Los siguientes días pasaron rápido, el frío se disipaba y dejaba tras de sí la sensación de que se acercaba la primavera. Mientras la vida seguía su rumbo, Jimin se sorprendió a si mismo mirando hacia la casa del lado con mucha más expectación que antes, buscando la figura de su vecino cada vez que tenía la oportunidad. Cuando por fin encontraba el rostro de Jungkook este siempre parecía estar listo para regalarse una sonrisa silenciosa a modo de saludo antes de desaparecer. Jimin le respondía con un tímido saludo de mano intentando que no se notara la forma en que su corazón se aceleraba con cada gesto que Jungkook le dedicaba. Aquel sentimiento era completamente nuevo y no sabía que hacer con él.
El día en que rompió en llanto y Jungkook le sostuvo con cariño en el callejón, parecía que algo nuevo había nacido entre ambos. Jimin seguía asustado, no podía esconderlo. Pero Jungkook no se inmutaba ni un poco. Durante las siguientes semanas seguía presentándose frente a Jimin, poniendo un pie en su espacio y en su rutina. Era extraño, pero no forzado. Jungkook parecía poder leerlo como un escáner y sabía encontrar el momento exacto en el cual podía entrar con gracia en su espacio, como si siempre hubiese estado destinado para encontrarse justo ahí, a su lado. Contra aquel cometa impredecible Jimin se daba cuenta de que ya no quería pelear. Por el contrario, cada vez se asomaba en su interior con más fuerza el deseo de verlo surcando el cielo hacia su dirección.
De a poco dejó de ser extraño que Jungkook viniese a verlo una vez entrada la noche y llamase a su ventana para preguntarle cómo le había ido en el instituto, cómo se había sentido y qué había hecho. Jimin se mantenía despierto esperándolo, mientras estudiaba y hacia sus deberes. Se quedaban hablando en la ventana, Jungkook se sentaba de espaldas a la pared y Jimin lo miraba desde el marco con atención. El tiempo pasaba rápido mientras reían en voz baja y veían como la noche se llenaba de estrellas. Jungkook muchas veces traía comida que le daban en sus trabajos para compartirla con Jimin. En otras ocasiones se quedaban escuchando música compartiendo un auricular de los audífonos de Jungkook. Sin importar lo que hicieran disfrutaban de la compañía del otro y eso parecía disipar cualquier preocupación que pudiesen tener.
Fue una noche de miércoles, mientras comían los últimos trozos de pizza que Jungkook le hizo una pregunta a Jimin que resonó en su cabeza el resto de la noche.
— ¿Nunca has pensado en dejar este lugar? —la voz de Jungkook era más suave que de costumbre. Se encontraban de pie uno al lado del otro con la pared y la ventana sirviendo como única separación.
La pregunta le tomó por sorpresa y es que parecía que durante el tiempo que habían empezado a compartir juntos ambos evitaban hablar del futuro que les deparaba, como si se tratase de un tabú. Normalmente sus conversaciones se centraban en lo que pasaba en su día a día. A Jimin le gustaba escuchar las anécdotas de Jungkook y sus trabajos, ya que parecía mostrarle un mundo totalmente desconocido y que siempre había estado allí afuera, pero nunca se atrevió a descubrir. Eso parecía ser suficiente hasta el momento. Conocer lo que eran y lo que fueron. ¿Pero el futuro? Eso era un asunto completamente diferente y a Jimin no le gustaba si quiera gastar energía pensando en ello.
— No —contestó con prudencia, mientras apretaba sus palmas juntas en un intento de distraerse a sí mismo de la presión que sintió en el pecho cuando escuchó la pregunta—. Nunca llegué a considerarlo como una opción.
Jungkook le estaba mirando, pero parecía estar perdido en sus propios pensamientos. Normalmente la situación era al revés y por ello Jimin no podía evitar preguntarse si algo había sucedido para que su vecino se encontrase con aquel semblante tan ausente. En momentos como esos deseaba poder leer la mente de Jungkook, para saber exactamente lo que pensaba ya que se veía incapaz de preguntar.
— ¿Y te gustaría considerarlo? —preguntó su vecino esta vez. En medio de la noche y los grillos sonando la voz del chico tomaba el protagonismo.
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cómplice ☆ kookmin
Hayran KurguJimin cree que no tiene un hogar. Su vecino de al lado parece encontrarse en la misma situación. Dos chicos ahogándose en problemas y solo ellos están consientes de la realidad del otro. ¿Se trata de un salvavidas o el último grito de auxilio se con...