Sin buscarlo, lo supieron cuando lo encontraron.
Aquellas miradas en ese restaurante eran lo único que necesitaban para saber que ambos estaban destinados a estar juntos.
Una chica inteligente, amable, y aunque ella no lo creía realmente era bella...
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CAPÍTULO 3 EL AMOR NO...
Otro día más de instituto, cada vez se volvía más aburrido, con toda la pereza del mundo arrastre mis pies hasta llegar a la entrada del colegio, una voz detrás de mí me hizo parar.
–Hola _____ –dijo Benjamin –Te estuve gritando desde lejos
–Lo siento, estoy muy distraída, ¿Pasa algo?
–No realmente, solo quería saludarte –contesto
Hubo un silencio incomodo
–creo que es mejor que vaya a mi clase, estoy llegando algo tarde –dije comenzado a caminar, el me tomo del brazo y lo mire por unos segundos para luego llevar mi vista a él.
–Te acompaño –afirmo con una sonrisa coqueta, asentí y comenzamos a caminar.
–¿Gracias? –dije no convencida
–Deberíamos salir algún día
–Si lo tendré en cuenta
–Te dejo, nos vemos luego –dijo, dio la vuelta y se fue.
Puede parecer que me estoy comportando como una idiota al hablarle así, pero la realidad es que, es muy raro que él me hable y me mire de la forma en que lo hace. Me dirigi a mi asiento, Adelaide estaba entretenida en su celular.
–Hola ____ creí que no ibas a venir
–Sí, yo igual lo creí, mi tonta alarma no sonó
(...)
–¡Mierda! –gruñí, trataba de mantener el equilibrio, Adelaide me había traído a la fuerza a una clase de danza que ella toma–.No creí que esto se hacía en danza
–Solo es calentamiento –dijo la chica entre risas, comencé a reírme por lo tonta que me veía haciendo esto y me termine cayendo, no sé en qué momento paso, sentí unos brazos rodeando mi cintura, sabía que no era mi amiga.
–¿Te lastimaste? –pregunto Benjamin mirándome a los ojos
Me quede callada unos segundos asimilando porque estaba aquí y como me vio
–Estoy bien –dije, me ayudo a levantarme, era algo incómodo estaba muy cerca de mí pero parecía que a el no le importaba estar así conmigo –. ¿Qué haces aquí? –dije en voz baja solo para que él lo escuchara
–Estaba paseando por los pasillos y te vi, justo en el momento que caíste –dijo serio pero a la vez su mirada era atractiva, de esas miradas que no podías dejar de ver porque realmente te llamaba la atención.
–Qué vergüenza –dije sonrojada–, debo irme
Me aleje de él y camine hasta donde estaba mi amiga, ella bebia un poco de agua mientras miraba su celular, seguramente estaba fingiendo que no vio nada.
