C. 6: Chofer, Chofer.

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—¿Cuánto falta? —preguntó alguien.

—No se, —le respondió su compañero.

Luego de algún tiempo más, varios empezaron a cantar al unísono.

—Chofer, chofer, apure ese motor, que en esta cafetera nos morimos de calor. Chofer, chofer, no mire para atrás, que viene tu mamá con el palo de amasar. Chofer, chofer, no mire para abajo, que viene Maradona y te pega un pelotazo...

—Pero, ¿No está muerto?

—No jodas.

—no mire para arriba, que viene una gallina y le hace pis encima.

***

Al llegar al Bolsón, bajaron del micro y comenzaron a recorrerlo.

—Cuidado, a ver, todos en fila y mirando. —dijo María cuando cruzaban una calle.

Caminaron por las veredas y calles, recorriendo negocios y lugares turísticos.

Entraron a una chocolatería "Mamushka", y compraron chocolates para todos.

Luego de dos horas, hicieron una pausa para almorzar y se detuvieron en la "Plaza Pagano", donde comieron las empanadas que habían hecho el día anterior.

***

—Dale, cruzamos, con cuidado, si bien, listo.

Eran las seis menos diez de la tarde y ya era hora de volver al micro, la última parada había sido en un local de recuerdos, donde los maestro había comprado un adorno para el grado, luego Tomás había contado a los chicos y no faltaba nadie, desde ahí empezaron a caminar rumbo al micro.

—Ioannis, mirá, tienen la colección completa de "Caídos del Mapa" y a buen precio. —comentó Germán deteniéndose delante de una librería y comentando cuáles eran sus libros favoritos de dicha serie.

Mientras ellos miraban los libros, el resto del grado siguió avanzando por la vereda hasta desaparecer en una esquina.

Cuando terminaron de mirar los libros, Germán quiso seguir el resto del grado y no los vio.

—¿Dónde están? ¡Recién estaban acá! ¡Yo los vi!

—Germi, eso fue hace cinco minutos.

Ioannis y Germán estaban al final de todo el grado, pero detrás de ellos también estaban Lihue, Lulú y Fran, que al ver que ellos frenaban para ver los libros, pensaron que todo el grado había parado y ellos también lo hicieron. Pero cuando Fran vió que su primo y German estaban tan alterados se les acercó y les preguntó.

—¿Qué pasa?

—Nos perdimos —le explicó Germi.

—¿Son boludos?

—No, ¿Vos si? —le replicó Ioannis.

—No, ¿Cómo es que se perdieron? iban atrás de los demás.

—Si, pero frenamos y ellos siguieron caminando, y ahora no sabemos donde están.

En eso se les acercaron las chicas a ver qué pasaba.

—Se perdieron —les dijo Fran.

—NOS perdimos —aclaró Germi.

—¿Alguien trajo el teléfono? —preguntó Li.

—Yo, creo que tengo datos —les dijo Lulú.

—Y, bueno, llama a alguien.

Lulú marcó el número de Avril y se quedó esperando.

Los chicos estaban parados en la vereda de la librería esperando la llamada, Lulú era la que más cerca de la calle estaba, y de golpe se escucho una aceleración como de moto y dos personas en moto pasaron rapidísimo por detrás de Lulú, la tomaron de la cintura, haciendo que ella produjera un grito y soltara el teléfono, luego las motos se alejaron por la calle y lo último que se oyó fueron los ahogados gritos de Lulú, luego nada más.

Plan Mafia 2: El viaje al surDonde viven las historias. Descúbrelo ahora