Tengo que admitirlo, desde que salí de la puerta de la escuela y caminé hasta mi casa, no pude dejar de preguntarme por qué Alejandra necesitaba mi ayuda y por qué tanto misterio en lo que me pediría, además, no tenía idea de por qué me había citado en casa de Armando. ¿La pareja perfecta tenía problemas?¿Será que tenían algo que ocultar?
Al llegar a mi casa apenas comí la mitad del plato, mientras escuchaba a mi madre arreglarse a toda velocidad para salir a ver a una clienta, interesada en comprar una de las casas que promovía, así que fue fácil pedirle permiso para salir. Solo faltaba esperar un par de horas, por lo que decidí ir a darme una ducha de agua caliente.
No hay mejor manera de ponerse a pensar que con agua caliente, así que fui directo a mi habitación y seleccioné la ropa para ponerme, era un lindo vestido azul que estaba reservado para mi fiesta de navidad, pero decidí adelantar el estreno pues no podía desencajar con la belleza de mis dos amigos.
Tomé mi celular para elegir una buena lista de reproducción, pero preferí dejar música aleatoria. Me gusta mucho mirarme al espejo, es algo que disfruto desde siempre, soy mi fan número uno y soy mi persona favorita para seducir, así que comencé a quitarme el uniforme escolar, para mirar mi ropa interior, que lucía de maravilla.
A mis 16 años de edad, aún ningún chico había podido ver lo que yo estaba viendo en el espejo y tampoco las manos de ningún chico habían podido hacer lo que estaba haciendo... bajaba los tirantes de mi bra y acariciaba mis lindos hombros, para luego tocar suavemente mi clavícula que lucía excelente. También acaricié mis lindos senos, por encima de mi bra; me encantaba hacer eso, pero después de unos segundos finalmente los dejé salir, para continuar tocándolos.
No sé si puede considerarse ego o vanidad, pero amo mi cuerpo y amo cómo durante los últimos años se ha transformado dejándome ver como una chica atractiva, así que mientras me veía en el espejo, no pude evitar tocar mis pezones, que enseguida reaccionaron ante el clima perfecto de noviembre.
Si algo me gustaba de mi cuerpo eran mis piernas, por lo que les dediqué algo de tiempo en el espejo, para acariciar y para mirar. Finalmente miré mi trasero y sin esperar más quité mi panty. Mi cuerpo me rogaba continuar el juego, pero preferí hacerlo dentro de la ducha. Si algo podía hacer más perfecta la tarde era el agua caliente cayendo por mi cuerpo, y el jabón recorriendo cada parte de mi..
Quizá Alejandra tiene a Armando, no sé hasta dónde han llegado, pero yo solo me necesitaba a mi misma y podía tenerme mientras disfrutaba de esa ducha y mis manos pasaban por todo mi cuerpo, haciendo que mi respiración comenzara a agitarse, especialmente al tocar mis zonas mas íntimas
De la nada la música se detuvo y el celular comenzó a vibrar. Me sequé con lo que pude y dejando mojada la pantalla contesté una llamada con el altavoz encendido.
-Yareli, soy Ale, ¿estás ocupada?
-Me estoy bañando
-¿Será que puedas venir un poco antes?
-¿qué tanto?
-Si puedes... ahora.
Moría de curiosidad de saber que se traía entre manos Alejandra, así que terminé la ducha de manera veloz y me puse la ropa elegida, tratando de quedar perfecta en el menor tiempo posible. Siento que ese día rompí mi récord.
Mi madre ya no estaba, por lo que simplemente pude salir de la casa y caminar a casa de Armando, que estaba relativamente cerca, unas cuatro cuadras que aunque no tan cortas, no me parecieron ningún problema para caminar.
Por fin llegué a la casa de Armando, que estaba totalmente cerrada. Me daba mucha vergüenza tocar la puerta, así que tomé el cel y comencé a marcarle a Alejandra, pero no me contestaba y tampoco le llegaban los mensajes. Esperé afuera unos minutos y justo antes de que tocara la puerta, Alejandra salió y me llamó.
-¡Ven pasa!
Alejandra me dejó pasar a la casa de Armando, aunque no abrió la puerta por completo, sino apenas lo necesario para dejarme entrar. Se veía especialmente hermosa, con un overol de mezclilla que resaltaba el lindo color de su piel, sobre todo en sus piernas; además una linda blusa roja con un escote sencillo pero coqueto.
La casa de Armando era grande y bonita, todo se veía muy organizado, pero destacaba un profundo silencio, como si no hubiera nadie.
-Ahora te cuento lo que necesito, ven conmigo.
Sin decir ni una palabra más Alejandra me tomó de la mano y me llevó por un pasillo, para luego hacerme subir una escalera. Me sentía demasiado extraña, pero lo sentí mucho más cuando abrió la puerta de una habitación y ambas entramos; era claro que estábamos en la habitación de Armando, pero él no estaba ahí, entonces ambas nos sentamos en la cama.
-Te voy a contar lo que necesito, aunque te advierto que te va a sonar muy extraño.
-Me tienes con curiosidad desde que estábamos en la escuela
-Mira, lo que pasa es que se viene nuestro aniversario de novios y quisiera grabar un video, en el que él y yo convivamos como pareja, quisiera que nos grabes platicando, besándonos y así...
-Está bien...¿por qué tanto problema con eso?
-Es que tiene que ser secreto, hoy que los papás de Armando no están en casa, no les gusta que yo entre por aquí, y a su habitación mucho menos.
-¿Y Armando?
-Se está bañando... está algo apenado porque viniste.
Pude escuchar de fondo el ruido de la ducha, de una puerta en la misma habitación.
Estaba muy confundida, el ambiente era extraño pero yo estaba dispuesta a ayudar a mi amiga. La propuesta se me hacía romántica, pero estaba muy equivocada al pensar que sabía lo que pasaría.
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Los Favores de Yareli
Lãng mạnCuando Alejandra y su novio Armando le piden a Yareli un favor, ella pensaba que simplemente debería saber pulsar el botón de grabar de su celular, hasta que sus más fuertes fantasías se ven superadas en un momento de verdadero erotismo.