherencia en lo que su disparatado amigo estaba diciendo, y tampoco quería que su dedo fuese atado.
⠀⠀⠀—¡Lo tiene! ¡Este hilo es especial! A Mori-san le costó una fortuna porque es hecho de no sé qué con no sé qué, traído de no sé dónde, pero lo que sí sé, es que es especial —el chico volvió a ver el hilo, levantándolo al cielo como si fuese el ítem más valioso de un videojuego. El hilo brilló con un rayo de sol que entró entre las hojas verdes de los árboles, haciéndolo ver más majestuoso—. Lo quería usar para el nuevo vestido que le está confeccionando a Elise-chan, pero el futuro de Ango es más importante.
⠀⠀⠀Cuando volteó a ver a su amigo, Ango estaba gateando, metido entre los arbustos para salir de ahí y escapar.
⠀⠀⠀—Odasaku, ¡atrápalo! —señaló el castaño— ¡Esto es por su bien! —aseguró el infante, muy convencido de eso.
⠀⠀⠀El pelirrojo había hecho un saludo militar, llevando su mano a la frente y terminó por jalar la cintura de Ango, sacándolo de los arbustos.
⠀⠀⠀—¡No quiero hacer esto! —Ango se negó todo lo que pudo, pero igual se lo habían llevado a rastras.
⠀⠀⠀Habían recorrido todo el lugar mientras Dazai le mostraba los prospectos que le recomendaba a Ango. Desde Atsushi, Akutagawa, Yosano, Kunikida, hasta los hermanos Tanizaki, Higuchi, Kajii y más. En realidad, Dazai solo quería amarrar a Ango al primero que se le cruzara en frente, pero Ango se negó rotundamente.
⠀⠀⠀Terminaron parados detrás del edificio de los baños.
⠀⠀⠀—Hmm, esto es muy complicado, Ango, tienes estándares más elevados que los de Kunikida-kun —dijo el castaño mientras se cruzaba de brazos.
⠀⠀⠀Ango no entendía las palabras complicadas que estaba usando Dazai, pero ya estaba enfadado en ese momento. No quería ser atado a nadie. No comprendía esas cosas de adultos como era el amor, pero estaba seguro que no podía escogerse a cualquiera.
⠀⠀⠀—¡Yo no quiero que tú escog-!
⠀⠀⠀—¿Y si soy yo? —se escuchó de pronto, interrumpiendo el reclamo de Ango.
⠀⠀⠀Ango y Dazai habían volteado a ver a Odasaku quien tenía levantada la mano como quien pide la palabra.
⠀⠀⠀—¿Eh? —soltaron ambos menores sorprendidos.
⠀⠀⠀—Yo puedo cuidar a Ango de personas malintencionadas —dijo el pelirrojo con esa tranquilidad y seriedad que solo un niño de su edad podía tener.
⠀⠀⠀Ango pensó que Dazai era una persona malintencionada y de todas formas Odasaku le seguía el juego y lo involucraba en cosas que no quería. Pero la mirada de su amigo era como la de los caballeros que estaban a punto de salvar a la princesa del feo dragón.
⠀⠀⠀—¿Estás seguro, Odasaku? Ango es muy quisquilloso —Dazai se llevó la mano a la barbilla, ladeando la cabeza.
⠀⠀⠀Odasaku había asentido y miró a Ango.
⠀⠀⠀—¿Está bien, Ango?
⠀⠀⠀Ango se erizó en ese momento y miró a otro lado, juntando ambas manos de forma nerviosa. ¿Estaba bien si era Odasaku? Bueno, era su amigo, y aunque le molestaba apoyando a Dazai siempre, en realidad nunca dejaba que las cosas se complicaran demasiado. Además, le agradaba...
⠀⠀⠀Con el rostro rojo había asentido en silencio.
⠀⠀⠀Dazai parpadeó y ladeó la cabeza al otro lado.
⠀⠀⠀—Hmmm, está bien, como sea —el castaño se había acercado y unió ambos dedos con un cacho del hilo rojo que tenía consigo—. De ahora en adelante, Ango, Odasaku, están unidos por el hilo rojo —Dazai se había llevado ambas manos a su cintura, asintiendo y sintiendo que había llegado al final de una aventura divertida.
⠀⠀⠀Ango y Odasaku se quedaron viendo el hilo rojo que los unía. Un hilo rojo que para cualquier adulto sería común y nada mágico, en una actividad infantil de tres niños del Kinder Garden. Una anécdota que quizás los tres recordarían al ser unos adultos. Quizás.