𝕷𝖔𝖛𝖊𝖗 𝕴𝖓 𝕿𝖔𝖐𝖞𝖔 ➼ [Sano Shinichiro] [Español]

08|meeting the l/n-minamoto's

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Si crees que conocer a la parte de su familia es un caos, espera a conocer a la parte de la familia de minamoto T/n.

Sano Shinichiro sintió que su alma abandonaba su cuerpo cuando los dos salieron del auto y se encontraron frente a una finca tradicional japonesa que ocupaba casi la mitad del barrio.

El hombre pensó que estaban en la casa equivocada, que tal vez estaban parados frente a su vecino y que la casa de sus padres estaba justo detrás de él.

―Shin... ¿qué estás haciendo?―

T/n suspiró mientras se giraba hacia su marido que miraba extrañamente a su alrededor, intentando encontrar otra casa por la zona que encajara con los gustos de su padre.

―Estamos en el centro de la finca, aquí no encontrarás nada ―esto hizo que shinichiro la mirara con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

Miró a su mujer, luego a la casa de su esposa, a la casa...

¿Cómo puede olvidar que su mujer era realmente rica y que no tuvo problemas en entregar un millón de yenes a su familia hoy mismo? pero ¿que ya estén dentro de la finca ellos mismos cuando él pensaba que todavía iban a entrar?

¡¿Qué vino están haciendo?!

El hombre no dijo nada y se rió, rascándose torpemente la nuca mientras seguía a la mujer de cabello ___ que estaba ocupada hablando con los guardias.

Hablando de eso, todo el terreno estaba lleno de guardias de aspecto intimidante, unos que le daban mucho miedo aunque lo único que hacían era mirar en su dirección.

Es bastante comprensible que una familia propietaria de un gigantesco negocio tenga guardias por seguridad, pero tener al menos dos o tres en cada dirección a la que mira... eso sí que podía ser demasiado.

Shinichiro salió de su trance cuando sintió que una suave mano se posaba en su hombro, bajando la vista para ver unos ojos (e/c) con preocupación y asombro que se arremolinaban en sus iris.

No va a endulzar la situación, pero ¿le dio un vuelco el corazón?

―¿Estás bien? ¿Necesitas agua? Oye, no te quedes ahí parado y busca el carro, ―les dijo T/N a los guardias en el lugar, todos ellos tensos bajo su mirada mientras pedían un carro para llevarlos a la finca principal.

Un suspiro salió de sus labios, dándole a su esposo una sonrisa de disculpa mientras tomaba su mano y lo guiaba a la sombra por si acaso tenía ganas de desmayarse.

―Todavía tenemos que subir a la casa. así que si necesitas algo, no dudes en decírmelo, ¿de acuerdo?―

Sí, su corazón se aceleró, y ahora sus mejillas se calentaban, genial.