CAPÍTULO XXI: DANIEL.

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Luego de que ambas chicas decidieran levantarse finalmente de la cama e ir a preparar el desayuno, Daniel apareció en el departamento. Para Camila fue extraño pues él nunca aparecía tan temprano, pero aquello de todas formas no evitó que le resultara agradable. Por otro lado, para Lauren fue incómodo.

Camila inmediatamente recibió a Daniel con una taza de café, un agradable desayuno y un abrazo. Ambos conversaron mientras él comía, se reían y compartían sonrisas, era tan fácil para los dos conversar sobre cualquier tema, se entendían perfectamente.

Lauren los observaba fijamente desde su asiento. Se sentía un poco mal porque parecía como si ellos hubieran olvidado su existencia, que ella se encontraba allí. Sus ojos vagaron desde Camila hasta Daniel y en viceversa. Le era imposible no sentirse inquieta, casi amenazada, ante la imagen que estaba frente a ella. La chica de ojos verdes entendía perfectamente que ellos eran sólo mejores amigos, pero le era difícil asumirlo en situaciones como estas, se veían tan bien juntos... como una pareja perfecta.

Entonces, de repente, una loca pregunta apareció en su mente. ¿Ella se veía bien junto a Camila? Negó rápidamente con su cabeza, intentando apartar esa pregunta. Ni siquiera eran pareja.

Luego de un rato, Lauren tomó su teléfono celular y decidió escribirle a Tobías. Conversar con él seguramente sería mucho mejor que ver la perfecta imagen de Camila y Daniel interactuar, olvidando su existencia.

Lauren: Hey, Tob.

Tobías: ¿Sabías qué terminaré por regalar tu habitación? Esté departamento se siente vació sin ti. Hola, también.

Lauren sonrío con ternura cuando leyó el mensaje.

Lauren: No regalarás mi habitación. Es mi privacidad.

Tobías: Dejó de ser tu privacidad cuando te marchaste, Lau. ¿Algún día volverás?

Lauren: Vamos, piensa en algo, no quiero que regales mi habitación. Y no lo sé.

Tobías: Imagine esa respuesta.

Lauren: Entonces, ¿pensaste en algo?

Tobías: Sí. Creo que regalaré la mía y terminaré por alojarme en tu habitación. Al menos así podré sentir que aún estás aquí, conmigo.

Lauren sintió ganas de llorar después de leer ese mensaje, pero sólo se río. Camila volteó a verla en ese momento.

Lauren: Ugh, eres tan sentimental. ¿Qué haces justo ahora?

Tobías: Intento fingir que prestó atención mientras converso contigo. La universidad se ha vuelto muy aburrida.

Lauren: Deberías salir y divertirte.

Tobías: ¡Pero sí fuiste tú quién me lo prohibió!

Lauren río suavemente cuando recordó la enorme discusión que tuvo con Tobías el día que se había embriagado al punto de olvidar su nombre, aquel día le prohibió aquello cuando estuvo mejor.

Lauren: Eres un bebé.

Tobías: Sí y a esté bebé lo han pillado, Lau. Luego hablaremos, cuídate y adiós.

Lauren suspiró. Cuídate. ¿Acaso Tobías quiso ser sarcástico o molestarla? No, claro que no. Él no cambiaría, era tan despistado. Lauren no respondió y decidió guardar su teléfono.

Observó al sofá en donde se encontraban Camila y Daniel, pero ellos no estaban.

Lauren se levantó rápidamente del sillón y caminó hasta donde estaba la cocina, pero ellos no estaban allí. Entonces escuchó sus voces, caminó hasta dónde provenía el sonido y los observó.

Daniel se estaba marchando y Camila estaba en la puerta, hablando aún con él.

Lauren se acercó hasta donde estaba Camila y pasó su brazo por la cintura de ella. Daniel frunció el ceño, Lauren sonrío y Camila sintió que su corazón dio un vuelco en su pecho.

Daniel le sonrío a Camila y se marchó del lugar luego de la aparición de Lauren. Camila cerró la puerta y observó a Lauren. Ella aún no había quitado su brazo de la cintura de la chica.

Camila respiro entrecortadamente.

Él está encariñado demasiado contigo. —Dijo Lauren con un tono molesto. —No me agrada.

Camila se río.

Debe de estarlo, es mi mejor amigo después de todo.

Los mejores amigos no están enamorados del otro y él está enamorado de ti. —Lauren dijo en voz alta, Camila notó la vena en su cuello que comenzaba a sobresalir. —Camila, él definitivamente lo está y aunque tú no te des cuenta, otras personas lo hacen y eso no debe agradarles.

¿Personas como tú? —Preguntó Camila con una sonrisa divertida.

Personas como yo.

Camila le regaló una sonrisa sincera a Lauren y sacó el brazo de ella de su cintura, para después caminar hasta el sofá de la sala. Lauren inmediatamente fue detrás de ella y cuando Camila se acomodó en el sofá, ella se acomodó en el pecho de la chica más baja.

¿Quieres ver una película? —Preguntó Camila, rezando para que Lauren no escuchara como su corazón iba rápido. Ella negó. — ¿Una serie? —Lauren negó otra vez. — ¿Salimos al parque? —Lauren volvió a negar. — ¿Entonces qué quieres hacer?

Lauren tomó una bocanada de aire antes de levantar la cabeza y acercarse un poco más hasta Camila.

Quiero besarte.

No, no quieres hacerlo. —Camila dijo, suprimiendo la sonrisa y tratando de ocultar con su cabello el sonrojo en sus mejillas.

Te sonrojaste. —Lauren dijo cuando se dio cuenta, ella pellizco suavemente una de las mejillas de la chica. —Y sí quiero hacerlo.

Entonces hazlo. —Aceptó Camila.

Yo... voy a besarte ahora. —Lauren dijo en voz baja acercándose más a Camila.

Y cuando Camila estuvo a punto de interrumpirla, los labios de Lauren se estrellaron contra los suyos. Eran suaves y dulces. Camila se sintió como la persona más feliz del mundo y Lauren se sentía como si fuera ganado un millón de dólares.

Ambas cerraron sus ojos y continuaron besándose, disfrutando el presente y olvidando el futuro. El futuro era incierto, pero no para ellas. Ellas sabían lo que vendría, por eso en ese momento se centraron simplemente en disfrutar el placentero sentimiento que les causaba besarse.

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Cigars and tattoos ➳ camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora