Nuestro pequeño secreto

Amigos celosos

El frío calaba en los huesos de todos los que caminaban en aquel bosque, pues nevaba y tampoco hablaban. Tom tomó disimuladamente la mano del Potter que tenía las mejillas rosas pero ni el sabía si era por la vergüenza o si era por el frío.

—Y...cuanto dices que falta para llegar a ese lugar—Dijo Sirius recordando que Tom menciono que por la nevada irían a una cabaña cercana que le pertenecía.

—Ya falta poco, ahora cállate, perro pulgoso—Sirius lo miro con enojo y fulminó a James pues el solía burlarse del apodo que era de cortesía de Severus.

—Maldito seas, James Fleamont Potter Black—el nombrado puso los ojos en blanco—y maldito sea tu nombre que es más largo que la historia de la humanidad—Los de 17 años rieron. Unos más fuertes que otros, Tom solo rodó los ojos.

—Llegamos—respondió James quien arrastro al más alto para poder abrir la puerta. Entre ambos abrieron la puerta con la llave correspondiente.

—¡Vamos!—Todos entraron y Sirius y Peter decidieron empezar a hacer el fuego. Remus veía amenazantemente al Riddle quien ni se inmutaba.

—Ahhh—suspiro con felicidad el Potter ante el calor que le proporcionaba el fuego—¿Quieren beber algo?—pregunto mientras se dirigía a la cocina, sin prestar atención a las miradas fulminantes y solo prestándole atención a que querían chocolate caliente cerró la puerta de la cocina.

—Así que—empezó Sirius—¿sales con Jamie desde hace tres años?—Tom miro con odio al otro simplemente por el apodo.

—Si—se limito a contestar.

—Mira, antes de que estos idiotas arruinen el punto—Riddle se limito a mirar a Remus quien estaba hablando—no nos importa que seas un mago oscuro y el líder de los mortifagos—Riddle alzo la ceja—Si nos molesta un poco—aclaro sin embargo Tom seguía mirándolo con incredulidad—okey, nos aterra y odiamos que James este en un gran peligro constante por culpa tuya y del idiota de su padre—Tom suspiro pues sabía que el tenía mucha razón—pero, te daremos una sola oportunidad y pensaremos unirnos de tu lado pero—Subió el tono de voz para aclarar de que había una sola condición—lo haces llorar o lo lastimas y juro que te mato maldito, hijo de puta.

—Bueno ¿Alguno me quiere ayudar con los vasos?—interrumpió la charla que no tenía idea de que trataba—porfis—pidió pues le pesaba la bandeja.

—Ya voy—Thomas tomó la bandeja y James agarró dos tazas.

—Una para Sirius con dos cucharadas de azúcar—se la entrego y Sirius cambio su cara seria por una sonrisa—Peter con cinco—Thomas no podía creer cuanta azúcar le iba a poner, James río ante la cara del otro—y una para Remus con una pizca de manzanilla—se la entrego—y....se que no te gusta el chocolate caliente así que, te preparé una taza de café sin azúcar.

—Que amargo—tiro al aire, Sirius. 

Los cinco se acomodaron alrededor del fuego para sentir la calidez. Sirius tirado en el sillón individual, Remus acostado en el otro sillón individual. Peter sentado en el piso y recargado en el sillón de Sirius. Tom abrazaba a James mientras este se empezaba a dormir al igual que sus amigos, pues todos estaban muy cansados por el frío.

Al pasar el tiempo todos estaban dormidos menos la pareja y Sirius, quien esperaba que el más joven se durmiera para poder dejar en claro que era la amenaza eta muy clara y era su único destino para ser pareja de su mejor amigo.

—Sirius, trata de no matarlo—dijo al borde del sueño.

—Descansa tesoro—siseo en su oído con cariño, mientras lo tapaba correctamente y le sacaba los lentes para que obtenga una mayor comodidad.

—Más te vale respetar nuestra única condición para aceptarte, porque realmente deseamos  su felicidad—sin nada más que decir se dio vuelta y se tapó correctamente, luego se dispuso a dormir.

Tom se durmió a los pocos segundos mientras tomaba la cintura de su pareja.

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—¡Hey!—llamó a penas terminó la nevada, nuestro querido Remus—¡tortolitos, debemos volver a Hogwarts, hoy es lunes!—tiro a ambos con un "pequeño" empujón recibiendo quejas de parte de los otros dos.

—Recuérdame porque no lo mate—ordenó el señor oscuro bastante molesto.

—porque te lo pedí, amor—respondió mientras se tallaba los ojos con sus manos—Rem, no es por nada pero son las 4:30 A.M.

—Lo se pero tenemos que volver a Hogwarts y ninguno sabe el camino—alzo los hombros despreocupado.

—¿Tom nos puedes hacer aparecer?—pidió adormilado mientras aún en el piso se recostó al lado del otro.

—Si, claro—dijo mientras le alcanzaba los lentes de la mesita de luz.

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—Muchas gracias—agradecieron los menores al Riddle una vez que estuvieron a menos de un par de metros del castillo.

—Adiós ¿nos vemos mañana?—el otro asintió con una muy leve sonrisa—Okey, nos vemos Tomy—lo abrazo y le dio un beso rápido en los labios y se fue corriendo a la altura de sus amigos.Tom se toco los labios mientras sonria con ternura. Se fue caminando por el lado contrario  ya eran las 5:19 A.M y las clases empezaban a las 6:00 A.M exactamente. 

Al cruzar la puerta, fueron corriendo hasta la sala comun de Gryffindor en la cual se sorprendieron al ver a Minnie junto con Lily, ambas parecian sumamente preocupadas.

—¿¡Se puede saber donde es que estaban?!—les exigio saber la mayor a penas los vio cruzar por el cuadro de la dama gorda—Los estuvimos buscando toda la tarde a ustedes cuatro. Sobre todo a usted, señor Potter. No aparecio ni al almuerzo—James se sonrojo y los demas miraron picaramente ante el sonrojo.

—Salimos a Hogsmade a la tarde y nos quedamos alli porque perdimos el ultimo tren—respondio con una mentira blanca para no traicionar a su amigo.

—Yo al mediodia sali a ver la tumba de mi padre, luego me fui con los chicos a Hogsmade y ya sabe el resto—Lily lo abrazo llorando. A James le da un poco de incomodidad pero corresponde el abrazo pues no queria sospechas.

—Los voy a combertir en reloj la proxima vez—sin mas Minnie se fue dejando a los cinco adolecentes solos.