14. La guerrera, la bella y el preso

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Los encantos de una bella mujer atraparon a un noble hombre.

Algunos decían que estaba hechizado, otros, que estaba enamorado, otros que lo tenian preso, amarrado.

Hasta que un día, una guerrera llegó.

Era la promesa y el sueño de muchos. Dura como roca y fiel a sus creencias y leyes.

Chocaron por casualidad el preso y la guerrera y ahí es cuando ella sintió por primera vez curiosidad.

Jamás había visto tan hermosos ojos, llenos de pureza, sinceridad, paz y tranquilidad.

La guerrera con curiosidad quiso averiguar, quiso que esos ojos la absorbieran cada vez más.

Y en el momento que casi lo logra, una espada impidió su obra.

Fue enterrada, hasta lo más profundo de su estómago.

¿Quien le había hecho daño?

Era aquella mujer, la dueña del preso. La bella encantadora que no quiso que se lo quitaran.

Y como dice el refrán, la curiosidad mato al gato.

La perdición de la guerrera, fue haberse enamorado de alguien que no había sido liberado.



Génesis Vásquez.

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