Hyeri ya conocía lo que era amar a alguien, sólo que nunca de la manera en que Baekhyun le enseñó.
Dos desconocidos, tan frágiles como el papel.
Eran el uno para el otro, como lo es el avión al viento.
Pero, solo hace falta un poco de lluvia para...
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-¿Si al mundo le quedaran cinco minutos... - le pregunté cuando ya habíamos terminado nuestros cafés, sabíamos que era hora de irnos, pero seguíamos uno frente al otro como nos habíamos acostumbrado por más de cinco meses-...sólo cinco minutos, a donde irías?
Sus labios tomaron esa forma peculiar que hacia al pensar, lo hacia ver como un patito-. Hay mucho que hacer en cinco minutos.
-Pero el mundo se está acabando Baekhyun, tienes miles de opciones, miles de lugares, miles de personas.
-París - Me interrumpió.
-¿Más especifico?
-Estoy presentando mi ultima colección de invierno, antes de retirarme por completo.
-Eso es, genial - le dije, y observé como seguía pensando.
-¿Qué hay de ti? Pequeña actriz, el fin del mundo está cerca y solo tienes cinco minutos más de aire - Mantuvo su mirada en mí, ya no me incomodaba, Baekhyun ya no era un desconocido, era mi amigo.
-Me quedaría en casa, con mamá - Me sorprendió lo poco que tardé en pensar la respuesta-. Sólo dije eso porque no se me ocurrió nada más -traté de defenderme, pero la sonrisa juguetona de Baekhyun me dijo que no servía de nada defenderme.
-Como soy un buen amigo, voy a creerlo - Baekhyun pidió la cuenta, claro que yo debía pagarla, por suerte el trato por la cena de mi mamá llegaba a su fin ese día.
-Se acabó la penitencia semanal - Nos dijo Yujin mientras me entregaba la boleta-. Ya quiero irme de aquí y apenas estoy empezando.
-Piensa en cosas bonitas - Besé su mejilla, luego de que Baekhyun y yo nos levantáramos-. No te estreses demasiado - Yujin me lanzó un beso con su mano y yo hice lo mismo. Antes de llegar a la puerta, él me detuvo.
-Aún me debes una salida -dijo aguantándose una sonrisa-. Joohyuk no vuelve hasta el domingo ¿Es así?
-Lo es.
-Te veo en mi casa mañana- Sólo me dijo eso y me dio un avión de papel con su dirección antes de dar media vuelta-. Los chicos quieren conocerte, ponte algo bonito -gritó sin girarse a verme.
(...)
Jamás le agradé a la familia Nam, la madre de Joohyuk, me detestaba.
Era algo muy notorio, su manera de referirse a mí, cómo pretendía que yo no hacía parte de la vida de su hijo, y también, en como solía recordarme que todo lo que pudiera perjudicar a Joohyuk, significaría que mi madre también saldría desfavorecida.
En más de una ocasión lo demostró, en todas las cenas "familiares" a las que me llevaba, la incomodidad de ambos padres se notaba. Pero que mi madre trabajara en su hospital, lo complicaba todo. Debía comportarme con ella sino quería perjudicar a mamá.
