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Apresuraba su paso. No debía de dejar que aquella persona lo atrapará. No le importaba el dolor de sus heridas. Lo único que quería era mantenerse a salvó. Llegó a un callejón sin salida, teniendo una vez más a esa persona frente de el.

—¿Te gustan lo juegos?—el hombre amenazante se acercaba al cenizo, quien retrocedía a cada paso.

—Dejame en paz, imbécil.—su espalda se topo con la pared. ¿Debía de preocuparse? Oh, claro que sí.

El menor miro atentamente como el hombre se acercaba a el. Ya no tenía esperanza alguna. Ayudar a aquella señora solo lo trajo a esto, a su muerte segura. ¿Dónde estaban esos idiotas cuando los necesitaba? Claro, en las vacaciones de navidad.

Su respiración entrecortada, cada vez se hacía más difícil mantenerse a pie.

—Sera más fácil si me dejas matarte ¿Entiendes?—sus ojos relucian por la luz de una lámpara vieja del callejón. Consigo llevaba un cuchillo, justo para matarlo.

¿Que debía hacer?

¿Huir?

¿Pelear?

Ninguna opción era conveniente en este momento. Si no fuera por la discusión que tuvo con sus padres no hubiera ayudado a la señora. Y si no hubiera salido de casa, estaría bien y no estar al borde de la muerte.

—¿Últimas palabras?—sonrio sinicamente el hombre. Katsuki eso lo odiaba. Con una bocada grande de aire, hablo.

—No te lo perdonaré, te seguiré hasta que pagues por esto, estúpido.—el agresor rio por el comentario.

—No me hagas reír niño ¿Tu, hacerme pagar mis crímenes después de tu muerte? Ya soñaras.—finalmente el arma apunto al pecho del menor.

Ya nada importaba ¿Oh, si?
Sus amigos importaban, su clase importaba su profesor importaba. Sus padres, en realidad no mucho.

Casi nunca tuvo una conversación larga con ellos. No le ponían la suficiente atención. A su corta edad tuvo que ser autosuficiente. Ya no le importaban sus padres, le importaban los demás, sus amigos y posiblemente su escuela.

No fue el mejor alumno con el mejor temperamento, aún así, hizo su mayor esfuerzo. Lo que recibió de alumnos de ahí, fueron solo desprecios e insultos, que obviamente no se merecía.

Ya no podía hacer nada, el hombre lo apuñaló. Y ahora se está desangrando lentamente. Pero, algo escucho a la distancia ¿Un grito quizá? Si era uno.

—¡Muere!—era una voz masculina. La pudo reconocer aún con sus pocos minutos o segundos de vida.—¡No morirás!—Bakugou quedó confundido  ¿No morir? Ya estaba en sus últimos respiros. No había nada que la persona pudiera hacer.

Su vista se volvió más borrosa, no distinguía a la persona. Después de eso todo fue negro. ¿Que pasaría?

Capitulo 1. El inicio de todo.

Pesadamente se levantaba de su cómoda cama. Era fin de semana y el comienzo de las vacaciones navideñas. Aunque fueran vacaciones, su rutina ya era levantarse temprano. Y hoy iría a con sus amigos al centro comercial, ya que Mina insistió demasiado.

Eran las 7:29 de la mañana y su encuentro será a las doce de la tarde, tenía tiempo para hacer ejercicio. Finalmente se levantó, se quitó su ropa de dormir por una de deportes.

Bajo las escaleras sin esperar ver a sus padres. Ayer le dijeron que irían de viaje por 1 semana. No le importo demasiado, mejor para el. Con sus padres no tuvo la relación más linda o cariñosa como los demás.

Desde pequeño aprendió a cocinar almenos unas tostadas o huevo. Con su madre en vez de llevar cariños en la cabeza, se llevaba golpes ¿Esa era nuestra de afecto? Nunca pudo contestar esa pregunta. Con su padre, no recibió ni golpes ni cariños, el era seco con su hijo. Al final, eso le dejo de importar a Katsuki ¿Que caso tenía seguir esperando, algo que nunca sucederá?

Salió de su casa para dar una vuelta por el parque.

2 horas después.

Termino su ejercicio. Regreso a casa para darse una ducha y para arreglarse claro. Y para preparar su comida, antes solo había comido una barra de cereal sin azúcar y claro, su agua.

Se vistió con jeans negros, una camisa naranja algo oscura y unos tenis del mismo color, solo que con detalles blancos.

Cocino un soba, nada especial. Hoy no tenía las ganas de hacer algo tan elaborado. Se terminó su comida y reviso la hora.

Eran las 10:47. Aún era temprano. Así que decidió leer un libro llamado Boulevard, pues este según su presidenta lo había recomendado y que daba un buen mensaje. Era irónico que el mismo día que se enteró del libro lo haya comprado.

Subió a su habitación, tomo el libro en manos y se sentó en su cama, ya acomodada por cierto.

Salto de tiempo.

Katsuki se pasó leyendo solo 35 minutos, pues ya tenía que emprender su caminata al centro comercial donde se reunirían.

Salió y cerro su casa. Camino solo unos minutos para llegar a la entrada del lugar, viendo que Mina y Kirishima ya estaban ahí, no era extraño ver qué Sero y Denki tardan en llegar, se volvió una costumbre más bien. Así se acercó a ellos.

—¡Hola Baku!—saludo Mina, intentado abrazar al cenizo, pero este lo evito.

—No me toques mapache.—la chica solo hizo un puchero.

—¡Que bueno que viniste Bakubro!—hablo el de pelo pincho.

—No tenía opción.—y tenía razón. Kirishima solo rio nervioso.

Conoce a Mina desde la secundaria, así que sabe lo insistente que es cuando quiere algo, aunque eso sí, no siempre dale como ella quiere. Eso es lo que más le gusta Eijirou de la rosada, su sentido del humor.

Esperando unos minutos más, los faltantes llegan al lugar. Denki es recibido por su mejor amiga, claro después de Kirishima. El de pelo rojo veía la escena no muy feliz.

El cenizo de esto se dió cuenta y quizo molestar un poco al contrario.

—Tranquilo pelo pincho, ese idiota no te quitará a la mapache.—el mencionado se exaltó ¿Tan obvio era?

—N-No se de qué hablas Bakubro.—movio de un lado a otro sus manos.

—Aja.—rodo sus ojos y guío su vista a las tres personas que se acercaban.

—¡Cómo estamos todos, ya podemos ir de compras!—salto emocionada la chica.

Así con risas y gruñidos de parte de Bakugou. Entraron al centro comercial. El cenizo debía admitir que le era algo agradable de vez en cuando estar con ese grupo de idiotas. Jiro hubiera venido a esta salida, pero sus padres se la llevaron a una obra musical que a ella le gusta. Le hubiera encantado que tanto el como Jiro compartieran el mismo sufrimiento con estos cuatro juntos y en un lugar con mucha gente.

Después de compras, el cenizo se dirigió denuevo a su casa; acto seguido al dirigirse a su habitación y recostarse en su cama.

Decidió dormir un rato, hace algo de tiempo que no dormia bien, gracias a sus constantes pesadillas de aquel incidente en el campamento.
Terminando así su día.

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1165 palabras.

__Kathlinowo__

· Una vida nueva · Katsuki Afton · Fnaf ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora