Oscuridad

Capítulo VIII

Rebeca

Ha pasado una semana desde que tuve esa larga y extraña conversión con Joseph.

Esa noche fue demasiado extraña, se comportó muy bien, no sabía que podía comportarse amable.

Fue como...

¿Amigable?

¿Como alguien puede invitarte a subirte a su auto de repente? O bueno no tan de repente después de que me ayudará, pero no esperaba eso.

Se me hace raro porque las únicas oraciones mas largas que hemos cruzado son cuando estoy trabajando, obviamente es atención al cliente y eso es de todos los días, siempre llega.

Y en los pasillos pues solo cruzamos miradas por segundos, aquí si evita hablarme, bueno cada quien en su mundo, siempre va con gesto serio o amargado.

Es como si todo el tiempo estuviera molesto o le molesta la existencia de los demás o hasta de el mismo.

Es como un, me vale mierda todos

Si fuera ese su pensamiento estuviera completamente de acuerdo.

A mi en lo personal no me importa nadie, simplemente me da igual las personas que me rodean. He aprendido a ponerme siempre antes que los demás no importando para que sea.

Esta semana fui a las primeras dos citas con el psiquiatra, frente a él me hace tomar pastillas que no quiero.

En donde vivo solo vacío los frascos y sigo actuando con toda la normalidad.

Me evaluó estas veces que fue donde supuestamente estoy afectada, donde dice que esto puede ser permanente.

Si pasa algo grave más adelante podría parar internada, porque, bueno como saben me tiré de un puente. Lo más normal.

No tengo la menor idea de como me ha dado tiempo para quedarme por las tardes a recibir algunas clases y ponerme al día, pero estoy agradecida porque me han dado la oportunidad de hacerlo

Pero se que es "por ser un caso especial"

Prácticamente soy especial entre todos es algo que no puedo evitar y esta bien, soy la rara de aquí, aunque los estudiantes no sepan toda la historia.

Bueno, al menos eso me hace única, que más podrías necesitar.

Si lo llegan a saber, se que esta vez no saldré huyendo por eso me vine para acá esta es una gran ciudad y nadie me conoce, aparte aquí hay muchos como yo.

Hace unos años puse a los demás primero esta vez no será así.

Ya que termine mi día de clases y hoy tengo día libre en el trabajo, decidí salir a ejercitarme con Allison.

—¿Estas lista? —menciona.

—Lo estoy, ¿hasta donde iremos?.

—No iremos solo a correr, iremos al gimnasio.

—Nunca he ido a uno, ¿que es lo que debo de hacer ahí?

—El instructor te dirá.

Con eso termina. Supuestamente iríamos solo a correr pero ya veo que no.

La sigo y subo al auto con ella.

—Cuando lleguemos solo sígueme, te presentaré a todos.

—De acuerdo— contesto, ya que no conozco a nadie.

—Hoy solo harás lo de un principiante para que tu cuerpo comience a acostumbrarse, conforme vengas vas hacer más.

—Uh, estará difícil venir seguido, pero lo intentaré.