Tres es mejor que dos

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Armando se separó de nuestras bocas, como aguantándose el no terminar, pues al parecer aún quería mucho más. Alejandra se puso de pie y yo la imité, pero enseguida mi amiga le quitó el teléfono a su novio y se puso a grabar. Yo sabía que algo estaba por ocurrir, pero tampoco me pude detener. Armando se puso detrás de mí y me dirigió hacia la cama y de un suave empujón hizo que me pusiera en cuatro, entregando mi cuerpo como nunca se lo había entregado a nadie. Yo necesitaba más de él y lo pude obtener de inmediato, pues el chico no aguantó las ganas y me penetró de nuevo profundamente. Sentí que Armando llegaba aún mucho más profundo que antes. Esa posición me hizo sentir aún más delicioso y también me puso a temblar cuando sus manos se posaron en mis caderas, solo para poder embestirme una y otra vez con muchas fuerzas.

No podía, no quería y tampoco pensaba en disimular, pues mis gemidos se escuchaban como nunca antes mientras sentía a Armando una y otra vez muy dentro de mi.

Alejandra estaba grabando y se había recostado en la cama enfrente de mí. Al escuchar mis gemidos comenzó a masturbarse de nuevo, en esta ocasión penetrándose con dos dedos muy cerca de mi rostro.

Estaba tan excitada que podía sentir incluso los testículos de Armando impactando una y otra vez, y al ver a mi amiga tan excitada y cada vez más cerca de mí, no pude contenerme. Comencé a lamer la vagina de Alejandra, a darle todo lo que me dio, a transmitirle lo que sentía que me hacía su novio. Estaba muy mojada y pude sentir sus fluidos en mi rostro, que por alguna razón solo lograban excitarme aún más. Yo nunca había hecho algo así, pero solo intenté comerla en las partes en las que disfruto tocarme y estaba funcionando, mi amiga comenzó a gemir tan fuerte como yo y Armando me penetraba más rápido y más fuerte.

El tiempo volvió a detenerse, gemí muy fuerte mientras el placer recorrió mi cuerpo como un choque eléctrico, que me hizo caer a la cama y revolverme en contracciones. Apreté muy fuerte las piernas y tuve un segundo y delicioso orgasmo que tardó toda una vida y que disfruté muchísimo.

-¡Armando cógeme!

Gritó Alejandra, que estaba totalmente perdida. Yo no me había podido recuperar, estaba tendida viendo el techo mientras Armando se acercaba a mi amiga y la penetraba muy fuerte. Comencé a recobrar la respiración y noté que el chico me extendía el celular con la mano como queriendo que yo siguiera con la grabación. Mi cabeza había explotado prácticamente, aún tenía la sensación deliciosa de tener a Armando dentro de mi, pero los gemidos de Alejandra me hacían querer continuar y querer que ella también disfrute, así que me incorporé, tomé el móvil y me acerqué a seguir grabando. Mi amiga gemía de placer, sus senos se movían al ritmo de Armando y yo estaba dispuesta a hacerlos gozar, así que sin pensarlo mucho, acerqué mi boca y comencé a comerme sus deliciosos pezones que estaban especialmente duros. Alejandra se volvía loca y yo quería que siguiera disfrutando. Estaba satisfecha, pero el calor volvía a mi entrepierna. Pensé estar loca, e incluso pensé estar excediéndose, pero no pude aguantar el morbo de ver a mis amigos teniendo relaciones justo enfrente de mi, de recordar que yo había participado y de ver a mi mejor amiga al borde del orgasmo, así que en un movimiento instintivo, me senté encima de ella, dejándole mi húmeda vagina para disfrutar.

Quedé cara a cara con Armando y de la nada comenzó a besarme la boca, mientras su novia me besaba en la intimidad. Creí llegar a las estrellas, pero un grito perfecto de Alejandra me interrumpió, pues mi amiga, sin duda alguna estaba disfrutando de un orgasmo igual o más intenso que los que yo había tenido.

Armando y yo nos detuvimos para observar a Alejandra en la cama retorciéndose de placer. El chico acarició a su novia y ella estiró la mano para acariciarme a mí, mientras su respiración volvía a la normalidad.

Armando se masturbaba con la mano y Alejandra se incorporaba para quitarme el celular y grabar a su novio.

-Ahora ya puedes amor, cuando tu quieras.

Los Favores de YareliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora