CAPÍTULO XVII: AMIGAS.

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Pueden escuchar "friends" de Ed Sheeran mientras leen.



Camila seguía mirando a Lauren desde el otro lado del sofá. La chica de ojos verdes tenía su inclinada mientras veía fijamente la pelota de tenis que Camila tenía en las manos, llevaba así alrededor de diez minutos. Camila volvió a mover la pelota y sonrió cuando se dio cuenta de que Lauren volvió a seguir con la mirada la pelota de tenis.


Hey, Lauren. —Camila dijo, intentando llamar la atención de la chica. No le hizo caso. —Lauren. —Dijo un poco más alto y pronto los grandes ojos verdes de Lauren estuvieron puestos en sus ojos. — ¿Te molestaría si hago... Uh —Camila se quedó en silencio y después gateó desde el otro lado del sofá hasta el otro; en donde estaba Lauren. Ella se acomodó entre sus piernas y dejó que su cabeza se apoyara contra el hombro de la chica. — ¿Es molesto? —Preguntó en voz baja.


Lauren sólo negó con la cabeza.


Camila buscó la mano de Lauren, acaricio la palma con sus dedos y después la apretó firmemente. Lauren estaba observándola con una pequeña sonrisa.


Es extraño, ¿No? —Lauren miró a Camila con una ceja alzada cuando la chica de cabello marrón alzó la cabeza para mirarla. —Sí, quiero decir, ¿Alguna vez pensaste en esto? ¿Estar junto con la persona que decías odiar en un sofá, acurrucadas? Porque la verdad es que nunca lo pensé y para mí es extraño.


Lauren suspiró.


Sinceramente, nunca lo pensé. —Contestó. —Aunque, luego de tener un día tan largo y estúpido entonces podría decir que es genial. Aquí no estás derramando nada.


Camila se sonrojó. Nota mental: jamás volver a intentar tomar las cosas que estén en lo alto de los estantes mientras estemos en un supermercado.


¿Responderás mi otra pregunta? —Camila dijo en voz baja, aún avergonzada por lo anterior dicho.


Bueno, yo odio a las personas que fuman y tú no fuiste la excepción al momento de conocerte. —Admitió. —Pero, supongo que... después te hiciste la excepción, y podría decir que es agradable estar acurrucada junto a ti en este pequeño sofá.


Eres una buena amiga.


Silencio. El silencio estuvo un momento plantado en la sala después de que Camila dijera aquello, aún se estaban mirando a los ojos. Camila se sonrojó y Lauren estaba sonriendo.


Entonces... ¿Soy una buena amiga, eh? —Camila asintió lentamente y Lauren presionó la mano de Camila. —No me gusta.


¿Por qué? —Camila preguntó.


No somos amigas Camila, no lo somos y nunca lo hemos sido. —Lauren contestó. — ¿No te has puesto a pensar en ello? Nosotras no somos amigas, tú no me haces sentir como mis amigas. —Dijo. —Además, las amigas duermen en camas separadas y mis amigas no me tratan como tú, mis amigas no me besan como tú.


Camila no habló por un momento, ella sólo mantuvo sus ojos fijos en Lauren y en ningún momento dejó de acariciar la palma de su mano. Ella inclinó la cabeza ligeramente.


Entonces, ser amigas sería una mentira, ¿No? —Preguntó Camila cautelosamente. Lauren asintió. —Intentemos llevarlo, pero no somos amigas. —Camila habló en voz baja.


No puedes besarme más. —Lauren dijo con una sonrisa. Camila frunció el ceño.


¿Por qué?


Mientras lo llevamos tendremos que ser amigas, ¿No?


No precisamente. —Camila dijo enojada.


Nuevamente el silencio se hizo presente. Ellas sólo se miraban y la chica de cabello marrón seguía acariciando la palma de la mano de Lauren.


Camila sonrió de repente.


¿Por qué estúpido? —Preguntó.


¿Qué cosa? —Lauren frunció los labios, confundida.


¿Por qué dijiste que fue un día estúpido?


Lauren se río irónicamente, rodó los ojos y después clavó nuevamente sus ojos en los de Camila.


No preguntes algo para obtener una respuesta que ya sabes. —Respondió. —Además, este día no es especialmente estúpido, los próximos días también serán estúpidos, Camila. —Dijo. —Creo que no hace falta recordar que no estaré en seis días.


Camila asintió con la cabeza, intentando sonreír. Pudo hacerlo. Camila supo dos cosas en ese momento: 1) Era una buena mentirosa y 2) Su corazón estaba bastante agitado. Camila resopló, era una buena mentirosa, podía evitar derramar lágrimas frente a Lauren.


Lauren apoyó su cabeza contra la de Camila y respiró profundo. Ella supo dos cosas en ese momento también: 1) Quería pasar más de seis días junto a la chica de ojos marrones y 2) Tal vez su padre siempre tuvo razón respecto a la vida.


Esta no era un cuento de hadas.








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Cigars and tattoos ➳ camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora