Plan Mafia 3, El capítulo final.

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Prólogo.


La iglesia estaba iluminada, la noche calma cubría todo el cielo.

Los invitados estaban sentados sobre los bancos de madera mirando hacia la entrada, por donde en cualquier momento entraría la novia.

Adelante, cerca del altar, el Padre Oscar esperaba con el novio y el padrino a la derecha.

La puerta se abrió y entró la novia, con el velo que le cubría la cara, con su corona de jazmín, su largo vestido blanco y sus mejillas sonrojadas.

A su lado, su padre caminaba con ella.

Las familias de los novios estaban sentados en los bancos de la derecha, mientras que los demás invitados en los bancos de la izquierda.

La novia caminaba junto a su padre con paso decidido rumbo al altar.

Llegó a este y se colocó a la izquierda del Padre Oscar.

El novio le levantó el velo de su cara, dejando al descubierto su amplia sonrisa le hacía esos hoyuelos al los costados de las mejillas, y sus ojos relucían de felicidad.

El Padre Oscar los miro a cada uno y luego dijo:

—Ioannis, ¿Aceptas como esposa a Luisina, en el amor y la felicidad, en el bienestar y la enfermedad hasta que la muerte los separe? —Ioannis miró a Lulú, con quien tantas aventuras había vivido y luego dijo:

—Si, acepto.

—Y tu Luisina —volvió a decir el Padre Oscar. —¿Aceptas como esposo a Ioannis, en el amor y la felicidad, en el bienestar y la enfermedad, hasta que la muerte los separe? —Lulú miró a Ioannis, si ella, el día ya tan lejano en el que entraron en el colegio, no le hubiese dicho a Ioannis que le gustaba, tal vez esto no estaría pasando, así que miró a Ioannis y le dijo:

—Si, acepto.

—Entonces ya son marido y mujer, pue... —Lulú se colgó del cuello de Ioannis y este abrazándola se sumergió en su cálido beso, que marcaba que ellos estarían juntos, por lo menos, un muy largo tiempo.

De los bancos de la izquierda se pararon, Lihue, Elizabeth, Jacinto, Facundo, Germán, Dominique, Rufo, Francisco y Avril, además de los hijos que algunos ya tenían con sus respectivas parejas.

Las familias de los novios también se pararon y aplaudieron aún más fuerte con la reciente unión, Benita, la pequeña hermana de Lulú que ya tenía quince años estaba muy coqueta y miraba, de reojo y sigilosa, al pequeño Pedrito Álvarez, que ya tenía catorce años, él era el hermano más pequeño de Álvarez, que, por supuesto, también había sido invitado a la boda.

Ese día fue memorable, el tiempo pasó, y un año después, en la casa de Ioannis y Lulú también nació Benjamín, y después le siguieron Jazmín y Dieguito.

Los demás amigos también fueron formando sus familias, Algunos años más tardes Benita también se casó y fue con Pedro Álvarez, justo en esa misma iglesia.

Y aquí concluyen las aventuras de...

...

—Para, Para, Para, Eso tiene que ir al final del libro, no en el prólogo —le dijo Elizabeth a Ioannis, que como siempre interrumpió su relato.

Plan Mafia 2: El viaje al surDonde viven las historias. Descúbrelo ahora