Capítulo 1

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Me encontraba corriendo hacia la cárcel de adolescentes con hormonas alteradas, más conocida como instituto.
Digamos que hoy no ha sido mi mejor día, contando que eran las diez de la mañana, se me había
manchado la falda, no me había dado tiempo a desayunar, llevaba pelos de loca y llegaba dos horas más tarde.

-Venga Brooke, que ya estás cerca.- Me dije a mi misma cuando divisé las grandes instalaciones del "Davidson Day School".

Seguí corriendo hasta cruzar el umbral de la puerta metálica, y pasar hasta el pasillo.

Aula 1A - No
Aula 1B - No
Aula 2A - No
Aula 2B - Aquí sí.

Abrí la puerta con todas mis fuerzas al tiempo que maldecía en voz baja e intentaba calmarme, haciendo que toda la clase se quedara mirándome fijamente.
Me miré a mi misma dándome cuenta de que sudaba como un caballo.

Mierda.

-Señorita García, ¿A qué se debe este atraso monumental?
-Yo...Es que...Pero...-Balbuceé- Lo siento.
-Está bien, la última vez, Brooke. Tome asiento.

Asentí adentrándome en la clase y caminando hacia mi sitio justo al lado de mi mejor amiga Amanda.

-Hey - La saludé en un susurro.
-¿Por qué tan tarde?- Dijo con cara de pervertida.
-Cerda -Susurré- Me he dormido.
-Que aburrida...- Dijo, haciendo que soltara una pequeña carcajada.
-Señoritas García y Steele, ¡Silencio! -Dijo el profesor al tiempo que hacia un movimiento con la cabeza. - Señorita García, ¿llega tarde y aún así tiene ganas de hablar? ¡Castigada! ¡Te quedarás hoy en clase recogiendo mientras que los demás están en el recreo!
-Genial -Murmuré, hoy definitivamente no era mi día.
-¡No murmure! ¿Tiene algo que decir?
-No, señor -Dije en tono militar, haciendo que los demás rieran.
-Bien.

El resto de la clase se resumió en blablabla hasta que sonó mi amado timbre.
-Nos vemos luego. -Me dijo Mandy, dándome un beso en la mejilla.

A la hora del recreo se suponía que tenía que recoger papeles del suelo pero en lugar de eso me puse a escuchar música mientras que cerraba los ojos.

-Hola, bebé. -Susurró esa voz que podría reconocer en cualquier parte.
-Nash. -Dije sonriendo, al tiempo que depositaba un pequeño beso en sus labios.
-¿Qué haces aquí? -Preguntó a la vez que se sentaba a mi lado.
-Estoy castigada.
-Eso me lo esperaba, pero -Me besó-, ¿Desde cuándo haces caso a lo que los demás te dicen? -Preguntó para después volver a besarme.
-Desde nunca. -Contesté en medio del beso.
-Entonces...¿A qué esperas? Tengo la moto fuera, venga, te invito a comer a McDonald's.
-Oh, que romántico eres -Reí- Vamos antes de que se llene y no tengamos mesa.

Salimos de aquellas instalaciones y subimos a la moto de Nash.
-¿Lista? -Preguntó mientras que me sonreía y le daba al acelerador.
-Lista -Afirmé pasando mis manos alrededor de su cintura.

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