23-POV: FBI. Roberto Rodriguez.

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La canción para este capítulo es Bad Blood de TS.
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Estaba trabajando en Chicago, lo más cerca que estaba de mi familia desde hace unos meses, terminando de cerrar unos casos de transporte de drogas ilegales, a través de joyería barata. Normalmente trabajaba en Nueva York, pero me relocalizaron para terminar este caso más rápido. Mi madre estaba feliz de verme más seguido; mi padre me estaba pidiendo que me mudara definitivamente; mi abuelo estaba orgulloso de tener un nieto, que peleara por su país, como si no tuviera primos que si fueron a la guerra; mi novia acababa de romper conmigo por la distancia; y lo que menos necesitaba eran más problemas en mi vida.

Estaba saliendo del sueño, todavía en los brazos de Morfeo, cuando escuché mi teléfono sonar por 8va vez. Fue entonces que me di cuenta que era algo serio, y más cuando todos en la oficina sabían, que no me podían llamar en mis días de descanso. Me pare entre dormido y busque mi teléfono en la sala del departamento. Conteste sin revisar el nombre y grité: -¿QUÉ QUIERES?

Mi tío fue quien contesto con preocupación en su voz: -Adam está desaparecido, necesito tu ayuda.

Le respondí con gracia: -Es Adam, debe estar por ahí con su novia, la rubia sucia que siempre tiene a su lado.

Mi tío Henry dijo llorando: -No está con ella, ella desapareció hace seis meses, pensé que sabías.

Suspiré en desesperación: -¿Cómo sabes que él no fue a buscarla?

-Él desapareció, te lo juro por mi sangre. El viernes pasado él había dicho que quería pescar, yo lo quería acompañar, pero él quería ir solo, como todo lo que hace. Dijo que regresaría el domingo, con nueva pesca para comer en la semana. Pero llegó el lunes y no habían rastros de él. Fui a la cabaña, en donde él tenía que estar, y solo estaban sus cosas.

Le pregunté con un poco de curiosidad: -¿Revisaste el bosque? ¿El río? ¿Los botes?

Henry respondió con llanto en su voz: -Revise todo con la ayuda de la policía, y no encontraron nada, por eso necesito de tu ayuda.

-Déjame ver que hago. Porque no tengo jurisdicción en un caso, que es de un condado pequeño. Dame unas horas y te vuelvo a llamar.

Colgué la llamada, con mi mente llena de preguntas y dudas. ¿Qué le había pasado a Adam? ¿En donde estaba? ¿Estelle había desaparecido? ¿Por qué no me había enterado que la rubia asquerosa había desaparecido? ¿En qué se habrá metido Adam para terminar desaparecido? ¿Qué estaba pasando en ese pueblito para que desaparecieran dos personas, cuando eso nunca pasaba? Algo no estaba bien, nada cuadraba con lo que yo conocía del pueblo, había una pieza que faltaba, alguien o algo era el culpable de esto.

Abrí mi computadora y me metí en el sistema, busque primero el caso de Estelle. Leí el archivo, y sólo decía que la habían buscado por un mes, pero no consiguieron pistas, que indicaran que la habían secuestrado o lastimado; el único detalle que noté en particular fue una nota, de que habían conseguido en una de sus tarjetas de crédito un gasto de 1000 dólares dos pueblos más allá de New Buffalo. Eso me hacía sospechar, que ella se había ido por razones personales, quizás se hartó de Adam, y se dio cuenta del monstruo que era.

Busqué el archivo de Adam y solo había un aviso de persona desaparecida, ni siquiera pistas o señales hacía donde había ido. No confiaba mucho de la comisaría de un pueblo pequeño, sin embargo no me podía creer que ni siquiera habían revisado sus cuentas de crédito o al menos las cámaras de seguridad de su casa, sabía lo mucho que mi primo le gusta sentirse seguro, hasta tenía un arma bajo su cargo. Decidí llamar a la comisaría para hablar con el investigador en jefe. Me contestó la secretaria: -Buenos días, ¿Cuál es el motivo de su llamada?

Llámame Si Me EncuentrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora