𝟎𝟔: pastel de fresas y chocolate

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                                                        Ni-Ki recostó su espalda en la banca mientras dejaba su mochila a su lado, reservando el lugar para Jake, en sus manos se encontraba su termo que tenía su delicioso café matutino, siempre le ...

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Ni-Ki recostó su espalda en la banca mientras dejaba su mochila a su lado, reservando el lugar para Jake, en sus manos se encontraba su termo que tenía su delicioso café matutino, siempre le ayudaba para tener un buen día. Aunque el café no había ayudado tanto en estos días, pues aún sentía el peso del estrés por saber que sería de él por su examen suspendido.
                   
Había sido una larga y mala semana.
                   
Muy mala, aún el pensamiento de haber reprobado el examen que tanto empeño le había puesto al estudiar le hacía añicos.
Pero sobre todo...
                   
—Fuiste un idiota.—Saludo Jake levantando la mochila de Ni-Ki.
                   
—¿Lo vas a decir siempre que me veas?—Preguntó Ni-Ki rodando los ojos.
                   
—Siempre, hasta que vayas y te disculpes con él.
                   
—Bueno...él no debió de meterse.
                   
—Quería ayudarte, es un buen samaritano.
                   
Ni-Ki rodó los ojos, cansado de la misma conversación, le dio un sorbo a su café mientras ignoraba los regaños de Jake, a este punto los sabía de memoria.
                   
Sí, lo aceptaba, había sido un cabronazo, pero la impotencia de perder su importante examen le había llenado la cabeza. Por lo que, aún no iría a disculparse con Sunoo, el enojo seguía ahí, no quería volver a soltar alguna otra palabra hiriente.
                   
—¿Y esa bolsa?—Señaló la bolsa de papel que cargaba Jake.

                   
—Hoy es el cumpleaños de Joohyun.—Sonrió agitando la bolsa en el aire.—Le compre algo.
                   
—Tú si que estás flechado.–Se burló.
                   
—Deja de molestarme.—Rió mientras golpeaba el costado de Ni-Ki.—Lo estoy, por lo menos no lo niego como otros.
                   
—¿Cómo otros?
                   
—Te gusta Sunoo~
                   
Por enésima vez en el día Ni-Ki volvió a rodar los ojos tomando su mochila y levantándose de la banca siendo seguido por Jake, pasaba siempre lo mismo. Primero le regañaba por haberse enojado con Sunoo, luego lo molestaba y por último le acusaba de gustar del pelirosa, ya hasta parecía un libreto que se había memorizado Jake.
                   
—Otra vez te enojas por eso.
                   
—No me enoje.—Se encogió de hombros.—Tenemos clases y ya empezarán.
                   
—Oh cierto.
                   
Caminaron lado a lado conversando sobre lo morosa que había sido la tarea de álgebra, Ni-Ki le comento a Jake que a la próxima semana nuevamente tenía una pelea en su club y que sería de buena suerte si él iba a apoyarlo, cosa que Jake aceptó gustoso.
                   
El peli-negro y el castaño eran como hermanos, se conocían de toda la vida, eran los mejores amigos que siempre habían podido caminar hombro a hombro sin interrumpir al otro. Ambos se conocían muy bien, podían descifrar los colores del otro bastante bien, pues la convivencia de tantos años juntos les había hecho capaces de leerse y era por eso que Jake siempre insistía en el hecho de que a Ni-Ki le gustaba el peli-rosa de ropas de color pastel.
                   
Es que era algo palpable, Ni-Ki siempre buscaba con la mirada a Sunoo y sonreía inconsciente cuando lo encontraba, lo había sorprendido varías veces mirándolo desde lejos, había podido distinguir esa sonrisa dulzona que Ni-Ki siempre le daba a Sunoo, también algo innegable era que el humor de su amigo había decaído desde que había discutido con él, parecía que todos los días el ceño fruncido en el rostro de Ni-Ki se profundizaba cuando Sunoo pasaba de lejos.          
               
Es por eso es que insistía tanto en la fascinación que Ni-Ki tenía por Sunoo. No pararía hasta que lo admitiera.

cigarro acaramelado ♯݊ˢᵘⁿᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora