"La vida pasa volando, especialmente la parte que vale la pena vivir" - la sombra del viento.
Le conocí en un ruin bar a las afueras de la ciudad, era una noche sin luna, de esas en la que corre un viento fresco sin llegar al nivel de hacerte pasar frío, miré a las estrellas y sonreí al sentir el viento chocar contra mi cuerpo, noté un electrizante pulso cruzar por mi sistema nervioso, creo que se puede decir que era felicidad, amo esos pequeños momentos en los que nada se interpone en mi mente, sólo viviendo el ahora, sin preocupaciones, sin dolor, sólo yo y ese sentimiento en el que me doy cuenta que estoy con vida y descubro cuán insignificante serían los problemas de la cotidianeidad si este sentir fuera el pan de cada día en mi vida.
El sentimiento no duro ni diez segundos pero el regusto de él quedó mi cuerpo durante un tiempo más, estaba hasta las nubes de problemas personales pero esa brisa calmó mis temblorosas manos y mis nerviosos pensamientos.
Me encaminé por las calles buscando sentir eso de nuevo, era una calle angosta y algo descuidada, las grietas del pavimento me indicaron que no habían hecho un reforma hace años, estaba caminando por una de esas zonas olvidadas "accidentalmente" por el gobierno y me gustaba creer que estaba afuera de las normas de la sociedad.
Escuchaba un ligero retumbar de música proveniente de la calle contigua, giré mi cabeza en ambas direcciones, comprobando que no había ninguna figura de la ley viéndome, de hecho no había ni un alma en ella, siquiera la mía, sin pensarlo dos veces activé mi quirk y me teletrasporte a la calle donde procedía el sonido de una canción, tenía una melodía adictiva y atrayente, me sorprendí al encontrarme con un bar en un edificio que parecía que se caería si me apoyaba en la pared, tenía un cartel hecho de diferentes pedazos de otros carteles en una especie de collage extraño que escribía "Evanescent".
Entré por mera curiosidad, y aún hoy agradezco haber seguido mi instinto, el lugar era estrafalario rozando lo bizarro, la ambientación parecía el dibujo de un niño lleno de colores por aquí y por allá, podría estar horas viendo el lugar y aún así encontrar detalles que llamen mi atención, por desgracia el lugar cerró un año después por la muerte de su dueño en un accidente con villanos.
Me acerqué a la barra y me quedé mirando al barman con inquietud, era uno de esos momentos en los que necesitaba mi mayor concentración para recordar algún nombre de tragos para aparentar ser alguien con una pizca de cultura general.
-Deme un White Russian, por favor.- pedí con las mejillas enrojecidas por mi pobre inglés, rogando que me haya entendido bien el cantinero y no me haga repetirlo.
Seguí ojeando el lugar hasta abrumarme por las combinaciones de colores, sentí que era parte de un cuadro de Arshile Gorky; esperé a que mi bebida se terminará de preparar mirando el espejo con marco de pintura.
Me veía algo desaliñado, intenté arreglarlo como podía, mi cabello no era tan largo como para atarlo, ni tan corto para que no se desarreglara, pasé mi mano por el para esconder que el viento hizo un desastre en mi cabeza.
-Su bebida caballero.
-Gracias - le sonreí y pagué la bebida, fuí hacía el sofá debajo de las escaleras que inesperadamente estaba vacío, me propuse disfrutar de mi bebida y en ese momento te ví, no te lo voy a negar, dabas miedo, tenías una manera de vestir un poco extraña, pero me miraste de esa manera tan altanera y atractiva con la cuál caí rendido ante tí.Te veía acercarte y empecé a temblar, ¿venías hacía a mi? ¿Ibas a la barra? ¿Ibas al baño? Nuestras miradas se conectaron de nuevo, y en ese momento me di cuenta, venías por mí, bajé mi mirada esperando que no te dieras cuenta de mi apariencia aunque debí saber que eso no te importaba.
✧ I'm a ghost, I'm a cold blooded killer
But I wouldn't hurt you
Every inch of your skin, closes in, I surrender
Will you be my last wound? ✧-Hola dulzura, ¿estás solo esta noche?
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EVANESCENT [DABI]
Fiksi Penggemar" Conocerlo en un ruin bar fue lo mejor que pudo pasarme en ese momento, esto iba más allá de físicos o apariencias, el llegó y me voló la mente esa noche. Ésta es de esas historias que uno recuerda con una sonrisa feliz al comienzo y una melancólic...