TW: Abuso sexual.
Cuando era pequeño, Jimin y su madre no salían mucho de casa. Ahora mayor y con un sentido incorporado de lo que era el dinero, podía imaginarse por qué era de esa forma. Sin embargo, siempre esperaba con ansias aquellos momentos en que pasaban tiempo a solas, sobre todo los domingos por la tarde, cuando la señora Park se las ingeniaba para hacer cualquier tipo de postre con las recetas que su difunta abuela le había dejado en un cuaderno amarillento. Jimin participaba en el proceso, con sus pequeñas manitas ayudaba con los ingredientes y su madre le ayudaba cuando las cosas eran muy pesadas, explicando todo con una paciencia inquebrantable y una sonrisa en los labios. En esos instantes nacía una complicidad única. Jimin parecía tener más ganas de hacer preguntas y reír cuando se encontraba a solas con su madre, quien se dedicaba a escucharle con atención y responder de la manera en que un niño de 6 años pudiese entender los secretos del universo. Sentía que eran ellos dos contra el mundo y eso le reconfortaba. Mientras se mantuviesen juntos no había monstruos que pudiesen molestarle, ni pesadillas que le quitasen el sueño.
Recuerda esos momentos con una nostalgia que le llena el pecho. Conforme los años pasaron Jimin podía notar un cambio en su madre, sobre todo cuando fin de mes se acercaba y las cartas que contenían las diversas cuentas por pagar de la pequeña familia abarrotaban al buzón. La sonrisa cordial que adornaba el rostro pálido de la señora Park parecía desaparecer, dejando una mueca seca tras de sí. Se colocaba unos anteojos marrones para leer cada documento con cuidado. Jimin la observaba en silencio mientras el mechón del cabello negro le tapaba parte del rostro. Pronto se dio cuenta que en aquellos momentos su madre prefería estar a solas y entre ellos se empezó a forjar cierta distancia que en la mente de un niño de 6 años parecía un acantilado.
La primera vez que su madre le presentó Chang Yoonhun se sintió agobiado. Era la primera vez que alguien se adentraba de manera tan abrupta en el espacio que durante mucho tiempo había pertenecido solamente a él y a Park Yunjin, que su corazón empezó a latir con fuerza y los oídos le zumbaban. Le pareció un hombre extraño. Se dieron la mano unos segundos a modo de saludo y Jimin la aparto de inmediato. Era raro. Normalmente era muy educado con los adultos, pero ese hombre le parecía de temer. Sobre todo, su rostro. No apartaba la mirada y eso a Jimin le incomodaba.
Aquella tarde se encerró en su habitación durante horas, sentándose en un rincón del lugar con la cara escondida entre las piernas. Cuando sus miembros se empezaron a acalambrar, su madre abrió la puerta y tomó asiento justo a su lado. Tenía la mirada perdida y Jimin no podía encontrar la sonrisa que tanto le gustaba. Era domingo, ese día no cocinaron juntos. Ni lo harían en mucho tiempo más.
— Debe haber sido una sorpresa para ti —dijo en voz baja Park Yunjin—. Pero las cosas nos irán mejor ahora, lo prometo.
Ahora que miraba hacia atrás, parecía que su madre se intentaba a convencer a sí misma que así sería.
La llegada de Chang Yoonhun supuso un cierto alivio para su madre. Siempre traía comida cuando les visitaba y se esforzaba en llevar conversaciones con Jimin para conocer sus intereses. Sin embargo, no le infundía la más mínima confianza, por lo que siempre daba respuestas cortas y se excusaba para volver a su habitación apenas se terminaban las formalidades de las comidas. Su madre lo regaño en incontables ocasiones por ello. Ya casi no hablaban si no era sobre su compartamiento con Chang Yoonhun y eso a Jimin le dolía. Añoraba aquellos instantes de cercanía, por las noches los sueños oscuros le perseguían y parecía que ya no había nadie a su lado para ayudarle.
El día en que su madre le dijo a Jimin que se casaría con su padrastro, fue el día en que este último por primera vez le gritó a su progenitora.
— ¡¿Por qué?! —su voz era un alarido— ¡¿Por qué tienes que casarte con él?! ¡No quiero! ¡No lo quiero aquí!
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cómplice ☆ kookmin
FanfictionJimin cree que no tiene un hogar. Su vecino de al lado parece encontrarse en la misma situación. Dos chicos ahogándose en problemas y solo ellos están consientes de la realidad del otro. ¿Se trata de un salvavidas o el último grito de auxilio se con...