20-Perdóname por todo lo que hice:

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La canción para este capítulo es Forever Winter de TS.
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Estaba sentada en una silla sucia del bar, con una cerveza medio tomada delante de mis ojos, con Olivia a mi lado, en la misma sintonía. A las dos nos habían dado un ultimátum, si queríamos quedarnos con nuestros queridos teníamos que madurar, las dos teníamos 23 y nos comportábamos como niñas pequeñas, según ellos. No pensé que podía caer tan bajo como para beber al lado de la persona más odiosa y molesta en el mundo, sin embargo aquí estábamos las dos desconsoladas y viendo que hacer para recuperar nuestras vidas.

Carlos, el dueño del bar, estaba atendiendo ese viernes por la noche, porque el lugar estaba tan lleno, que no cabía ni un alma. Todo las mesas estaban ocupadas con personas celebrando la vida, y nosotras terminamos sentadas en una esquina del taburete, en una sillas sucias, con algo que ni siquiera quería saber. Carlos estaba pendiente de nosotras, cambiándonos las cervezas, y asegurándose que ningún borracho se acercara a nosotras. No crean que le sale del alma, probablemente Noah lo llamo, o Isabella, ya que el primero ni me quería ver la cara.

Olivia, en su ropa más chic, con un pantalón rojo y un suéter blanco, más un maquillaje perfecto, parecía toda una reina si tapabas su ojos tristes, llenos de lagrimas. Ella me dijo, limpiándose los ojos con la palma de su mano: -¿Cómo terminamos aquí? En el bar, bebiendo unas cervezas calientes, rodeadas de personas felices.

Yo le respondí, tomando un trago de mi cerveza: -Por nuestra propia culpa.

Ella siguió llorando, mientras yo observaba a los demás y esperaba que el tiempo pasara. En un momento ella se detuvo, me miro a los ojos y dijo molesta: -¿Por qué no estás llorando? No deberías estar igual que yo.

-Ya lloré, llevo dos días llorando, ya a este punto las lágrimas no quieren salir de mis ojos.

Olivia más preocupada que antes, me preguntó con manchas de delineador en sus mejillas: -¿Y ahora qué hacemos? Nunca me había pasado esto.

Yo suspiré y le respondí con la voz quebradiza: -Por ahora nada, solo beber estas cervezas y no llamar la atención. Mañana veremos que hacer y como regresar a nuestros novios.

Ella se acomodó el suéter, y con una servilleta se quitó las manchas negras en sus mejillas: -Todo iba tan bien esta mañana, y de repente todo explotó. Estábamos en la cocina, comiendo algo antes de ir a la casa de mis padres, cuando William me dijo que sabía, sabía todo sobre lo de Anna.

Le pregunté con curiosidad: -¿Cómo se enteró? Si todos los que sabían están callados como una tumba, literalmente.

Olivia se limpió la nariz, y con el corazón roto dijo: -Se me había dañado la computadora este lunes en el trabajo, por una taza de café que cayó sobre el teclado, y William como sabe de computación, decidió arreglarla. Y no me acordaba que mi correo estaba abierta y mis mensajes con Anna estaban guardados. Él solo estaba arreglándola cuando vio un mensaje y de ahí leyó todos los demás, cada uno de ellos.

Le respondí con empatía: -Eran solo correos, quizás no leyó nada importante.

Ella me miró con dolor en sus ojos: -Nosotras nos enviábamos correos descriptivos de escenas sexuales para leerlos en nuestros breaks de almuerzo en el trabajo.

En ese momento me comencé a reír a carcajadas, hasta que me di cuenta que Olivia había comenzado a llorar y le pregunté todavía riéndome: -¿Por qué hacían eso?

Olivia miro sus uñas, perfectas y largas, y me respondió, con cara de perro triste: -Hacíamos eso porque casi nunca nos podíamos ver en físico, sin que nadie sospechara nada, así que nos mandábamos correo para aguantar las ganas.

-Creo que ese fue tu peor error.

Ella me dijo con duda en su voz: -¿No borrar los mensajes?

La miré sorprendida de su respuesta, esperando que la cambiara y finalmente dijo con la voz triste: -Fue engañar a William, no debí hacerlo. No tenía ni necesidad.

Llámame Si Me EncuentrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora