Akaza había estado interesado en Kyojuro durante tanto tiempo que casi olvidaba la razón de haber quedado prendado del amable y enérgico rubio de ojos dorados como el sol. Aquella tarde de invierno Akaza recordó el motivo de su enamoramiento.
Muchos años atrás, cuando Akaza, entonces conocido como Hakuji Soyama, era un niño de tres años, su madre murió debido a una enfermedad contagiosa y peligrosa. Lamentablemente Hakuji y su padre vivían en una aldea agricultora en donde la escasa cantidad de población lograba hacer que la presión social fuese dura de enfrentar día a día.
Akaza y su padre fueron rechazados por todos los aldeanos quienes creían que ambos eran portadores de la escandalosa enfermedad mortal. Los meses transcurrieron y aunque ninguno de los dos mostró señales de contagio, el desprecio social continuó durante años.
El haber sido expuesto a tal rechazo forjó duramente el corazón de Hakuji quien sólo aprendió a expresarse hacia los demás con violencia, ocultando así todas las terribles inseguridades que su corazón cosechó.
No obstante, hubo una persona que nunca rechazó al chiquillo: Kyojuro Rengoku, hijo del mismísimo terrateniente señor de todas aquellas tierras. Una tarde, cuando el pequeño Soyama regresaba a casa con unos cuantos granos de trigo viejo que la dueña de la tienda de la aldea le vendió a regañadientes, fue interceptado por Kyojuro, dos años mayor que él. Hakuji quiso ignorar al otro muchacho quien lucía ropas limpias y bellas, haciéndolo sentir inferior.
— Hola ¿eres de la aldea, verdad? ¿caminamos juntos? ¿A dónde te diriges? — lo invadió de preguntas Kyojuro con su voz firme, pero cálida.
Akaza le miró inseguro y giró su cabeza, pensando que el muchacho rubio le hablaba a otra persona a la que no había notado, pero sorprendentemente estaban solos los dos. Luego Soyama señaló a su pecho dando a entender "¿Me hablas a mí?"
— ¡Claro! ¿A quién más? ¿Cómo te llamas? Yo soy Kyojuro.
—... Hakuji — confesó con miedo a que el muchacho al escuchar su nombre lo mirara con repugnancia como lo hacía el resto del pueblo.
— ¡Mucho gusto, Hakuji! ¿A dónde te diriges? ¿Mañana quieres jugar conmigo? Busco amigos con quién formar un equipo y...
El hijo del señor Rengoku continuó con la perorata mientras Hakuji le miraba perplejo. Poco a poco Soyama se relajó y un inusual sentimiento de alegría inundó su pecho al ser tratado por primera vez como un humano y no como basura.
Definitivamente Akaza comenzó a enamorarse desde entonces de Kyojuro quien se volvió su compañero de juegos y rechazaba cualquier comentario de desdén hacia Hakuji de parte de los demás niños.
¿Cómo no haberse enamorado de aquel hombre tan hermoso y amable como los primeros rayos de sol de primavera que levantaban a las flores y arrastraban el dulce aroma de miel en el campo?
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Cuando Kyojuro cumplió dieciséis años se realizó una ceremonia en honor a su paso hacia la adultez (*). Su orgulloso padre, el terrateniente Shinjuro, realizó una gran celebración por el gran acontecimiento. Era plena primavera y la fiesta se realizó en el campo abierto cercano a la casona Rengoku. Hubo grandes cantos, bailes de campiña, tropeles de vino e hidromiel, así como un festín digno para el primogénito de los Rengoku.
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Lados Opuestos
Roman d'amour[Akaza x Kyojuro] [Universo Alterno] Kyojuro y Hakuji nacieron en la misma aldea y aunque sus existencias parecieran ser completamente opuestas, sus corazones dictan lo contrario. #RenkazaWeek2022 Day 1: Snow Storms