IV - Noche Larga

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Primer año, todo perfecto.

No podía pedir más.

Estaba en la cima

En el. Cielo.

Estaba siendo el triunfador.

Tenía la vida que siempre quise.

Los tres éramos Unidos, no había nada que pudiera detenernos.

Tu primer cumpleaños, fue hermoso, tus amiguitos, tú piñata de los increíbles, todo tan planeado por Elizabeth.

Ella siempre fue así, le encanta el orden, como ya te había dicho, siempre fue la responsable, la que me controlaba.

La casa no podía lucir más preciosa, aunque tus juguetes estuvieran por todo el piso.

Era tan hermoso verte sentado, mirándome, y yo diario preguntándome que había hecho para merecer todo lo que había logrado.

Tal parece que mis palabras fueron malditas...

Hijo, te digo esto por que quiero que sepas que la vida puede hacer cosas Terribles.

Algún día aprenderás, y deseo y le ruego a Dios, que te enseñe esa lección muy diferente a como la aprendí yo.

Elizabeth fue diagnósticada con cáncer en el cerebro.

Llevó quimioterapias, bastante complicados y duros fueron esos momentos.

Pero Elizabeth estaba bien.

Estaba siempre con el deseo de que ya era mamá.

Te amaba.

Recuerdo ese día.

Lo recuerdo Diario.

Fue una madrugada.

Ella estaba sobre la mesa, despeinada con las manos rascando su cuero cabelludo con desesperación.

Me acerqué.

Ella solo me miró por varios minutos.
Sin decir nada, era un silencio increíble.

Entonces... Me miró de nuevo y dijo :

-Oye... ¿puedo decirte una cosa terrible?

La mire fijamente y confirmé con la cabeza.

Y entonces ella continuó:

-Fui con el doctor...y.... Tom las quimioterapias no tienen efecto ya... Y Me quedan unas semanas... Máximo.

Sentí como mil dagas atravesaban mi espalda, una por una, atravesando cada hueso, cada nervio, cada músculo.

Sentí como mi pecho se aplastaba y mi mirada pérdida con visiones que prefiero no recordar.

Estaba en shock.

Elizabeth me miró y tras besarme me dijo :

- Por favor, mi amor, no estés triste ahora... Te juro que tú eres la mejor cosa que me ha pasado en la vida.

No me pude contener, caí al suelo, gritando, somatando.

Recuerdo que te despertaste por el ruido y comenzaste a llorar.

Elizabeth intento calmarme, pero no podía, no podía perderla. Era mía.

Y Dios se atrevía a llevársela.

He tenido noches largas.

Pero esa noche. Fue eterna.

Recuerdo haber fumado, y tenía mucho tiempo sin hacerlo.

Mis ojos no paraban de llorar , no podía imaginar mi vida sin Elizabeth.
Comencé a gritarle al cielo.

-¡DIOS! ¿POR QUÉ ME LA QUIERES QUITAR?

Caí en mis rodillas, y cada vez que intentaba pararme volvía a caer. Una y otra y otra vez.

No quería una vida sin Elizabeth.

¿Por qué tenia que perderla?

¿por qué?.

Ahora hijo, te das cuenta que la vida puede hacer cosas Terribles, por eso espero que Dios te lo muestre diferente.

Cosas Terribles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora