Capítulo 4

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Esa noche tampoco me tomé mis pastillas para dormir, ya que mi plan era todo lo contrario.

Pensé que si me quedaba despierta esa criatura extraña acabaría apareciendo. No tenía ni idea de dónde iba a sacar la fuerza y la valentía que necesitaba para enfrentarme a lo que sea que fuera eso, pero necesitaba hacerlo.

Necesitaba respuestas...

Ya era tarde. Me pesaban los parpados. No podría aguantar mucho más tiempo despierta, después de todo fue un día lleno de actividad y un tanto agotador.

Irremediablemente quedé rendida en la alfombra del piso de mi habitación, ya que me negaba a dormir, me senté allí con la esperanza de que el sueño no me venciera.

Pero otra vez de un brinco me desperté sobresaltada. Mire la hora y eran las 3:33 otra vez, esos mismos números. La misma hora en que todo se volvió oscuro y aterrador.

Ya tenía escalofríos, mi habitación se había transformado completamente, con un entorno nebuloso y frío. Las ventanas se habían abierto de par en par y el sonido de la brisa entrando provocaba un silbido perturbador. Me froto los ojos esperando de que todo sea un mal sueño y a pesar de que sigo teniendo la misma visión de mi cuarto tengo la leve esperanza de poder despertar y que no ocurra nada.

Pero tengo que ser fuerte y enfrentarme a lo que venga. Necesito que esto acabe ya. Comienzo escuchando unas risas, unas muy macabras risas. Me giro observando detalladamente cada rincón de mi cuarto, pero no consigo ver nada.

¿Dónde estás?

¿Quién eres o más bien qué eres?

¿Qué haces aquí?

¿Porqué yo, porqué a mí?

Lanzo preguntas al aire con la esperanza de obtener respuesta. Lo siguiente que escuchó es un "shhh" detrás de mi oreja. Mi cuerpo se tensa y quedó petrificada. No puedo moverme del miedo. Todo el vello de mi cuerpo se eriza y me cuesta respirar.

- Todo esta en tu cabeza pequeña Lara, todas esas preguntas y sus respuestas están en tu cabeza.

- Nnno entiendo, - consigo decir, sin poderme mover aún del sitio.

- Todo está en tu cabeza y si no recuerdas, solo tienes que buscar las respuestas.

-¿Cómo consigo esas respuestas? - le exijo

- Mira a tu alrededor. Todo está al alcance de tu mano, solo tienes que observar bien cada detalle.

Vale no entiendo nada de lo que está pasando aún así me pongo a mirar cada rincón otra vez, tratando de dar con una pista, algo que me de las respuestas a mis interrogantes. Después de un rato el ambiente terrorífico se va disipando y mi cuerpo se relaja permitiendo moverme de nuevo.

Busco y rebusco por toda la habitación hasta que me doy cuenta que en el piso se destacan unos puntitos rojos, creando un caminito hasta el baño. Sigo el camino y al llegar al baño veo uno de los cuchillos de la cocina, lo tomo en mis manos y acto seguido lo suelto ya que notó mis manos embarradas de...

¡Sangre!

Instintivamente me reviso de arriba a abajo, pero no logro notar nada raro, todo esta en su sitio, no siento dolor alguno y no detallo ningún rasguño sobre mí.

Vuelvo a escuchar esa escalofriante carcajada, levantó la cara y allí esta, logró ver a la criatura con la cabeza ladeada y esa perturbadora sonrisa plasmada en la cara. Esta vez observó detalladamente su figura tratando de contener el miedo y ahogar un gritito, pero veo sus manos ni siquiera sé si a eso le podría llamar manos, están cubiertas de sangre.

¡No!

¡Eso si que no!

Mis ojos se abren como platos, casi quedando fuera de sus órbitas y una mueca de horror tuerce mi rostro. Mi corazón late acelerado y duele. Mi estómago esta totalmente revuelto y mis piernas se debilitan al imaginarme lo peor.

Salí corriendo como alma que lleva el diablo de mi habitación, recorrí el pasillo y me paré frente a la puerta del cuarto de mis padres. Una lágrima recorrió mi mejilla. No me hizo falta abrir la puerta para saber lo qué había pasado allí dentro. Mis pies estaban descalzos delante de la puerta y sentí estar pisando un charco de sangre, baje la mirada con temor y a la vez con la esperanza de que fuera agua o algo similar, pero no, era ese fluido rojo oscuro y viscoso.

Exploté en llantos y sollozos no pude contenerme más, abrí temerosa la puerta y confirme el terrible evento. Vi el cuerpo sin vida de mi padre cerca de la puerta, la sangre provenía de su cuello. Mi padre había sido degollado junto a la puerta y su rostro reflejaba puro terror. Cerré los ojos con fuerza, pero la imagen ya había sido grabada en mi subconsciente.

Volví a abrirlos lentamente, con la ilusión de que eran ideas mías, no fue así.

Mi madre también estaba dentro de la habitación, acostada en la cama en el lado derecho, donde siempre dormía. La cama me quedaba de frente, yo seguía aferrada a la puerta, en un estado de shock. Cómo si mi mente no se conectará con lo que estaba delante de mis narices, necesitaba acercarme.

Necesitaba ver si ella estaba bien o no. Entre al cuarto, pendiente del suelo y del cuerpo de mi padre tendido sobre este. Mi madre parecía estar dormida pacíficamente, pero su cuerpo se hallaba en las mismas condiciones que el de mi padre. Su mano estaba colgado en dirección al suelo y en ella recorría un hilo de sangre goteando sobre algo.

¿Un libro?

¿Un álbum de fotos?

No lo reconocía, me acerqué para verlo, pero en ese momento las luces comenzaron a fallar de nuevo. Mi cerebro hizo click y caí en cuenta del terrible escenario en el que me encontraba.

¡Joder!

¡Mis padres están muertos joder!

¡Esa horrible criatura mató a mis padres!

Me llevo las manos a la cabeza en señal de frustración. Gritó con todas mis fuerzas. Mi cuerpo se estremece, miro mis manos, estoy temblando. Mis piernas no soportan el peso de mi cuerpo y me desplomo. Me estiro para alcanzar el extraño álbum que no parezco recordad, parece algo importante. Cómo si estuviera allí con algún propósito o algo parecido. No llegó a alcanzarlo, me siento débil, creo que me voy a volver a desmayar. Mi vista ya borrosa de llorar tanto me deja en una total y profunda oscuridad.

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