. 🐝ˀ⌇ Speaker for the bees ¦¦ Johnlock!❜

I

*Las palabras en itálica  representan la comunicación mediante señas entre los personajes.
*Subterfugio: Excusa, engaño.

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Estaban hojeando una tienda de libros raros cuando John la vio.
Por el rabillo del ojo vislumbró un pañuelo de flores azul pálido, exactamente idéntico al que llevaba en la foto del cliente. La señora Meredith Crook pasó junto al escaparate del brazo de una bella dama de cabello oscuro.  

—Sherlock —Miró por encima, pero el detective estaba apartado de él, examinando una tapa dura descolorida con daños por moho en el lomo. John le tocó el hombro para llamar su atención. Sherlock levantó la mirada inquisitivamente.

Acabo de verla pasar con una mujer joven. Señaló John.

Sherlock frunció el ceño y miró por encima del hombro de John hacia la ventana. Devolvió el libro a su estante, liberando sus manos para comunicarse: Por supuesto que tuvo que suceder justo cuando miré hacia otro lado. ¿Hacia dónde se dirigían?

Oeste, y rápido.

Con un magnífico movimiento de su abrigo, Sherlock inmediatamente se giró hacia la entrada de la tienda, haciendo señas a John como si no fuera obvio que era hora de seguirlo. La campana encima de la puerta sonó cuando salió. Sherlock era idéntico a un sabueso atrapado en el rastro de su presa.

Su cliente, el Sr. Albert Crook, había mencionado la afición de su esposa por las antigüedades los jueves por la mañana, pero fue la red de personas sin hogar de Sherlock las que proporcionaron la ubicación exacta. 
Todavía no era la hora del almuerzo, pero la acera bullía de cazadores de ofertas que buscaban entre las pintorescas tiendas victorianas de la calle. El caminar, tanto de los jubilados o de los que no tienen mucho tiempo, se sentía terriblemente glacial, y John podía ver la creciente irritación en el lenguaje corporal de Sherlock mientras trataba de empujar a los holgazanes cargados con bolsas.

Varios le dieron miradas agudas a Sherlock mientras él los empujaba, y le quedó a John murmurar disculpas mientras seguía la silueta del detective. Sherlock tendía a tener una visión de túnel en la persecución y probablemente no había notado que sus bocas se movían, y mucho menos que sus mensajes estaban dirigidos a él. Incluso si lo hubiera hecho, John seguiría siendo el que abordaría la situación o, en el peor de los casos, actuaría como traductor para la parte ofendida. Encontrarse con personas al azar que entendían el lenguaje de señas era una rareza.

Unas cuantas tiendas calle abajo, John volvió a ver el pañuelo azul de la señora Crooks. Se había detenido con su compañera frente a un vendedor de muebles y ahora estaban enfrascadas en una conversación. Sherlock también las vio, pero en lugar de correr directamente a través de la multitud que se interponía para confrontar a la sospechosa pareja adúltera, abruptamente se giró y agarró a John por el brazo.

Dado que el impulso es una ley de la física y todo eso, John no logró reaccionar mágicamente y resultó en que chocara directamente contra el cuerpo largucho de Sherlock; este se balanceó sobre sus talones pero se mantuvo firme, estabilizando a John un poco. John trató de no concentrarse en el sonido de su respiración pesada compartida, que Sherlock no podía escuchar de todos modos, o el hecho de su cercanía y cómo la mano de Sherlock todavía estaba en su brazo a pesar de que John había recuperado el equilibrio. En cambio, desvió su atención a la sonrisa gigante que se extendía por el rostro de Sherlock, la que significaba que Sherlock tenía una idea que John encontraría discutible o casi ofensiva. Sherlock hizo un gesto hacia la puerta abierta de una tienda cercana.