capítulo 23

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Al octavo mes ella se destruyó.

Lo negativo es que la destrucción si se anuncia, pero no con una tormenta sino con el pasar de los meses... Y Brisa había pasado por alto las señales que su relación con la pintora le había dado.

... Los lentes de sol, el beanie, la chaqueta, las vendas en sus muñecas, el uso de colores, los zapatos, la posición de la mesa en la cual se sentaban... Pasó por alto tantas cosas.

El día inició cómo lo hacían desde el mes anterior: con Brisa entre los brazos de Angie.

Marta y Juan no preguntaban sobre sus constantes ausencias, pues conocían la respuesta. Lo único que pedían era un mensaje que les confirmase que seguía respirando.

Angie: Hora de despertar, Hansen -Empezó a murmurar contra su cuello con su ronca voz mañanera. La tatuadora gruñó y se volteo hasta enterrar su cabeza en la almohada.

No quería despertar. No quería ir a trabajar.

Brisa: Domínguez -Corrigió de mala gana.

Angie: Eso no lo dice tu pasaporte -Rió contra la piel de su espalda desnuda antes de dejar un recorrido de besos por ese lugar.

Brisa: Lo se -Se quejó-... ¿Pero puedes intentar olvidarte de mi pasaporte? No me gusta el nombre Brisa Hansen... Es como si te adoptara una anciana de apellido Pene.

Angie: Hansen no es tan malo cono Pene.

Brisa: Es solo para que te des una idea... Estoy segura de que no te gustaría llamarte Angie Pene cuándo eres una amante de las vaginas -Rió.

Cuándo se dio la vuelta para encontrarse con los ojos de Angie descubrió que la pintora la miraba con cierta diversión.

Angie: No soy una amante de las vaginas -Se negó de inmediato con una enorme y adorable sonrisa.

Brisa: Pues más te vale serlo. No creo tener algo adicional allí abajo...

Angie: Soy amante de una vagina, Bri. La tuya...

Brisa: ¡Por Dios, Angie! -Se alejó asqueada con una carcajada -. No puedo creer que dijeras algo como eso...

Angie: Tengo una boca sin filtro, Dominguez -Se justificó antes de levantarse, dando a Brisa una vista privilegiada de su espalda desnuda y de su trasero-. Ahora muévete o llegarás tarde.

Brisa: Lindos tatuajes -Dijo seductoramente mientras se mordía el labio inferior y su corazón comenzaba a latir aceleradamente-. Son cinco bonitas libélulas... Deberías presentarme a tu tatuadora.

Angie: No me tomes por estúpida, amor... Se que no estas mirando mi espalda.

Tenía razón.

***

Brisa Domínguez llegó temprano, saludó a sus compañeros de trabajo, tatuó algunas cosas, se dejo dibujar por Angie Velasco  y tatuó un poco más. Fue un día normal... El último de ellos.

Al terminar de comer junto a su novia en el mismo restaurante de siempre le dijo a Marta que pasaría su noche junto a Angie, a lo que ella solo respondió con un frío "Bien".

... Pero no fueron directamente al departamento de la pintora.

Ellas volvieron a la tienda.

Angie: ¿Qué hacemos acá? -Preguntó entre susurros mientras entraban a la tienda y las luces se encendían.

La tatuadora de libelulas (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora