Primer día.

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Lunes.

Son las 5:30 am, debería ser ilegal tener que levantarse tan temprano pero el primer día de clases siempre te llena de cierta emoción, ya sea por volver a ver a tus amigos, conocer a tus maestros o porque generalmente el primer día no hay trabajo y sólo se socializa. Es mi primer semestre en la Universidad y no tengo miedo, tengo pánico.

Mi sueño es estudiar veterinaria, los animales son muy importantes en mi vida, cuando era chica mis abuelos me invitaban a su Hacienda en California, eran dueños de un viñedo y una granja, cada verano iba y me dejaban darles de comer a los animales y pasar todo el día con ellos.

Mi abuelo era veterinario y me enseñó a curar diferentes heridas a perros y otras especies. Ahí fue cuando decidí lo que quería estudiar por el resto de mi vida... mis abuelos confiaban en mi y me apoyaban. Tristemente, fallecieron cuando me gradué de la preparatoria y ese único apoyo para estudiar lo que quería desapareció.

Mis papás son abogados, cero que ver conmigo. La relación con ellos era buena hasta que tuvimos que hablar de mi carrera, hace unos meses traté de convencerlos en que la veterinaria era mi pasión y que por favor respetaran mi decisión. Tanto la respetaron que me inscribieron en la carrera de Leyes sin consultarme. Tuvimos una fuerte pelea así que nuestra relación ahora no es la más fuerte, yo los quiero mucho y entiendo sus miedos pero me gustaría que respetaran mis sueños... solo espero convencerlos antes de mi segundo semestre, donde puedo cambiar de carrera si quiero, después de ahí la carrera es permanente y no habrá vuelta atrás.

Aún así, decidí demostrarles que no soy una mujer caprichosa y cursaré la carrera que más detesto con una sonrisa falsa en mi cara y mucha disciplina.

Después de darme un baño matutino para mantenerme despierta me miro al espejo y respiro profundo. Vamos Liv, tu puedes.
Nuevamente, no se qué ponerme, hay que dar una buena impresión sobretodo entrando a la universidad. Recordé la chaqueta de mezclilla que me regalaron mis abuelos en mi baile de graduación de la preparatoria, a lo mejor y me da suerte.

Mis padres tienen mucho trabajo y nunca pueden llevarme ni recogerme de ningún lado, es por eso que Chandler siempre está ahí para mi, espero que esta vez me cuente lo qué pasó ayer con su padre y que no sea tan grave.

Escucho el claxon de su auto y sonrío, ¿quién viene a las 6 de la mañana a recoger a su prima para llevarla a la universidad? Solamente él. Es por eso que lo quiero tanto y lo último que quiero es que sufra, no lo merece. Lo miro de reojo mientras enciende el auto, quiero preguntar pero tampoco quiero presionarlo a que me cuente. —¿Cómo estás hoy?— sin voltear su cara del volante sonríe y me contesta —Mejor— suspira, —verás, ya sabes lo que piensa mi padre sobre mi y sobre Jay.

El padre de Chandler; mi tío, siempre ha sido una persona muy conservadora y de mente cerrada. Aún recuerdo el día en que Chandler me contó que era homosexual y como mi tío lo corrió de su casa a los 18 años. Lo peor es que no sólo agredió a mi primo sino también a su pareja, a Jay. Jay es muy buen hombre, siempre ha sido bueno conmigo y a mi primo lo hace muy feliz pero a personas conservadoras eso no les entra en la cabeza. Mi tío culpó a Jayden por "influenciar" a mi primo a básicamente vivir libremente su sexualidad.

Afortunadamente mi primo al irse de casa consiguió un buen puesto de trabajo en la dulcería de los Moon, y gana muy buen sueldo al igual que Jayden y ambos viven tranquilos en un departamento muy lindos en un fraccionamiento residencial muy elegante.

—¿QUÉ HIZO QUÉ?— no puedo creer lo que acabo de escuchar, —¿tu padre obligó a Jayden a renunciar a su trabajo?— asiente mientras agacha la mirada. —Y lo peor es que no pude defenderlo, de nuevo.— me rompe el corazón ver sus ojos rojos al recordar los sucedido y continúa hablando —No pude defenderlo porque soy un cobarde, no sé lo que mi padre sea capaz de hacer si me rebelo mas de lo que ya hice, no lo que me haga a mi, sino a él.—
Me quito el cinturón para darle un abrazo y el se para en la entrada de la universidad —No eres un cobarde, Chandler, sólo quieres protegerlo y estoy segura de que podrán encontrar un nuevo trabajo para Jay, ¿porque no hablas con los Moon? Ellos podrán encontrar un puesto perfecto para el.— el me mira y sonríe aliviado —lo voy a intentar— lo vuelvo a abrazar y me bajo del auto para enfrentar lo que viene. —Recuerda, solo es un semestre— le sonrío de vuelta y se va, dejándome sola enfrente de esa intimidante puerta de universidad.

Me alivio al ver a Ocean llegar junto a mi antes de entrar y me sorprende no ver a Asher, tengo que devolverle su suéter lo antes posible. —¿Lista?— Ocean se para a lado de mi y agarra mi mano para entrar. Si, ya sé que somos unas dramáticas pero entrar a la universidad no es cualquier cosa, lo que logres aquí será una parte de tu curriculum para tu vida. Me despido de Ocean, ella va al área de Diseño, desde que es pequeña aprendió a diseñar, coser y confeccionar ropa para sus muñecas y un día me hizo un vestido para mis quince. Es muy talentosa y estoy feliz de que ella pueda estudiar su carrera soñada. 

Camino los largos pasillos de la universidad tratando de no morir por los nervios, de reojo miro la área de Cuidado Animal que está justo en frente de la de Leyes, suspiro algo triste pero tomo fuerza y entro al salón para mi primera clase, el salón es bastante grande, me impresiona la cantidad de personas que estamos y sólo tres o cuatro realmente felices. Sé leer a las personas y la mayoría estamos tratando de poner buena cara, puedo asegurar que muchos fuimos obligados a estar aquí. Triste pero no siempre se puede tener lo que deseamos.

—Bienvenidos a todos, yo soy John Callow, y les estaré impartiendo las materias de Leyes I en este semestre, espero que les agrade la carrera y que realmente les apasione— todos agradecen, yo ya fallé en esa parte... Deja de quejarte Liv, es sólo un semestre, que es realidad son cuatro meses ¿por qué lo llaman semestre si no son seis meses completos? Liv, concéntrate.  —antes de comenzar me gusta romper el hielo un poco, no quiero que estén tensos el primer día, hagamos así, cada uno se parará aquí en frente, presentense con su nombre, edad y la razón por la que escogieron leyes como carrera.— ay no, ¿qué se supone que diga? si, bueno mis papás me inscribieron a la materia sin consultarme y ya no me queda otra opción porque para cambiar de carrera debo terminar mis materias. —Comenzamos con la primera fila, adelante— 

Estoy escuchando al penúltimo alumno contar toda su vida y cómo se le ocurrió estudiar leyes, algo sobre un suceso de vida que pasó. Parece que estoy viendo Caso Cerrado, todo un drama y la verdad me está dando sueño. Quince minutos después termina su discurso y todos aplauden. Es mi turno, soy la última y tuve tiempo de ensayar lo que voy a decir. —Yo soy Liv Green, tengo 19 años y decidí estudiar leyes porque...— todas las miradas están sobre mi y me incomoda y hace que me mi voz tiemble un poco. Nunca me ha dado miedo hablar en público, no sé que me pasa. —Y, decidí estudiar leyes porque me parece una carrera de amplios conocimientos políticos importantes para el país y el mundo. — Los estudiantes aplauden y vuelvo a respirar. Me siento en mi pupitre de nuevo y escucho las indicaciones del profesor.

*

Sobreviví mi primera clase, no estuvo tan mal, el profesor Callow se ve como un profesor liviano y eso me tranquiliza, tanto que por ser primer día no dejo trabajo en casa y tengo la tarde libre. Ocean me cuenta sobre su primer periodo y la escucho atenta, lo cuenta con tal emoción y pasión que es contagiosa, lástima que no puedo hacerlo de la misma forma. 

Al sacar mis libros para la siguiente clase de mi mochila recuerdo el suéter de Asher —Ocean, ¿y tu hermano?— ve como saco el suéter de la mochila y su cara es de sorpresa —no lo sé, el entró un poco antes de que llegaramos pero seguro está en el observatorio, le encanta ver el cielo de vez en cuando y saltarse una que otra clase— le agradezco la información y voy en busca del observatorio. 

80 escaleras más tarde llego al observatorio, wow... es un lugar muy bonito, no es muy grande pero tiene varios telescopios y pizarrones abandonados con constelaciones pintadas en ellos. Estoy apreciando todo cuando escucho pasos atrás de mi, volteó apresurada con un telescopio en la mano en forma de defensa y grito. Unas manos cubren mi boca y yo sigo con el telescopio en la mano. Mi miedo se va cuando sus ojos verdes cruzan los míos y lo reconozco: Asher.

Hablándole a la Luna. Where stories live. Discover now