Sintomas

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Las clases fueron muy lentas, estaban todos muy cansados, pues no habían podido dormir muy bien en esa pequeña cabaña, sobre todo el doncel mas joven de todo el grupo.

—¿Estas bien?—pregunto Sirius mientras colocaba una mano en la frente contraria—estas muy caliente—conjuro un "tempus" eran las 16:30 y las clases terminaban a las 17:00—resiste un poco mas-le susurro mientras lo miraba asentir muy cansado, parecía levemente enfermo.

La media hora se pasa lentamente y tortuosamente para el joven, le dolía la cabeza, tenía náuseas, estaba mareado y le dolía la cabeza. No sabían que hacer. No podían llevarlo a Madame Pomfrey porque tenía altos niveles de magia negra en su cuerpo, tenía la marca tenebrosa (aunque era un poco distinta) y por si acaso tenían miedo de cagarla. Decidieron buscar una manera de llamar a Tom. Lo llevaron a un baño abandonado.

—¿Ahora que mierda hacemos?—pregunto Peter con desesperación.

James tocó la marca que tenía en su muñeca una vez acostado en el piso. El señor tenebroso a pareció a los segundos. Más tarde se entrarían que esa marca era para una emergencia y vaya que lo era.

—Qué le paso?—pregunto mientras lo tomaba de las piernas y lo alzaba al estilo nupcial pues no se podía ni levantar por la fuerza perdida en sus piernas. A los pocos segundos se desmayó.

—¡No lo sé!—Remus por primera se sentía desesperado—¡le duele la cabeza, se siente mareado, tiene fiebre, se acaba de desmayar!

—¡Okey, ya entendí, ahora yo me encargo!—sus ojos estaban rojos y desapareció aún con el desmayado en sus brazos.

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Las horas pasaron y el Potter recién se había despertado, Tom estaba a su lado agarrado de su mano. Sonrió levemente. El otro estaba leyendo un libro y no noto su despertar. Acaricio la mano contraria llamando la atención al instante.

—¿Qué paso?—pregunto mientras el otro lo ayudo a sentarse y apareció un vaso de agua para el otro.

—Te desmayaste, tesoro—respondió con cautela mientras el otro tomaba agua de su vaso.

—Oh ¿Por qué?—pregunto intrigado.

—Primero debemos hablar—James alzo una ceja con un mal presentimiento ante esas palabras.

—¿Debo preocuparme?—preguntó angustiado.

—¿Hemos hablado a cerca de tener un cachorro?—James abrió los ojos y se toco el vientre por unos segundos—James estamos esperando uno, tienes tres meses—los ojos contrarios se abrieron con sorpresa y con leves lágrimas cayendo de sus ojos.

—¿Que?—lo miro logrando identificar la preocupación en los ojos contrarios—y-yo ¿no mientes, verdad?—una muy pequeña mueca de disgusto apareció ante la posible idea de la broma.

—No es mentira—sintió el calor del otro en su pecho y piernas además de una presión en sus labios—¿No estas molesto?-pregunto sorprendido.

—Oh, si que lo estoy pero estoy feliz—lo apretó un poco más fuerte el cuerpo contrario demostrando su enojo por la situación evidente.

—Tus amigos me van a matar—el otro río sonoramente.

—Sabes que si—lo apego más a el.

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—Están tardando mucho—veía como el tiempo pasaba y ya era la cena. Despues de ella tenían su castigo por desaparecer por casi un día entero.

—Tranquilo, no creo que le haga nada—trato de calmarlo, Peter mientras sonría nerviosamente.

—¿Quién le va a hacer algo a quien?—preguntó James mientras abrazaba por los hombros a los tres merodeadores risueñamente.

—¡James!—los tres lo abrazaron.

—¿Qué paso? ¿Por qué te desmayaste?—Preguntó con miedo Remus y el otro sonría levemente con la mirada perdida en el piso.

—No es importante por ahora—río mientras corrió hasta el gran comedor con Sirius riendo, Peter atrás de todo pero siguiendo Remus en el medio de la fila de personas corriendo gritando por respuesta. Cuando llegaron todos necesitaron recuperar aire.

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—Lucius, deberíamos preocuparnos—le comentó Barty—Potter esta enterado de todo lo que pasa allí, si decide contarlo seremos pollo frito—se asustó levemente pues había dicho y echo cosas que le arruinarían su reputación en Hogwarts para siempre y estaban a manos de uno de los chicos más populares y gentiles de todo Hogwarts.

—Ni que lo digas—recordó como lo miraba amenazantemente luego de la vez que lo encontraron con el señor tenebroso.

—¿De quién debemos preocuparnos?—pregunto Severus que no estaba enterado de la nueva situación que pasaba con los mortifagos.

—Te lo contaremos en un rato—aseguró Barty a su amigo, ya que estaban entrando al gran comedor.

Durante la mayor parte de la comida sintieron una amenazante mirada pero no supieron identificar de quién era la amenaza y para quien o quienes era.

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—¿Seguro que estas bien? te siento distinto—pregunto mirando como el menor miraba el piso mientras sonreía.

—Mejor que nunca—James se dio vuelta y cerro las cortinas que adornaban la cama. Se tapo y quedo dormido.

—Okey ¿Qué mierda le pasa?—pregunto Sirius levemente asustado ante el comportamiento de su mejor amigo.

—Tal vez y solo tal vez, lo mismo que a ti—Remus señaló el vientre contrario viendo el sonrojo—me sorprende que no se lo hayas contado a Cornamenta.

—Es que no quiero que se decepcione más de lo que posiblemente este con que este saliendo con su medio hermano—los otros dos asintieron recordando el día donde encontraron el árbol genealógico Potter completo.

—Si, bueno, tiene en cierto punto una gran lógica—Admitió Colagusano tirándose a su cama—mañana hablamos—y se durmió.

—Tiene razón, mañana hablaremos con el durante algún descanso y trataremos de averiguar qué es lo que le pasa y de paso le contarás lo de Lucius mejor—y se acomodó en su cama para proceder a dormir cómodamente. Sirius le hizo caso y se tiró con cuidado a su cama para dormir.

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A la madrugada más exacto a las 2:33 A.M el Potter abrió las cortinas y se levantó de la cama. Miro a sus amigos en especial a Sirius y más específicamente a la mano que tenía este en su vientre, sonrió levemente.

—Que malo que eres—río levemente—les contaste a todos menos a mi—sollozo. Decidió aparecerse en su casa, en la que compartía con Tom, quien sorprendentemente leía un libro—Tomy—lloriqueo levemente mientras se acostaba al lado de su pareja quien dejo el libro para acobijar y a abrazar a su novio.

—¿Qué pasa mi vida?—limpio sus lagrimas con la manga de su camisa para dormir, le dio un pequeño beso en la frente y lo acurruco en sus brazos.

—Es que, no se, simplemente, se que podía pasar pero no pensé que tan rápido—trato de explicar pero las lágrimas no lo dejaban hablar.

—Cariño, si no me dices que paso no puedo ayudarte—acaricio su cabello suavemente y delicadamente. Pero no recibió respuesta pues es el otro se había quedado dormido. Sonrió con ternura—se acuesta junto con el cuerpo de su novio ya dormido y apaga la única luz que iluminaba la habitación. Por fin podía dormir en paz.

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