Día dos: propuesta de matrimonio

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Un nervioso Inosuke se encontraba caminando por el bosque, pensando en posibles escenarios para lo que estaba a punto de hacer. Y es que si, había pasado ya un largo tiempo desde que el decidió que la chica de las coletas se convertiría oficialmente en "la reina de la montaña".

— Vamos, no seas tan estúpido, ella no te rechazaría... — hablaba solo para intentar calmar sus nervios, después de un tiempo se dio cuenta del verdadero significado de casarse con ella; tener una vida a su lado, y estar juntos pase lo que pase. O al menos eso es lo que entendía.

— ¡Inosuke! ¿En dónde estás? — la voz de su amada novia sonaba a lo lejos, ya con eso suponía que llevaba bastante rato buscándolo.

El chico jabalí se apresuró a esconderse, sus nervios aumentaban más y más.

— Sé que estas detrás de ese árbol. — la chica lo señaló y él salió de su "escondite"— Debiste avisarme que ibas a salir, estaba preocu-... — no pudo seguir hablando ya que este la abrazó fuertemente.

— Cállate, ya me encontraste, ahora deja de regañarme...Ve con Mujako o las mocosas, no quiero que estés cerca. — Aoi se sorprendió, sus palabras fueron claras aunque el no parecía enojado.

— ¿Y eso por qué? Venía a decirte que la comida estaba lista...  Y ahora ya se enfrió, llevo casi dos horas buscándote. — apoyó ambos brazos en sus caderas a modo de queja.

— ¡Solo vete! El gran Inosuke te lo ordena. — por dentro en realidad si quería ir a comer, pero era ahora o nunca, si no lo hacía se arrepentiría después — Guarda mi comida, luego voy. — arrastró a Aoi de nuevo a la finca mariposa, para después ir con Kanao.

Le explicó lo que tenía en mente, y que mantuviera a la mujer enojona alejada en lo que el preparaba todo... Era un gran secreto.

— Kanao, ¿qué te dijo ese idiota? — en su cara solo se notaba enojó, ¿por qué solo se deshizo de ella como si no fuera nada? Al menos quería una explicación.

— Nada... ¿No quieres mejor acompañarme al pueblo? — la pobre comenzaba a ponerse nerviosa, y en lo más profundo se preguntaba cuanto tiempo podría seguir guardando el secreto.

—¿Ah..? ¿Al pueblo? — ella asintió — ¿Y para qué? Normalmente yo soy la que te lo pide, además, no necesitamos nada de ahí. Kanao, ¿me estás escondiendo algo? — se acercó a ella quedando cara a cara, su mirada era penetrante.

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Mientras tanto Inosuke estaba nuevamente en el bosque buscando bellotas. Tan concentrado estaba en hacer eso que no se dio cuenta de algo... ¿En dónde diablos le pediría matrimonio? La finca mariposa era algo aburrida, obviamente el autodenominado "rey de la montaña" no querría declararse en un lugar tan simple.

— Solo esta... Y... ¡Listo! — en una canasta (que le robó a Aoi) tenía reunidas varias bellotas. Buscó a Tanjiro por todos lados hasta dar con él — ¡KENTARO! No preguntes, esto es una orden, ¿oíste? — le mostró la canasta — Quiero que me ayudes a hacer que las bellotas brillen.

—Hola, Inosuke, yo también he estado preocupado por ti... — sonrió algo desconcertado — ¿Y cómo se hace eso? — el pelirrojo miró extrañado a Inosuke — Yo no tengo idea de cóm-...

—¡DIJE QUE ERA UNA ORDEN!, aún tengo cosas por hacer, encárgate de eso y luego hablamos... ¡Quiero que queden muy brillantes! ¿Entendido? — Tanjiro asintió algo preocupado por saber que clase de cosas tenía en mente su alocado amigo.

El ojiesmeralda esperaba terminar pronto, tenía algunas cosas más planeadas, y no había logrado ninguna.

— Inosuke. — se escuchó una voz femenina detrás de él, volteó y se encontró con Shinobu.

— ¿QUÉ QUIERES BRU-... Shinobu? — Aunque cambió repentinamente su tono de voz, la mariposa lo miró con enfado, pero siguió sonriendo. Tanjiro solo observaba algo incómodo.

— Escuché que tienes planes para hoy... Con una de mis niñas. — ahora su sonrisa se tornaba... ¿Terrorífica? Al menos para Inosuke, que comenzó a sentir miedo.

— Eso es verdad, ¡no te metas! — empezó a caminar, hablar con Shinobu cuando se enojaba no era algo muy lindo.

— Quiero ayudar. Tuviste que pedirle ayuda a tu amigo, así que creo que esto lo tomaste muy en serio... Ahora te diré algo que le gusta a Aoi, son unas flores azules, la otra vez ví unas cerca de aquí... ¡Oh! Y además, su comida favorita es...

— Que no se hable más, tú me ayudarás, ¡RÁPIDO!

Al final, Kocho fue de mucha ayuda, estaba listo el lugar... era en el jardín de la finca mariposa — como era de día, descartaron la idea de que unas velas alumbraran el lugar... Pero estaba decorado con las flores que Shinobu le había dicho.

—¡Aquí están las bellotas!— Tanjiro llegó al lugar, le entregó las bellotas a Inosuke y este hizo una corona con ellas (y algunas de las flores azules).

— ¡El gran Inosuke lo agradece, ahora largo! — estaba listo, lo tenía todo, un lindo lugar, una corona y... Faltaba Aoi, no le dijo a Kanao por cuánto tiempo entretenerla. Empezó a preocuparse ¿y si fueron muy lejos y su chica ya no regresaba?

Alguien se acercaba, más bien, eran dos personas.

— ¡Kanao, por favor, dímelo! - Aoi iba a llegar a su límite, Kanao solo pasaba y pasaba por lugares en el pueblo sin decir nada, no pudo distraerla tan bien como se esperaba.

— No puedo, la moneda dijo que no... —Kanao también iba a llegar a su límite, no podía seguir guardando el secreto —Inosuke quiere que tú...

—¡KARONII! — Inosuke la jaló hacia el, justo en el momento exacto — ¡Ven ahora! — la llevó hasta el jardín, ella estaba impactada... ¿Hizo todo esto? ¿Para qué? Tenía miles de ideas de que podría ser.

No podía hablar, era algo hermoso, su enojó desapareció totalmente.

— ¡Todo esto es para ti! — señaló con su pulgar su propio pecho, orgulloso como siempre — Y eso no es todo. — se sentó con ella en el piso, quedando uno frente al otro— Tienes suerte de tener a alguien como yo ¿acaso has visto esto antes? — retiró su máscara de su cara, dejando ver su rostro, su sonrisa era hermosa, estaba emocionado.

—¿Por esto no querías que estuviera contigo?... ¡Idiota, creí que me empezabas a odiar!, ¡Tonto! — la sonrisa de Inosuke se borró inmediatamente, comenzando a dudar si le había gustado la sorpresa.

— Yo también, y por eso quiero hacer algo... — tomó la corona de bellotas y flores— Aoi, ¿quieres ser oficialmente la reina de la montaña? — colocó aquel objeto en su cabeza, pero lo mejor de todo es que había dicho bien su nombre.

— ¿Esto es una broma...? — se lanzó hacia el, cayendo juntos al piso. Sollozaba de alegría, cualquier otra persona no habría entendido bien la propuesta — Claro que quiero... Te amo, idiota.

Ambos formaron un dulce beso, y todo eso fue presenciado por los que estaban en la finca.

Pareja anormal  - InoAoi Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora