Calor frente a mi

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Siempre he sido una chica sensible a los estímulos, desde pequeña comencé a excitarme al ver ciertas escenas en las películas o algunas imágenes atrevidas en el celular, incluso en mis noches de calor he visto algo de porno, pero lo que estaba sucediendo en ese momento, no podía compararse y mis sensaciones, la manera en la que mi mente y mi cuerpo comenzaron a reaccionar, no tenían precedentes. Mi corazón cada vez bombeaba con mayor intensidad, mis poros querían explotar, mis pezones estaban reaccionando por debajo de mi bra y mi entrepierna se sentía demasiado húmeda.

Alejandra no dejaba de mover las caderas sobre su novio y sus senos ahora totalmente descubiertos, disfrutaban de la boca de Armando, que jamás había visto más antojable en mi vida. Mis manos no podían mantener estable el celular, pues estaba temblando. A decir verdad no sabía si debía continuar grabando o no, o si debía irme del lugar y dejarlos solos, pero me quedé paralizada, no pude decir nada ni opinar, solo continué grabando, mientras sin poder evitarlo, crucé mis piernas para mantenerlas muy apretadas y liberar un poco de la tensión de mi zona íntima.

Alejandra tenía los ojos cerrados y se entregaba a su novio totalmente, pero en cierto punto los volvió a abrir para clavarlos en Armando y prácticamente de inmediato llevó sus manos directo a la playera que llevaba, para levantarla y dejar al descubierto su toro, al que cada vez se le notaba más el ejercicio. Ambos se abrazaron, piel contra piel, pecho contra pecho, para luego seguir besándose mientras mis piernas apretaban aún más.

Quizá llegué a pensar que había ido muy lejos delante de mis ojos, pero parecía que se habían olvidado de mí, porque continuaban subiendo de nivel e ignorándome por completo. Armando cargó a Alejandra y la colocó sobre la cama, y comenzó a acariciar sus piernas y a darles unos besos, entonces le quitó los tenis y los calcetines, para besar muy despacio sus pies. Es increíble como Alejandra cuida los detalles, pues incluso sus pies lucían perfectos. Sentí que el mundo daba vueltas cuando armando se agachó cerca de la cama para tomar el overol desabrochado de mi amiga y quitarlo de un solo tirón. Alejandra tenía un calzón negro, pequeño pero discreto y Armando no dudó ni un segundo en llevar su boca a él y comenzar a besar. Mi amiga lo tomó de la cabeza para atraerlo más ,mientras sus piernas lo abrazaban. Podía sentir desde donde estaba la respiración de mi amiga, que había comenzado a emitir ruidos sordos. Mis piernas estaban cruzadas y estaba apretando demasiado como queriendo sentir.

Armando y Alejandra no eran los únicos perdidos, mi morbo había despertado, a decir verdad quería ver más, aunque no sabía cómo iba a ver más adelante a mis amigos, pero no me importaba, así que estaba dispuesta a quedarme callada, grabando mientras ellos se disfrutaban el uno al otro. Estaba algo cansada de estar grabando en la misma posición, así que me senté bien en el sofá y apoyé mis codos los reposabrazos y correctamente en el respaldo, como niña que quiere ver la función.

Armando hizo lo que yo necesitaba que hiciera, se decidió a quitarle a mi amiga la ropa interior, por lo que la tomó desde la cadera y la deslizó por sus piernas, dejando ver su pequeña, linda y perfecta vaginita que brillaba de húmeda y estaba lista para disfrutar. Alejandra tenía las piernas abiertas, nada le importaba, sus ojos estaban cerrados y entonces Armando acercó una de sus manos y comenzó a acariciarle toda la zona, para enseguida, penetrarla lentamente con el dedo de enmedio. Mi amiga se estremeció y en su rostro pudo verse el placer. Quizá estaba quedando loca, pero sentí algo en mi zona, como si también a mi me estuvieran haciendo esa caricia tan íntima. Armando ahora le introdujo dos dedos y comenzó a penetrarla más fuerte. Fue entonces cuando Alejandra comenzó a gemir, pero ahora sin disimular mucho, con un timbre agudo que era como música para mis oídos.

Me deslicé un poco por la silla al no aguantar la excitación, estaba muy mojada, jamás había visto algo así. Mi zona íntima pedía a gritos ser tocada, pero solo pude deslizarme discretamente por el borde de la silla, movimiento que no funcionó del todo y solo logró mover un poco mi vestido. Miré el celular y la toma estaba bastante movida, por lo que intenté corregirla, hasta que la voz de Alejandra me sorprendió.

-¡Métemela ya Armando! ¡Métemela!

Fue como una súplica y la mejor que he escuchado. Entonces Armando sin dudarlo ni un segundo desabrochó su pantalón y junto a su ropa interior de un bajón, la apartó del camino, para dejar salir su erecto y duro pene. El tamaño era bastante grande al menos a mi mirada y mi impresión era que no cabría en mi amiga. Mientras soportaba una tormenta de excitación en mi interior y me frotaba discretamente contra el borde de la silla, me acomodé un poco para ver el momento con mayor detenimiento. Armando se acercó a Alejandra y lentamente la penetró con su enorme verga hasta donde pudo llegar, para luego sacarla lentamente y volverla a meter más rápido, mientras mi amiga gemía muy fuerte.

Ninguno de los dos me veía, así que de un impulso, sin poder si quiera pensarlo, tomé el celular solo con una mano y discretamente, mientras fingía que me acomodaba el vestido, toqué con mis dedos mi clítoris y pude sentir un delicioso placer que nunca había sentido. Quería darme mucho amor, pero no podía, al menos ese pequeño toque me liberaba un tanto.

Armando estaba penetrando fuerte a Alejandra, mis amigos estaban teniendo sexo delante de mi, podía ver como los senos de mi amiga se movían, mientras su novio los comía turnando entre ellos y su boca. Él estaba encima de ella y embestía con mucha fuerza. Alejandra no dejaba de gemir y podía escucharse de vez en cuando un "así Armando".

Las caricias a mi clítoris comenzaron a ser más fuertes, pero no quería que me vieran así que quité mi mano, justo a tiempo, porque Armando se detuvo y sacó el pene del interior de mi amiga. Seguía muy erecto y brillaba de lo lubricado. Armando jaló a Alejandra para que se ponga de pie y enseguida se sentó en la cama, mi amiga se sentó en sus piernas y en un segundo que me hizo sacarme por completo el corazón, ambos quedaron de frente a mi. 

Los Favores de YareliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora