Madness

Capítulo 1

Se acercaba mi cumpleaños número 21. Ya sería oficialmente mayor de edad. Cuando llegó la media noche, mis padres se acercaron a la mesa del comedor con un pastel de chocolate, mi favorito, sobre éste velas con los números 2 y 1.

Ellos siempre tan dedicados. Yo siendo su única hija nunca me ha faltado de nada. Sé que de pequeña me frustraba cuándo no me entendían, pero bueno eso quedó en el pasado y ahora todo es... simplemente perfecto.

Mi madre es bajita, tiene el cabello teñido de rojo vino aunque en realidad es pelirroja natural, los rasgos de su rostro son finos y delicados, eso lo heredé de ella. Su nombre es Ana Morales de nacionalidad española, de allí su apellido.

Mi padre es un poco más alto y delgado, eso fue lo que heredé de él. Tiene el cabello negro y ya se le asoman unas canitas. Su nombre es Landon Hudson norteamericano y vivimos en su tierra, la ciudad de Albany, en el estado de Georgia, Estados Unidos.

Soplé fuerte las velas y mis padres me dieron un cálido abrazo. Mi teléfono empezó a sonar cómo loco recibiendo un montón de mensajes de felicitaciones. Me llamo por vídeo llamada mi mejor amiga Hannah dando saltitos y prometiéndome que pasaría un día inolvidable.

Después de comer un poco del pastel y bromear un rato con mis padres me empecé a preparar para dormir, ya que el día que me esperaba sería agitado. Tendría una fiesta con amigos y familiares cercanos aquí en casa. Por la noche iríamos a comer los más allegados a mi restaurante italiano favorito y terminaría el día celebrando con mis mejores amigos en alguna discoteca de la ciudad.

Ese era el plan...

-Lara antes de dormir recuerda tomarte las pastillas.

-Si mamá, no te preocupes ya soy mayor de edad -le digo contoneandome camino a mi habitación.

Ya estando en mi cuarto cómo estoy tan cansada y ya soy mayorcita para tomar mis propias decisiones opto por no tomar mis pastillas para dormir. No creo q las necesite, desde pequeña padezco de insomnio y tenía pesadillas casi todas las noches, me las tomaba diariamente, pero hoy lo más probable es que caiga en la cama como una roca.

Estaba dormida tranquilamente cuándo de repente, de un salto, quedo parada frente a mi cama. Desorientada y media adormilada me fijo en el despertador que hay encima de la mesita de noche para ver la hora.

¡Son las 3:33 am!

Digamos que soy bastante supersticiosa y más por las cosas que veía de pequeña. Dicen las leyendas que esa es la hora del diablo y que si te despiertas a esa hora es porque algún espíritu o demonio maligno te esta observando.

Me dan escalofríos de solo pensarlo.

Me desplazo hasta el baño de mi habitación con cautela, prendo las luces y me lavo un poco la cara. Cuándo alzo la mirada y me fijo en el espejo allí estaba.

La criatura espantosa que veía desde niña merodeando la casa y que nadie quería creerme.

¡Allí está, no estoy loca después de todo!

No estoy loca...

No estoy loca...

Camino de un lado para otro en el pequeño espacio del baño mordiéndome las uñas, vuelvo a mirar al espejo y siento su frío y escalofriante aliento sobre mi nuca. Me detengo al momento y abro los ojos como platos, asustada. Alza su mano flaca y pútrida acercando su dedo índice hasta su boca con una sonrisa maquiavélica. Lo siguiente que escucho es un shh...

Ya no está. Mi respiración se volvió pesada y agitada. Estoy en shock, pálida, mirando paralizada mi reflejo en el espejo.

Me doy unos toques en la cara devolviéndome a la realidad. Sacudo la cabeza y me giro de vuelta a mi habitación.

¿A dónde coño se fue?

No soy valiente ni nada por el estilo, pero ya no soy la niña asustada que era.

Escucho un sonido proveniente de la cocina. Se que en las películas de terror la protagonista va al lugar más predecible poniendo su vida en peligro, pero esto no era una película, esto es la vida real, mi vida y la realidad que estaba frente a mis ojos.

Camino persiguiendo el sonido y se hace más audible el alboroto con cada paso que doy. Llego y observo detalladamente a la extraña criatura. No tenía una forma normal, era una figura retorcida y sin nada a lo que ceñirme para compararla, su aspecto en general era desagradable, en las cuencas de sus ojos solo se veía oscuridad y una amplia y tenebrosa sonrisa se dejaba ver en su abstracto rostro. Su ropa eran harapos y tenía arañazos por todo el cuerpo.

Se dio cuenta de mi presencia.

¡Fuck!

Gira su cabeza sin mover el cuerpo y se ríe a carcajadas. Empieza a destrozar la cocina, tira la vajilla rompiéndola en pedacitos, los cubiertos, todo.

¡Está destrozándolo todo!

Observó el espectáculo aterrorizada, sin poder mover ninguna parte de mi cuerpo, veo como coge el juego de cuchillos de la meseta y me los lanza sin darme tiempo a reaccionar.

Dolor, sangre caliente brota de las heridas recién hechas. Me tiemblan las piernas, pero sigo paralizada del miedo. Siento que me voy a desmayar, mi respiración se dificulta y empiezo a ver todo borroso. Después, total oscuridad.