El Duque de la Muerte y las Doncellas de la Luz

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Londres, 1868.

La época victoriana en todo su esplendor, unos años antes de que sucediera la conocida Revolución Industrial, una revolución que cambió radicalmente el ámbito laboral, dando espacio a lugares de trabajo donde la explotación, en su mayoría, dejaba de existir.

Pero eso no nos importa realmente, lo que realmente nos importa es una familia específica, la familia Uesugi.

Los Uesugi originalmente eran japoneses, pero debido a muchísimas cosas que sucedieron durante el paso de los años, la familia terminó viviendo en Inglaterra. El apellido por suerte, se había mantenido pues el 90% de los que nacían en esa familia eran varones que cargaba orgullosamente con dicho apellido.

Con el tiempo, lograron establecerse y se volvieron una de las familias más influyentes y reconocidas del país.

Esta familia está conformada por 3 personas: Marie Uesugi, Fuutarou Uesugi y Raiha Uesugi.

Como podemos ver por el nombre, sabemos claramente que la mujer era inglesa, pero ella se había casado con Isanari Uesugi. El rubio era 100% inglés, pero sus abuelos eran japoneses, así que optaron por mantener la tradición de llamar a sus hijos con nombres japoneses, para no dejar que eso muriera.

Isanari lamentablemente falleció cuando Fuutarou tenía 12 años y Raiha 4.

¿Cómo murió? Es... difícil de explicar, primero será mejor explicar otros datos para poder comprender su muerte.

Cuando el joven Fuutarou era solamente un niño que tenía la edad de 12 años una poderosa maldición cayó sobre él. Una bruja, que hasta la fecha desconoce quién era o por qué lo había hecho, fue quien lo maldijo con las siguientes palabras:

Nunca serás amado y nunca podrás amar a nadie.

Eso era todo lo que el pobre chico podía recordar. Claro que al principio lo tomó como broma, se dio cuenta que no era ninguna mentira cuando ya era tarde.

El chico llegó a su casa algo asustado, pero lo suficientemente bien como para poder llegar hasta su habitación.

Al estar ahí descansando, estuvo indagando más y más sobre las maldiciones, pues aún tenía duda de si era real o no.

Lastimosamente, esa maldición no estaba registrada, por lo que no sabía bien cómo actuar. El chico con temor fue con la única persona que lo entendía bien: su padre.

El chico llegó hasta la habitación de su padre, con algo de temor tocó la puerta y cuando escuchó que le dijeron "adelante" el chico abrió.

Su padre, que siempre mostraba una gran sonrisa, estaba ahí de pie en medio de muchos libros abiertos, era evidente que él se encontraba estudiando.

-¿Qué necesitas?- mencionó mientras se acercaba al chico.

-Es... difícil de decir.- dijo el niño con dificultad.

-Cuéntame.- dijo.

El chico comenzó a contarle lo que había pasado. Sin embargo, como dije, la bruja lo maldijo con palabras, él no comprendía bien a qué se refería ella con eso. El chico estaba asustado, lo único que se le ocurrió hacer fue abrazar a su padre.

Grave error.

El chico pudo ver cómo su padre comenzaba a morir frente a sus ojos.

Prólogos/One Shots (Gō-Tobun no Hanayome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora